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El mar como inspiración

Maneiro Paredes, de Podes, juega con los elementos de la naturaleza que encuentra en los arenales para componer sus obras pictóricas y escultóricas

Eduardo Maneiro Paredes, junto a su obra "Anamorfosis", en el parque La Mina y el Mar, de Bañugues. RICARDO SOLÍS

Eduardo Maneiro Paredes pierde su nombre de pila cuando sale de su casa en San Martín de Podes. Pocos le conocen por Eduardo. Este artista comenzó a pintar cuando ni siquiera había cumplido nueve años y, desde entonces, no ha parado ni lo hará hasta el día en que fallezca. Sus manos también son hábiles para confeccionar piezas escultóricas como "Anamorfosis", que se puede ver en el parque La Mina y el Mar, de Bañugues. Siendo un crío vivía en el poblado de Endasa y más tarde pasó una temporada en el barrio avilesino del Carbayedo. Después regresó a su concejo natal, donde sigue creando sin descanso en el estudio que posee en Podes. En próximas fechas quiere trasladarse a Luanco, donde seguirá adelante con sus juegos de color y formas. "Comencé aprendiendo dibujo, de chavalete aparqué unos años el arte y cuando me casé lo recuperé", relata Maneiro Paredes, con el que se retoma una sección semanal de LA NUEVA ESPAÑA que repasa la vida de algunas caras conocidas del municipio gozoniego.

Reinició su papel como artista en la Escuela de Artes y Oficios de Avilés, donde consiguió un diploma honorífico de pintura. Sus habilidades como pintor son casi autodidactas, juega con colores y aprende en cada paso a diseñar nuevas composiciones. Ha participado en decenas de certámenes y en exposiciones colectivas donde ha compartido espacio con artistas de la tala de Piñole, Secades, Pelayo Ortega, Orlando Pelayo, Marola, Sierra y un sinfín de nombres más. Ha expuesto también en el Museo de Bellas Artes.

Su pericia como escultor es pareja a la pintura. "Considera que tanto la escultura como la pintura tienen cualidades expresivas similares; es normal que un pintor sea también escultor", afirma el artista de Podes. Trabaja con hierro, madera y piedra y aprovecha sus conocimientos en soldadura para pulir sus obras de arte. "Primero, me centro en la composición y luego, voy poco a poco trabajando", describe.

Maneiro parte de un concepto del arte más creativo que comercial, juega con los elementos que encuentra junto al mar, la denominada "rucha". "Muestro los detalles que deja la mar en la tierra en óleos de 1,40 x 1,40 y me encanta el detalle. Antes miraba paisajes pero siempre huía de las postales; no me gustan", relata.

Como buen gozoniego, la mar es un medio de inspiración artístico para Maneiro Paredes. Un alga adosada a un mejillón, los troncos... Siempre que tiene ocasión da un paseo por los arenales del municipio, sobre todo Xagó, para ver si encuentra alguna que otra pieza para futuras composiciones.

Durante su larga trayectoria artística ha colaborado en revistas y libros de arte, el último un encargo de un restaurante de Otur (Valdés). Tiene claro que su vida es el arte y de hecho, no duda a la hora de afirmar que será pintor hasta que le llegue la hora de la muerte. Es más, últimamente hace pruebas con el ordenador para jugar con composiciones y colores y se ha animado a dibujar de manera digital.

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