Avilés y su futuro suelo industrial "verde", pendientes de la burocracia para vender las parcelas

El gobierno local está dispuesto a convocar un Pleno extraordinario para aprobar la modificación urbanística de Baterías y acelar la inscripción del suelo

Estado del suelo de Baterías con el gasómetro indultado al fondo y el edificio de los antiguos almacenes generales de Arcelor a la izquierda. | Ricardo Solís

Estado del suelo de Baterías con el gasómetro indultado al fondo y el edificio de los antiguos almacenes generales de Arcelor a la izquierda. | Ricardo Solís / Marián Martínez

Marián Martínez

Marián Martínez

El Ayuntamiento de Avilés confía en que todos los trámites administrativos que envuelven al futuro ecoparque de Baterías estén resueltos a lo largo del verano, de tal manera que en el próximo otoño, o como mucho antes de que finalice el año, se puedan inscribir e iniciar la venta real de las parcelas.

Mientras tanto, Sepides anuncia que uno de sus objetivos es convertir el futuro parque de Baterías en una zona industrial y logística a la vanguardia de la innovación y la eficiencia. "Enfocado en la sostenibilidad y la descarbonización, el parque será certificado con el sello de polígono ‘verde’ que le dotará de un valor añadido diferenciador y alineado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)", asegura.

Un informe de la Confederación Hidrográfica del Cantábrico es el trámite que está pendiente desde hace meses para que el Pleno municipal de Avilés pueda aprobar la modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) que afecta a esos más de 200.000 metros cuadrados de terreno. Será entonces cuando el terreno se pueda parcelar, Sepides pueda registrar esas fincas y las pueda comercializar de manera efectiva, y no solo ofrecerlas a modo informativo según las consultas de interés que recibe.

La empresa pública ya ha dado por finalizada la fase II, que incluía la demolición y desescombro del espacio cumpliendo la planificación acordada en el calendario de ejecución de las obras, que concluirán con la urbanización del futuro parque que se levantará en estos terrenos.

Sepides señaló ayer que "la comercialización del suelo industrial y logístico que conforman este espacio es una de las prioridades para dar respuesta a la demanda de espacios en la comarca de Avilés. La compañía fijará precios competitivos y de mercado para las parcelas finalistas con el objetivo de favorecer la implantación de industrias y sectores estratégicos que potencien el tejido empresarial, económico y social de Asturias".

El presidente del Principado, Adrián Barbón, señaló durante su visita al Centro Niemeyer que "se sigue avanzando en el proyecto tal y como estaba definido en sus fases. Es uno de los grandes espacios transformadores de futuro. Todos estamos trabajando fuerte para que un espacio en desuso sea una realidad empresarial atractiva". Y una vez más destacó que "Avilés está permanentemente reinventándose y eso es lo que la hace especialmente atractiva".

La alcaldesa, Mariví Monteserín, señaló, por su parte, que para el ecoparque de Baterías, "vamos siguiendo la pauta, el diseño y la agenda. En el momento en que tengamos el estudio de la Confederación Hidrográfica convocaremos si es necesario un pleno extraordinario para aprobar la modificación del Plan Urbano y empezar la siguiente fase, y no perder tiempo para la definición de parcelas e ir directamente a la comercialización".

Además de los trámites administrativos, todavía hay que superar la fase de urbanización, que no se ha iniciado.

Una demolición que se mide en toneladas

La demolición de las antiguas instalaciones industriales arrojan cifras de enorme cuantía. Según los datos facilitados por Sepides, durante la extracción de materiales se contabilizaron más de 245.000 toneladas de residuos valorizados, 7.490 de carbón, 39.000 de chatarra férrica y 163,8 de amianto. Todos los materiales extraídos susceptibles de ser utilizados para la edificación del parque se aprovecharán en la creación del nuevo espacio, lo que implica un ahorro de materias primas y el cuidado del medio ambiente. Además, se han trasladado 16.121 toneladas de residuos peligrosos a gestores autorizados y especializados en su manejo y tratamiento.

Más datos: se utilizaron 1.077 kilos de explosivos durante la voladura de las chimeneas y uno de los gasómetros. Han trabajado una media de 63 personas, aunque hubo momentos de hasta 110. En total, se destinaron más de 278.000 horas de trabajo a la demolición de 45.038 metros cuadrados construidos y hubo una media de seis máquinas cada día trabajando simultáneamente en las obras. La más utilizada con carácter general ha sido la retroexcavadora de demolición de 40 toneladas.

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