Oviedo, J. L. S.

Caja Mediterráneo (CAM), socio principal de Cajastur en la «fusión virtual» que ambas están desarrollando junto a Caja Extremadura y Caja Cantabria, acaba de comunicar a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), que acumula activos inmobiliarios (casas y solares) por valor de 3.212 millones de euros, 895 millones más que un año antes. La mayor parte de ese dinero corresponde con viviendas terminadas que están en posesión de la entidad financiera debido a ejecuciones hipotecarias y embargos por impagos. Aligerar esas cargas mediante la venta de viviendas será una de las líneas de la estrategia que desplegará el nuevo banco que Cajastur compartirá con CAM y con sus otros aliados.

El Banco de España ha pedido a todos los bancos y cajas españoles que informe de los riesgos inmobiliarios que tienen en sus balances. Las dos grandes cajas de la Comunidad Valenciana (CAM y Bancaja) se han anticipado estos días con la información divulgada coincidiendo con sendas emisiones de pagarés. Ambas entidades, muy pegadas al boom inmobiliario del levante español, se confirman como dos de las más expuestas a la «crisis del ladrillo». La lista la encabeza Bancaja, que acumula unos 3.600 millones en inmuebles y que se ha fusionado, también mediante la fórmula del Sistema Institucional de Protección (SIP), con Caja Madrid.

Durante los años del boom inmobiliario CAM fue una de las entidades más pegadas al negocio de la vivienda tanto dentro de Alicante como en otras provincias. De hecho, en un «ranking» elaborado por el banco de inversión japonés Nomura, la alicantina aparecía como una de las entidades con un mayor riesgo inmobiliario (medido como proporción de los activos -créditos y otros- vinculados al sector en relación al patrimonio neto). Por contra, Cajastur ocupaba una de las últimas posiciones.

La morosidad ligada al sector inmobiliario que tiene la entidad alicantina también ha subido durante el último año. Un reciente informe de la propia caja cifra su mora en el sector en el 9,47%. En cambio, ha conseguido reducir el peso del sector inmobiliario sobre los créditos globales que concede. A junio de este año este porcentaje rozaba el 22%, mientras que un año antes alcanzaba el 23,3%.

Durante los años de bonanza económica la caja alicantina respaldó operaciones singulares fuera de su provincia. CAM fue una de las entidades que financiaron a Francisco Hernando «Paco El Pocero» en su macroproyecto inmobiliario en la localidad toledana de Seseña. Una operación que es emblema de los excesos urbanísticos que tuvieron lugar en España. Tras el fracaso de este proyecto, la caja que preside Modesto Crespo tuvo que quedarse de una sola tacada con unos 500 pisos del promotor manchego.

Las cargas inmobiliarias de CAM pasarán a serlo del nuevo banco que liderará Cajastur. Directivos de la caja alicantina se encargarán de la estrategia para deshacerse de las propiedades que acumula el grupo y que en un 90% corresponden a los activos de CAM. La venta de esas propiedades será, según supo este diario, una prioridad del nuevo banco, ante el impacto que pueden tener en el balance la pérdida de valor de los inmuebles y la normativa de provisiones del Banco de España.