La Asociación de Conservadores y Restauradores de Asturias (ARA) está a punto de cumplir los 4 años de vida, con una treintena de socios y la presidencia en manos de Beatriz García. Actualmente trabajan para ingresar en la asociación española de restauradores. ARA organiza un curso monográfico que correrá a cargo de la conservadora-restauradora del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Arianne Vanrell Vellosillo, y que se celebrará el jueves y el viernes en el Centro Municipal de Arte y Exposiciones (CMAE) del Arbolón. A la inauguración, el jueves a las nueve de la mañana, asistirá la Alcaldesa, Pilar Varela, y Francisco Crabiffosse, director de Acción Cultural de Asturias.

-¿Qué balance hace de los primeros compases de la Asociación de Restauradores?

-Los primeros años hemos hecho poca difusión, pero aún así cada vez tenemos más socios y organizamos más actividades y mejores cursos. Queremos ofrecer una formación continua a los profesionales, en ello va implícita la calidad del trabajo del restaurador. Y por otra parte nuestro objetivo es la difusión, tanto del patrimonio como de nuestra labor. Pensamos que si la sociedad no entiende qué es lo que hacemos, no lo va a valorar y no se va a invertir en mejorar el patrimonio. Existe la idea en la sociedad de que un restaurador es el que repara. Pero no es sólo eso, nuestra misión va mucho más allá: se trata de investigar y estudia la obra desde todo tipo de aspectos, además de ser quienes conservamos e intervenimos en ella manualmente para restaurarla.

-Es decir, no se trata sólo de trabajar con el cuerpo del arte, sino también con su alma.

-Los conocimientos tienen que ser multidisciplinares, y la conservación también. Abarcamos distintos campos: biología, física, química, historia? Y a la hora de restaurar también tienes que aglutinar a una serie de profesionales que te asesoresn: historiadores, científicos, petrólogos? Tenemos que terminar con la idea del restaurador como artista o como artesano. Y todo el mundo tiene que concienciarse de que nuestro trabajo tiene otro valor y otros precios. No es la primera vez que cuando dices lo que cuesta una restauración alguien se echa las manos a la cabeza.

-¿Se ha avanzado?

-Sí. Los restauradores se forman cada vez más, y la administración exige más calidad en los trabajos. Por primera vez la Administración regional cuenta con nosotros en el Consejo de Patrimonio, es de agradecer. Queremos que la gente entienda que restaurar no es dejar bonita una obra o completar lo que falta, sino respetar lo que hay, eliminar los deterioros y evitar que se siga destruyendo.

-¿Pasa factura la crisis?

-Se nota. Encargos privados cada vez hay menos. Se vive de subvenciones, de ayudas públicas. Ahora parece que se va a mover la restauración de la Catedral, de la Cámara Santa? parece que se abren nuevas luces. Pero sobre todo, vinculadas a la iniciativa pública.

-¿Qué diagnóstico hace del patrimonio asturiano?

-Necesitaría mucho más cuidado.Asturias atesora un patirmonio tan grande, sobre todo de prerrománico y de románico, que es muy difícil atender a todo. De ahí la importancia de la difusión. Si todos somos coscientes de lo que vale el patrimonio, todos intentaremos al menos que no se siga deteriorando.

-¿A quién está destinado el curso de conservación?

-A estudiantes y profesionales de todo ámbito, no estrictamente de la conservación, es también conservación preventiva, embalaje? todo el trabajo que se mueve en torno a un museo y que nadie ve. Arianne Vanrell lleva un equipo multidisciplinar de restauración de arte contemporáneo en el Reina Sofía. Detrás de una obra de arte está su embalaje, almacenaje, traslados... y nosotros somos los reponsables. El Ayuntamiento de Avilés y Cajastur subvencionan esta actividad.