Después de tres reuniones en dos días, los diputados asturianos han dado un paso que parece definitivo hacia la consecución de un nuevo modelo para el cálculo de sus sueldos. El PSOE, IU y UPyD, con la negativa de los partidos de la derecha, pactaron ayer un sistema que eleva sus asignaciones base. A cambio, queda eliminada la dieta de manutención (933 euros al mes) y se limitan las compensaciones por desplazamiento. Estos dos últimos conceptos, que conformaban una parte significativa de las retribuciones, estaban hasta ahora exentos del pago de impuestos. Con el nuevo esquema, los diputados asturianos pasarán a cotizar por el total del dinero que reciban cada mes. Para calcular la subida, los salarios se equiparan a los de los altos cargos del Principado. Los diputados de la Mesa y los portavoces ganarán como un consejero. El resto, como un director general de la Administración regional, lo que abriría un arco entre 3.902 y 4.550 euros brutos mensuales en catorce pagas. La subida en el salario base se compensa con la pérdida de los 933 euros de manutención y con la disminución del total de kilómetros que cobran, que, además, también pasan a pagar impuestos.

La intensificación de los contactos sirvió para eludir el principal escollo que impedía cerrar una polémica arrastrada desde que los sindicatos criticaron el sistema el pasado diciembre: la compensación por los desplazamientos. Finalmente, los tres socios habituales en las votaciones de la Cámara pactaron la última proposición de UPyD. El kilometraje desaparece como dieta y pasa a integrase en la nómina como un complemento personal. Los parlamentarios que para desplazarse hasta la Junta General y regresar a su domicilio cubran una distancia inferior a 50 kilómetros diarios no tendrán derecho a ese dinero. Los que hagan entre 50 y 100 kilómetros percibirán 300 euros al mes; entre 100 y 200 kilómetros ingresarán 500 euros y aquellos cuyo cuentakilómetros sume más de 200 diarios en cada viaje de ida y vuelta disfrutarán de un complemento de 500 euros mensuales.

El acuerdo deja a 22 de los 45 diputados del Parlamento asturianos sin compensación por kilometraje, pues los que viven en Oviedo cobraban hasta ahora como si recorriesen cinco kilómetros diarios. Con estos cambios, las percepciones finales de cada parlamentario no sufren especiales altibajos. Cuando comenzaron las negociaciones de este modelo, un diputado desveló a este periódico que sus ingresos finales no bajarían más allá de 100 o 200 euros al mes. Un diputado raso con residencia en Gijón, por ejemplo, ganará 4.202 euros brutos, de los que 300 corresponderán a los desplazamientos. Hasta ahora, sólo pagaba impuestos por los 2.772 euros que figuraban como asignación base. A esto, añadían 933 euros por la manutención y, en el caso de un gijonés, otros 324 mensuales por el kilometraje.

Ángel González, portavoz de IU y encargado de coordinar las reuniones respecto a este asunto, calcula que la partida para los nuevos complementos de kilometraje «no superará los 80.000 euros». Hasta ahora, la Junta destinaba 171.000 euros al pago de kilómetros que los diputados ni siquiera llegaban a hacer realmente. Tenían una cantidad fija (0,18 euros por kilómetro) que se multiplicaba por los 30 días del mes y por los doce meses del año, acudiesen o no al Parlamento.

En el nuevo plan sólo se prevé este ingreso durante los meses «de actividad parlamentaria», como manifestaron ayer los protagonistas tras su último encuentro, que finalizó ayer, cerca de las tres de la tarde, una vez que hubo terminado el Pleno de esta semana.

Con el acuerdo bajo el brazo y la Junta General ya vacía, los cinco participantes en el encuentro abandonaron la estancia anexa a la sala de prensa con diferente ánimo. La primera en salir fue la forista Cristina Coto. Rechazó hacer declaraciones. A continuación, Fernando Goñi (PP), que enfiló hacia las plantas superiores, antes de ofrecer su versión. Fue el socialista Fernando Lastra el primero en manifestarse. «Este compromiso establece una retribución digna, objetiva y cuantificada. Reconoce, además, la singularidad de los que vienen de diferentes sitios, y acaba con la discusión sobre la transparencia». Y da por hecho que de ésta será la definitiva. «Ya no vamos a dar más vueltas», aseguró.

Más entusiastas fueron IU y UPyD. Ángel González, representante de la coalición de izquierdas, subrayó que «ya antes del acuerdo» el sueldo de los diputados asturianos era «el más bajo de toda España». Lamentó también la falta de unanimidad. «No había más remedio que llegar a un acuerdo, porque todos estábamos contra un sistema que ha durado muchos años y que es mejorable». A los que no se sumaron les pidió «un poco de racionalidad». Y criticó al PP, que rechazó el plan porque pretendía eliminar el kilometraje y establecer salarios lineales en función de la actividad de cada parlamentario. Fue la opción popular tras anunciar dos días antes sus diputados que rechazaban la compensación por desplazarse. «Cuando se hacen las cosas de cara a la galería, hay que sacar la pata de donde se haya metido, aunque rectificar sea de sabios», dijo Ángel González sobre la actitud de los populares.

El artífice de la fórmula que encontró la bendición de los grupos necesarios para aprobar el modelo, Ignacio Prendes, abrió su intervención posterior con un examen de conciencia. «Hemos dado un ejemplo malísimo, porque esto ha durado mucho, pero ya tenemos mayoría suficiente». Habló de un acuerdo para «dignificar» el proceso retributivo de los diputados, dio por terminado «el tiempo del oscurantismo y el cobro por vías poco regulares».

Ahora los servicios de la Cámara deben elaborar un informe para trasladarlo a la Mesa. El órgano de gobierno del Parlamento lo recibirá en su próxima reunión, y será en la siguiente convocatoria cuando quede sometido a votación. El «sí» de las tres fuerzas que se han mostrado de acuerdo será suficiente para darle carácter definitivo. Será entonces cuando los parlamentarios asturianos tengan ya el modelo de sueldos por el que se regirán sus próximas nóminas, tras meses de polémicas y acusaciones cruzadas, sobre todo, por el controvertido sistema de pago del kilometraje.