Las Cuencas perdieron hace casi una década su hegemonía en la producción de carbón en Asturias en favor del Suroccidente de la región, una comarca que actualmente ya extrae el doble de mineral que los valles del Nalón y del Caudal con menos de la mitad de la plantilla gracias al empuje de las empresas privadas controladas por el grupo del empresario leonés Victorino Alonso, a la modernización de las minas y a las explotaciones a cielo abierto, erradicadas en el centro de la región por su impacto ambiental.

Los pozos hulleros de las Cuencas son el símbolo de la minería en Asturias, pero el carbón sale, sobre todo, de las explotaciones de antracita de Cangas del Narcea, Tineo, Degaña e Ibias. Hasta 2002, las comarcas del Nalón y del Caudal eran los principales productores de carbón regional gracias a las minas de Hunosa y de pequeñas empresas privadas como Jovesa o Minas del Principado. El cierre de la minería privada de las Cuencas (sólo queda Carbones de Linares) y los ajustes de producción de Hunosa, junto con la clausura de las explotaciones que estaban fuera de las Cuencas, como La Camocha, han hecho que la extracción de hulla en Asturias, concentrada en el centro de la región, se haya reducido a la mitad en la última década, pasando de 2.063.965 toneladas en 2000 a las 951.857 toneladas registradas en 2009 (hace dos décadas la producción regional de hulla era de 4.749.264 toneladas), según los datos que maneja la Sociedad Asturiana de Estudios Económicos e Industriales (SADEI).

Paralelamente, la producción de antracita en la región, concentrada en el Suroccidente de Asturias, sufrió una caída menor en la primera mitad de la última década y en la segunda ha registrado un repunte de producción, de manera que si se comparan los datos de 2000 (1.712.200 toneladas de carbón) con los de 2009 (1.715.936 toneladas) se aprecia incluso un incremento de la extracción de mineral (más acusado si la comparación se hace con respecto a hace dos décadas, cuando se sacaban en el Suroccidente 1.425.983 toneladas).

Además, las diferencias entre las Cuencas y el Suroccidente se están acrecentando durante este año. Así, según los últimos indicadores de producción de las industrias extractivas de SADEI, los correspondientes a febrero de 2010, la extracción de hulla, concentrada en las Cuencas, fue de 72.353 toneladas, mientras que la de antracita, localizada en el Suroccidente, fue de 172.815 toneladas, es decir, más del doble.

El incremento de extracción de antracita se ha producido al mismo tiempo que se ha llevado a cabo una concentración empresarial en las minas del Suroccidente que ha permitido afrontar procesos de modernización de las explotaciones para acceder a nuevos yacimientos. Ahora sólo operan en la zona tres empresas, dos de ellas del grupo del empresario leonés Victorino Alonso, que son Coto Minero del Cantábrico (donde quedaron integradas las antiguas Hullas de Coto Cortés y Minas de Tormaleo) y Uminsa (que absorbió las antiguas González y Díez, Antisa y Coto Minero del Narcea), y la tercera es Carbonar.

Las empresas del grupo Alonso han puesto en marcha ambiciosos proyectos como el plano-túnel de Cerredo, una mina construida con técnicas de obra civil y totalmente mecanizada en la que los camiones casi acceden a los tajos (unidos mediante transversales con los puntos de corte del túnel) para extraer el carbón. Uminsa ha invertido 32 millones de euros en ese yacimiento para obtener, según sus responsables, un millón de toneladas al año, un objetivo que está en marcha. Además, las empresas de Alonso disponen de las únicas minas a cielo abierto de la región, lo que facilita la extracción del mineral con menos mano de obra, pero con un impacto medioambiental mayor.

Según los datos que maneja el Ministerio de Industria (cerrados a septiembre de 2009), las empresas del suroccidente de Asturias tienen la mitad de trabajadores que las de las Cuencas. Entre plantilla propia y contratada, Uminsa tenía en Asturias 300 trabajadores en minas subterráneas y 94 en cielo abierto; Coto Minero Cantábrico, 384 trabajadores en explotaciones subterráneas y 128 en cielo abierto; y Carbonar, 195 trabajadores. En total son 1.101 trabajadores en explotaciones del Suroccidente, que contrastan con los 2.774 que hay en las Cuencas resultantes de sumar los 2.752 de Hunosa y los 22 de Carbones de Linares, empresa ahora bajo investigación judicial por un supuesto fraude en ayudas a la producción.

Las minas del Suroccidente extraen el doble de carbón que las de las Cuencas con menos de la mitad de la plantilla y en ese contexto llama la atención que Hunosa, por encargo del Gobierno, haya tenido que acabar comprando durante los últimos meses parte de la producción de esas minas al dejar las térmicas de consumir carbón por la caída de la demanda eléctrica y el incremento de producción con renovables.