A. P. GIÓN

-Esto es un chollo. Le vendo dos broches por seis euros.

-¿No es un poco caro? ¿Una rebaja?

-Si quiere uno por 3,50...

Javier Rey Miranda, alumno de La Carriona-Miranda, intentaba vender a última hora de la tarde de ayer los últimos productos de su cooperativa. El joven «empresario» no quería ni oír hablar de regateos porque «el negocio es el negocio». Los emprendedores más jóvenes tomaron ayer El Parche avilesino con motivo de la celebración del Mercado de cooperativas y asociaciones escolares en el que participaron 899 estudiantes de los programas «Emprender en mi escuela», «Jóvenes Emprendedores Sociales», «Empresa Joven Europea» y «Una Empresa en mi Centro». La coordinación del gran zoco anual corrió a cargo de la Ciudad Tecnológica Valnalón.

Productos de toda índole podían adquirirse ayer en un Parche convertido en plaza de abastos. «Bomboneras, vendemos bomboneras», «marcapáginas a dos euros», «los mejores productos de La Rioja en Avilés», repetían los vendedores. «Buenos días señorita, tenemos todo muy barato y muy bueno», se dirigió a una clienta Diego Blanco, estudiante de cuarto de ESO del IES Corvera. Los estudiantes de 28 centros educativos de Avilés, Castrillón, Corvera, Cudillero y Pravia echaron el resto para que su negocio fuese el más rentable de los participantes.

Algunos, como los alumnos del Colegio Público Sabugo, convirtieron sus puestos en pequeños espacios de creación. Y es que un grupo de estudiantes de este centro avilesino elaboraron a pie de plaza retratos de sus clientes con plastilina que vendían a tres euros. «El dinero lo gastaremos en ir al cine o a la pizzería», explicó Yassir Afia El Mesdqui, estudiante de cuarto curso del colegio Sabugo.

Los emprendedores ofertaron productos que ellos mismos fabricaron y artículos importados de otras regiones e incluso del extranjero. Productos típicos de Galicia, Madrid, Extremadura, Valencia, Castilla La Mancha, Murcia, Cataluña, Navarra, Portugal y Reino Unido salpicaban los puestos de las cooperativas juveniles. El toque más internacional lo puso el danés Cristopher Borgbjerg, estudiante del Roskilde Business College, que instaló un puesto en El Parche gracias a un proyecto con el Instituto Selgas.

Bajo un sol abrasador los emprendedores más jóvenes de la comarca hicieron su negocio del año. Ahora toca analizar resultados y repartir beneficios. La mayoría destinarán un elevado porcentaje a organizaciones no gubernamentales. Y es que los negocios no están reñidos con la solidaridad.