La Consejería de Fomento sacó a información pública el proyecto de la variante de la carretera AS-328 Avilés-Faro de Peñas, a la altura de la cantera del Estrellín. El objetivo de esta obra es desviar la carretera en el tramo necesario para permitir que continúe la explotación. A medio plazo facilitará también que el puerto gane terreno para ampliar sus muelles en la margen derecha y que también en unos años, se desvíe la actual carretera al faro de San Juan de Nieva para unificar toda esa zona de instalaciones portuarias.

El plan de explotación de la cantera ya preveía esta intervención. Hace una década, la Autoridad Portuaria, el Ayuntamiento de Avilés y la empresa Acciona, que tiene los derechos de la explotación, firmaron un acuerdo donde se contemplaba el desvío de la carretera para liberar los terrenos. Una vez que la cantera se agote, o deje de interesarle su explotación a Acciona, será el momento en el que la Autoridad Portuaria pueda actuar.

Según la resolución publicada ayer en el Boletín Oficial del Principado de Asturias (BOPA), el proyecto para la desviación de la carretera recibió el visto bueno provisional de la Consejería de Fomento el 31 de octubre, y ahora comienza el plazo de alegaciones tanto para el trazado elegido como para el estudio preliminar de impacto ambiental. El plazo para hacer las aportaciones concluye dentro de un mes.

La cantera del Estrellín, de la que se extraen áridos para la construcción, lleva funcionando varias décadas, y con esta ampliación la explotación ganaría 25.800 metros cuadrados. Parte de los terrenos que primero fueron vaciados para aprovechar los materiales son los que ahora utiliza Asturiana de Zinc para verter los residuos de jarofix. El vertedero está a punto de colmatarse, de ahí que la multinacional haya pedido permiso para ampliar el depósito. Los residuos de Azsa han ido quedando depositados en distintos lugares desde la implantación de la industria. Primero la jarosita, un material de alta toxicidad, se acumuló en balsas en El Espartal. Después se recurrió al vertedero de El Estrellín. Y ahora, con el fin de la capacidad a tres años vista, Azsa pretende ampliarlo, pese a la oposición de los grupos ecologistas.