Son muchos los favores que se le atribuyen a la Virgen de los Remedios de Guimarán (Carreño) y a juzgar por la devoción que se le profesa, ésta debe de cumplir y mucho. Así las cosas no es raro que cada año, en el domingo que sigue a la fiesta del Cristo de Candás, haya cientos y cientos de peregrinos que acuden a pie a la pequeña capilla para darle las gracias, asistir a la misa en su honor y disfrutar de una romería en la que no faltan la música, la buena comida y un estupendo ambiente.

Numerosos carreñenses, pero también personas llegadas de todas las partes de Asturias -sobre todo, de concejos cercanos como Avilés, Corvera o Gijón- cumplieron ayer con la tradición de acudir a la capilla de Los Remedios a pie (también hubo gente en bici o los que alternaron la caminata con el coche) para rendir cuentas a la Virgen y celebrar su día. El cura Manuel Ángel García ofició la misa y recibió delante del templo -su pequeño tamaño y la elevada asistencia obligan a que el oficio sea en el exterior- al grupo "La Folixa", encargado cada año de la ofrenda del ramo: una creación a base de panes y flores que hizo a más de uno levantar la cabeza ante sus llamativos colores y su gran altura.

En la capilla lucieron alrededor de la Virgen muchas flores, colocadas por la vecina Mari Jose y, en parte, donadas y costeadas por personas anónimas en señal de agradecimiento a la Virgen. Entre los asistentes no faltó la alcaldesa, Amelia Fernández, orgullosa de cómo todo el pueblo, capitaneado por la comisión de festejos "El Pegoyu", se vuelca y colabora en los festejos. Hoy llegan a su último día con el vermú, una comida y, a la tarde, la marcha cicloturista. Verbena y chocolatada, a la noche.