El alquiler turístico de pisos y apartamentos de la comarca durante la presente temporada estival se ha mantenido este año en cifras similares a veranos anteriores pese a la coyuntura económica adversa, aunque los días de estancia de los inquilinos cada vez son menos. Los veraneantes que eligen la comarca para disfrutar de sus días de descanso a pie de playa -sobre todo en Castrillón y Gozón- solían arrendar sus viviendas por meses pero, debido a la crisis, cada vez es más habitual que los alquileres se firmen por quincenas o, a lo sumo, periodos de tres semanas. Así lo confirman Toñi Peláez e Ignacio Fernández, propietarios de pisos de alquiler en Gozón y Castrillón, respectivamente.

En el caso concreto de Gozón, las cifras de alquiler de pisos presentaron una ligera caída respecto a años anteriores, aunque por lo general se mantuvo el nivel de ocupación de la temporada pasada. Clara Suárez, propietaria de una finca rústica en Gozón, manifestó al respecto: «Este verano se notó un pequeño descenso de la ocupación, pero el número de clientes fue parecido al del año pasado». Los que deciden alquilar una vivienda para el periodo estival lo hacen, sin embargo, reduciendo el número de días. «De alquilar el mes entero han pasado a reservar por quincenas», confirmó Toñi Peláez, dueña de un apartamento en Luanco. «El mes fuerte suele ser agosto; a partir de ahí es más difícil alquilar», manifestó Olga Suárez, propietaria de un piso en Luanco.

Dependiendo de las características, el precio de los alquileres oscila de los 400 a los 1.600 euros. Toñi Peláez, por ejemplo, alquila su vivienda por 1.200 euros el mes entero. Por una semana cobra 600 euros. El mes de septiembre se presenta con incertidumbre entre los arrendatarios.

En cuanto al concejo de Castrillón, la demanda de alquileres se mantiene en los mismos niveles que el año pasado. Así lo corroboró Ignacio Fernández, dueño de un apartamento a escasos metros de la playa de Salinas. «Lo que sí ha descendido es el número de días que la gente quiere alquilar; de quince pasan a una semana en algunos casos», señaló. Este caída en los días de contratación del alquiler se produce en gran medida por la crisis: «Las familias tenemos menos poder adquisitivo y reducimos en lo que podemos, como en los días que nos vamos de vacaciones», destacó María Jesús Fernández, propietaria de un piso en Salinas. Entre mayo y septiembre, las temporadas con más dificultades para realizar un contrato es la primera quincena de mayo y la segunda quincena de septiembre. Cristina Sánchez ha notado en cambio una ligera variación respecto a otros años: «En julio no hay problema, los últimos días de agosto a veces es más complicado».

Silvia García hace pocos meses que ha puesto su apartamento en Castrillón en alquiler: «El mes de julio y agosto lo alquilé rápido, pero para septiembre no tengo inquilinos», confesó. Dependiendo de las características de la casa, los precios varían en Castrillón entre 450 y1.000 euros. Silvia García alquila su piso en cualquier mes del año a un precio de 550 euros. Ignacio Fernández, al contrario, lo modifica en función del mes: de 1.500 euros en mayo a 3.400 euros en agosto. Estas cantidades por el alquiler mensual se mantienen con respecto a otros años: «Ni lo subo ni lo bajo», destacó María Jesús Fernández, que añadió: «Ya hace unos años que mantengo el precio porque suele venir las mismas personas cada verano y sé que cada vez es más complicado, así que trato de ponérselo fácil a los huéspedes».