M. CASTRO

El presidente de la Cámara de Comercio de Gijón, Langreo y Carreño, Luis Arias de Velasco, ha reconocido la caída de ventas y visitantes en la 55.ª edición de la Feria Internacional de Muestras de Asturias (FIDMA), que ayer echó el cierre. La mayor parte de los expositores consultados por este diario han lamentado los flojos resultados que han obtenido en la Feria por segundo año consecutivo.

«Esto no es una isla. El consumo ha disminuido en un porcentaje ligero y las ventas se han resentido, lo que es normal dado el entorno», señaló Luis Arias de Velasco en referencia a la crisis en la que se halla sumida España.

En cuanto al público, a falta de contabilizar los visitantes de ayer, se esperaba un descenso del orden del 1% respecto a las cifras del año anterior, con lo que FIDMA seguiría contando con unas visitas del orden de las 700.000, como en los últimos años.

Una coyuntura que también se ha reflejado en la caída de ingresos de la Cámara de Comercio por los alquileres a los expositores. Unos ingresos en los que se ha producido una «ligera caída», al haberles bajado los precios, señaló el presidente cameral.

Donde sí mejoraron los resultados fue en los ingresos por taquilla, que aumentaron un 4,41%, debido a la restricción en los regalos de entradas y pases de honor que la Cámara realizaba otros años. Unas restricciones que se habían aplicado, aunque en menor medida, el año pasado.

La flojedad de la edición que acaba de terminar la refrendó gran parte de los expositores consultados por este diario. Miguel Barahona lleva décadas en la Feria. Sus padres ya regentaban un stand cuando el certamen se celebraba en El Molinón. Él ha tomado ahora el relevo en la empresa tarraconense MV Barahona. «Llevo viniendo a Gijón toda la vida, menos en 1995, que tuve que hacer la mili. Este año ha sido de los más flojos, más incluso que 2010. Los últimos años ha ido bajando, no tiene nada que ver con lo que se vendía hace diez años», señala el comerciante. En el lado positivo apunta que FIDMA sigue siendo la mejor feria de España. «A otras, como las ferias de Andalucía, ya dejamos de ir. La crisis se ve por toda España», indica.

Chema Rivero, gerente de MKit lleva veintidós años vendiendo sofás y otro mobiliario en la Feria. La edición de FIDMA que ayer acabó le deja un sabor agridulce, con un mal resultado de ventas, pero ligeramente mejor que el de 2010. «Pensábamos que iba a ser un año malísimo y al final ha sido un poco mejor que 2010, que para nosotros fue nefasto. Hemos sacado para poco más que para pagar los gastos. Sólo hemos vendido un 15% de lo que vendíamos en un año normal», indicó este comerciante, que se quejó de la, a su juicio, nula promoción de FIDMA que ha hecho la Cámara de Comercio.

«Ha sido más flojo en ventas que el año pasado, en especial los días de gran afluencia, en los que vino mucha gente, pero no a comprar», explica Felicidad Villaón, propietaria del stand de peletería y complementos Secondtex, de Salamanca, que participó por tercer año en FIDMA.

Tampoco se dio bien la Feria para algunos stands de los que sólo buscaban hacer contactos previos, para cerrar el negocio tras el certamen. Eva Alonso, directora de ventas de la madrileña Oriflame, que trata de captar en la Feria clientas para enviarles a domicilio catálogos de cosméticos, señala que este año ha realizado sólo la cuarta parte de inscripciones que en 2010.

La caída de las ventas llevó a que el año pasado dos empresas de Gijón, Talleres RPM y Ecológica compartieran stand junto con Motor Fox de Langreo. Venden motocicletas, bicis y coches que no requieren carné de conducir por su cilindrada. Dicen que este año les ha ido «entre mal y peor», con muchas menos visitas y ventas que en ediciones anteriores. «Hubo mucha gente paseando y curioseando, pero sin ánimo de comprar. El año 2009 fue medio malo, 2010 malo, y éste fatal», explica Marlén Fernández, una de las personas que atienden en el stand.

