Oviedo, L. G.

El consumo de gasolinas y gasóleos está bajando este año en Asturias y en el conjunto de España. Lo ha hecho incluso después de que, a partir de julio, el Gobierno diera marcha atrás en su decisión de rebajar de 120 a 110 kilómetros por hora el límite de velocidad para circular por autovías y autopistas, una polémica medida que estuvo vigente entre marzo y junio. En esos meses, el consumo de carburantes descendió en la región, pero también lo hizo en julio y agosto, ya con la limitación extinguida, según los datos oficiales más actualizados.

Tales resultados son congruentes con la tesis de la patronal de las gasolineras, que ha relacionado la menor demanda de combustibles durante la pasada primavera no con la controvertida restricción de la velocidad, sino con el impacto de la crisis en el sector del transporte, que ha reducido el movimiento de mercancías, la obra pública y los desplazamientos en vehículos particulares. Ahora bien, los mismos datos dan a entender que algún efecto sí pudo tener la prohibición temporal de circular a 120 kilómetros por hora: durante los meses que duró la limitación el consumo de gasóleo estuvo bajando en Asturias a un ritmo del 8%, mientras que en los meses siguientes de los que existen datos (julio y agosto) la caída se desaceleró, quedando en el 3 por ciento.

La forma en que se han subido los combustibles deja al aire una aparente paradoja: los precios son de récord a pesar de que la demanda baja y el petróleo está lejos de su máximo histórico. Según el sector, influyen el cambio de divisas, la capacidad de refino y otras cuestiones. Las organizaciones de consumidores añaden que la formación de los precios sigue siendo opaca.