Myriam MANCISIDOR

María Inés Fernández ya de niña sabía que era un hombre encarcelado en un cuerpo de mujer. Con tres años le vistieron de asturiana y lloró. Sentía celos de su hermano mayor y deseaba vestirse como él, de pantalón y camisa. Con 16 años, un psiquiatra le comunicó que era transexual. La noticia no le cogió por sorpresa. María Inés Fernández vivía su adolescencia en Chile, en dictadura, y con 21 años decidió emigrar a España, a Asturias, de donde era su familia. Traía un sueño en la maleta: convertirse en Mané. En cuanto pudo modificó su documento de identidad e inició un largo tratamiento hormonal. Le cambió su físico, su voz y su forma de actuar. Pero tenía pendiente pasar por el quirófano. Ahora, con 45 años, aquella niña ya es un hombre que acaba de estrenar genitales.

El pasado 17 de diciembre se sometió a cirugía de reasignación de sexo en el hospital Carlos Haya de Málaga tras más de dos años en lista de espera. Fernández, responsable del área de transexuales de Xente Gai Astur (XEGA), es el primer asturiano de la unidad de Avilés que ha culminado su tratamiento con cirugía. La operación, de mujer a hombre, no estuvo exenta de riesgos. Mané Fernández sufrió leves complicaciones en el quirófano, pero siguió adelante con su sueño. Días antes de enfrentarse al bisturí, confesó: «Si no salgo del quirófano siendo lo que realmente soy, prefiero quedarme dentro». Cuando abrió los ojos, aún tapado por un sin fin de vendajes, manifestó: «Esta es mi lotería de Navidad». Aún faltaban cinco días para que los niños de San Ildefonso cantaran el «Gordo».

Mané Fernández debe estar a reposo el próximo mes y medio, aunque ya ha cumplido uno de sus deseos. «Cuando me quitaron las vendas me duché con la luz encendida y disfruté. Para mí mi cuerpo era un cáncer, no me gustaba, necesitaba verme hombre ante el espejo y poder enseñarme ante mi pareja sin limitaciones a nivel íntimo», manifestó ayer este hombre. «Me he reafirmado en lo que soy, siento una felicidad constante», subrayó.

Fernández prefirió ayer no entrar en los detalles de su operación. «Se trata de una cirugía complicada pero no quiero contar cómo fue la mía porque decir cuánto mide mi pene sólo serviría para aumentar el morbo», recalcó. ¿Y el coste? «De acuerdo a una memoria que presentó recientemente Sanidad este tipo de cirugía de mujer a hombre ronda, de media, los 10.000 euros: calderilla para la Seguridad Social porque somos muy pocos», subrayó. En este caso, el Gobierno regional se hace cargo de las dietas de los transexuales que se desplazan a Málaga.

Mané Fernández ha puesto así punto final a una larga historia de incomprensión y valentía. Pronto se operará en Málaga otro transexual asturiano: un hombre que desea ser mujer, otro niño que también nació con el sexo equivocado.