El medio rural asturiano quiere convertirse en un motor de la economía regional y ser reconocido como tal. Sus representantes creen que tiene potencial suficiente para competir, pero para eso necesita un apoyo decidido que le permita diversificarse. También defienden que se impulse una estrategia de potenciación del turismo rural con la gastronomía y los productos asturianos como punta de lanza, para lo que reclaman una legislación que proteja a los productores y productos autóctonos y un impulso de las marcas bajo el paraguas de "Paraíso natural".

La Red Asturiana de Desarrollo Rural (Reader) reunió ayer en Oviedo por primera vez a casi medio centenar de asociaciones, fundaciones, instituciones y organizaciones profesionales y sindicales de la región para analizar la situación actual del medio rural asturiano y hacer sus propuestas de cara al futuro. En total, intervinieron 45 representantes de todos los ámbitos, que presentaron en sólo cinco minutos cada uno de ellos -bajo el estricto control del gerente de Reader, Luis Miguel Rebustiello- la situación de su ámbito de actuación, sus necesidades y las oportunidades que les ofrece el mercado. A continuación, se expone un resumen de las conclusiones en los distintos aspectos que se trataron.

Turismo. Ha llegado el momento de posicionarse con unos objetivos claros: calidad, profesionalidad, incorporación de nuevas tecnologías y un claro acercamiento con las industrias agroalimentaria y ganadera. Asturias es un ejemplo a nivel nacional en turismo rural, pero tiene una escasa promoción. De ahí que los empresarios del ramo apuesten por estrechar la cooperación con la gastronomía, porque "ambos son elementos diferenciadores, que es lo que reclama el turista", aseguran. También se reclamaron formación especializada y buenas comunicaciones.

Empresas. El diagnóstico de las patronales fue unánime: el futuro será brillante si se acierta con el diseño del mundo rural asturiano. Para eso es necesario apostar por la calidad, la innovación y la tecnología; hay que buscar la cooperación y colaboración entre sectores y es necesario aplicar herramientas para impulsar la comercialización de los productos "made in Asturias". Y un apunte fundamental de coincidencia: hay que dignificar la vida en el medio rural, como en otros países, porque eso ayuda a fijar población y a potenciar el campo.

La innovación. Es una prioridad. Hay que aprehender ideas pioneras e intentar desarrollarlas, además de intercambiar conocimientos y actuaciones. Para ello es necesario empezar por hacer una buena gestión del suelo rural, favorecer el acceso a la financiación y mejorar la fiscalidad atendiendo a las peculiaridades del mundo rural.

El cooperativismo. Ahora hay más de 7.000 socios productores que facturan unos 900 millones de euros al año. Por eso es clave potenciarlo, porque ayudará a la estructura de las industrias láctea y cárnica, a la diversificación y a impulsar la investigación, el desarrollo y la innovación, e incluso favorecerá el relevo generacional.

Mujer. Con un papel fundamental y elemento clave en el desarrollo sostenible del medio rural es, sin embargo, una de las grandes olvidadas. Desde la perspectiva femenina las dificultades se acentúan, porque no constan en muchos casos como trabajadoras ni tienen los mismos servicios y facilidades que en la ciudad, también para las comunicaciones, las nuevas tecnologías y la conciliación de la vida laboral y familiar. En una situación de invisibilidad similar se encuentran las personas que sufren algún tipo de discapacidad. Para ambos colectivos se reclamó ayer una mayor atención por parte de las administraciones. En definitiva, los protagonistas del medio rural piden su espacio y aseguran que, pese al periodo de incertidumbre en el que está inmerso, ofrece nuevas oportunidades si es capaz de aprovechar sus recursos. Que son muchos.