Carolina da Silva, vendedora de uno de los locales de la Galería Comercial, de la empresa madrileña Jesús Posada, califica de «mucho peor que otros años» el volumen de ventas de esta edición. «En 2010 vendíamos 700 euros al día; éste 300, para cubrir gastos. Es el peor de los tres años que lleva viniendo la empresa. Y como nosotros están la mayoría», indicó.

Aunque la mayoría de los comerciantes consultados se quejan del resultado que han cosechado en esta edición de la Feria, otros se muestran plenamente satisfechos. Es el caso de Colchonería Descanso, de Gijón. Su responsable, Carlos Hurtado, que lleva siete años vendiendo en la Feria, señala que éste es el segundo mejor año en ventas para su empresa, por detrás de 2009. No obstante, los temores que la crisis infunde a los clientes se han visto reflejados en el hecho de que otros años vendía fundamentalmente colchones de gama alta, mientras que este año ha realizado numerosas ventas de los de gama media.

David Santirso, vendedor de la barcelonesa Idear, que contó con diez stands en la galería comercial, señala que cierran la Feria con un buen resultado, pero que han debido esforzarse más que otros años, con mejores ofertas y mayor insistencia ante los clientes para cerrar ventas. La empresa lleva trece años ofreciendo sus productos en la Feria.

Otros han obtenido un resultado parejo al de 2010. Mario Arribas, responsable de la empresa toledana Canal Home, explica que este año «hemos tenido menos visitas pero más ventas». Esta empresa, con dos stands en el Pabellón de Asturias y uno en el Pabellón Central vende sofás y almohadas, entre otros productos. Su empresa sólo vende en ferias. FIDMA «es la mejor feria del año en España, la que más gente mete y más ameno lo hace porque al haber restauración se puede pasar aquí el día entero», opinó. Su empresa ha podido ampliar este año el espacio expositivo en FIDMA gracias a que renunciaron a continuar con stands varias de las firmas habituales de otros años.

Incluso ha habido casos en los que una misma empresa ha cosechado resultados dispares en varios stands. Eso ha ocurrido con la ovetense Galería Costa Hogar, que exponía en la Feria por cuarto año. Mientras un robot de limpieza que exhibía en el Pabellón Central se vendió como rosquillas, los aparatos de gimnasia que mostraba en otro stand en el Pabellón de Asturias apenas tuvieron salida. En general, «la gente lo mira más antes de comprar, por la psicosis de la crisis, que hace que tengan incertidumbre», explica Andrés García, comercial de la empresa.

También hay quienes han mejorado respecto a ediciones anteriores al conseguir una ubicación mejor para su «stand». Es el caso de la empresa sierense D'Interiores, que efectúa obras de reforma y que este año pudo ubicarse junto a uno de los pasillos principales del Pabellón Central al haber renunciado a repetir en FIDMA la empresa que lo ocupaba otros años. Lo explica el jefe de obra, Emilio Lema: «Hemos contratado cuatro veces más que el año pasado y eso tiene que ver, sobre todo, con el cambio de sitio del «stand» y también con que la reforma de pisos está en auge». También concluye la Feria con un buen resultado Ecojove. En FIDMA se han vendido 35 viviendas del nuevo barrio, según informa «Europa Press». El «ecobarrio» se convertirá en la primera área residencial en Asturias que aplica principios de urbanismo ecológico. Se espera que las obras den comienzo a principios de 2012 en terrenos próximos a la carretera de la Campa Torres.

No obstante, para otros la Feria no ha sido tan positiva. La caída de ingresos por la actividad ferial es uno de los problemas a los que se enfrenta la Cámara de Comercio. Luis Arias de Velasco explicó ayer que la entidad ha visto mermados sus ingresos por la gestión del recinto ferial un 23% desde el inicio de la crisis, en 2007, una cifra similar a la media en la caída de las ferias españolas. La eliminación en la obligatoriedad de las empresas de pagar cuotas camerales, el descenso en las subvenciones recibidas y la caída en los ingresos por la gestión del recinto ferial y el Palacio de Congresos son, según Arias de Velasco, las principales causas de los números rojos de la Cámara de Comercio. Algunas ferias sectoriales, como la de la construcción, ya se perdieron al inicio de la crisis. Tampoco repetirán «Gastroalimentaria», al perder la subvención de la que dependía, ni «Motorastur».