El Sporting de Abelardo se convirtió ayer en el equipo más sólido de la historia de Segunda. Nunca antes, desde que esta competición se disputa en el formato actual de un solo grupo, un equipo había resistido 16 partidos sin perder. El Sporting, sí. Los guajes de Abelardo rubrican su registro con una trabajada y eficaz victoria ante un Lugo que jugó bien al fútbol, aunque le faltó mordiente. Los de Quique Setién, no le trae suerte El Molinón al buen técnico cántabro, protestaron que se anulase el que hubiera sido el gol del empate, conseguido por Iriome más allá del tiempo añadido, en una acción confusa. La victoria ante el Lugo permite a los rojiblancos situarse, de pleno derecho, en ascenso directo, empatado a puntos con el líder Las Palmas, aunque con un partido más.

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La victoria que abre la puerta de la historia se consiguió con más sudor que brillo, con mucho trabajo y gracias a la mano de Abelardo. Dos goles más de estrategia para remontar el tanto inicial de Aganzo, que aprovechó un desajuste defensivo. El primero en semanas, en la zaga rojiblanca. Pocos equipos en la categoría sacan tanto rédito a las acciones a balón parado, despreciadas por muchos entrenadores y exprimidas por Abelardo. El Pitu decidió ayer dar descanso a Nacho Cases, que no se había perdido un minuto en toda la temporada. Una decisión arriesgada, ante un rival que maneja la pelota con tacto y mimo. Los nervios iniciales de Rachid, generaron algunas dudas que se fueron aparcando a medida que el franco-argelino le cogía el punto al partido.

Ni siquiera el gol del Lugo, ante un Sporting apagado, provocó el más mínimo murmullo. El Abelardismo es, desde hace semanas, la religión dominante en El Molinón. El campo apoyó sin fisuras a los suyos y ya no se distrajo con pañoladas ni con el palco. Lo que tenga que venir de Inglaterra será juzgado en su momento. Lo que toca ahora, es disfrutar de un equipo de leyenda, que ha entrado en la más brillante historia del fútbol español, aun con un baño de plata, y que se ha convertido en un aspirante firme al ascenso de categoría. El club cambiará de manos en los próximos días, pero el dueño de su escudo será siempre el sportinguismo.