En el mundo se producen cada año 359.000 ahogamientos, 700 de ellos en España, sobre todo en los meses de mayor afluencia a las playas. Un rescate medio a 75 metros de la orilla, con olas de más de 1,5 metros, puede durar entre 5 y 9 minutos, según la experiencia del socorrista. Si la intervención se demora más allá de los 8 minutos, las posibilidades de salvar a la víctima caen hasta cero. Por eso, con la intención de reducir los tiempos actuales de rescate y que éstos se realicen con las máximas garantías, el centro de seguridad marítima integral "Jovellanos", de Veranes y las empresas Patentes Cala Cerrada y grupo Semac suscribieron a principios de 2013 un convenio de colaboración para desarrollar un elemento que dote a a cualquier persona que vaya a participar en un salvamento o recate en cualquier playa, río o pantano, de las condiciones de seguridad necesarias que garanticen su regreso sano y salvo a la orilla, ofreciéndole, al mismo tiempo, mayores probabilidades de salvar la vida de la persona accidentada.

El resultado de ese acuerdo vio la luz ayer con la presentación del primer prototipo de "punto naranja", un equipo de salvamento acuático para playas, ríos y pantanos que facilita un rescate óptimo, en el menor tiempo posible y con el menor esfuerzo y riesgo por parte del rescatador. "Es un problema grave de salud pública", subrayó sobre los ahogamientos Antonio Barrero, administrador de Cala Cerrada.

El equipo desarrollado consiste en una estructura de fibra de vidrio con unas dimensiones ligeramente superiores a un surtidor de gasolina, que va anclada a una base de hormigón y que, en su interior, incluye un motor eléctrico conectado mediante un eje a una bobina de eslinga a la que, a su vez, va enganchado un cable que en su extremo final se sujeta en el chaleco del rescatador, que funciona a modo de arnés como las correas retráctiles para perros. "Nuestra obsesión era equipar al socorrista con garantías para su seguridad, acortando el tiempo de rescate y facilitando que la operación fuera cómoda y con el menor esfuerzo posible", continuó Barrero. El primero de estos equipo ya está instalado en el centro de seguridad marítima integral de Veranes, además de la prueba piloto realizada a lo largo del último año en la playa de La Malagueta. Desde Gijón se continuará realizando formación con en próximos meses para que todos aquellos alumnos que se preparen en las instalaciones de Veranes en el ámbito de la supervivencia y el recate en el mar puedan ser instruidos también en el manejo de estos equipos. "Queremos cambiar el concepto de playa hacia smart beach (playa inteligente)", subrayó el responsable de la empresa comercializadora.

Con el "punto naranja" de salvamento se propician rescates muy rápidos. Si bien la actual plus marca mundial en 200 metros libres en piscina cubierta de un minuto y 42 segundos, el nuevo sistema saca del agua al socorrista con la persona o personas socorridas, calculando la misma distancia -200 metros de la orilla-, en tan solo un minuto y 40 segundos, a razón de 2 metros por segundo, llegando a cubrir unos 80 metros en 50 segundos. Con este arrastre es posible llevar dos o tres víctimas a la vez. El chaleco del rescatador incluye un mando a distancia para activar el sistema retráctil y un silbato para hacerse oír ante las víctimas o un asistente en tierra.

El dispositivo estará siempre disponible en playas aunque los primeros ensayos se realizarán en el Mediterráneo -con una próxima gira de 3 al 26 de julio en 15 ciudades de la costa levantina y catalana-, a la espera de nuevos ensayos en el Cantábrico para ajustar la ubicación del "punto naranja" a la evolución de las mareas. Para el director del centro de seguridad de Veranes, Rafael García Méndez, el equipo permitirá instruir a sus alumnos en "la cultura del rescate seguro internacional". Por su parte, el edil de Seguridad Ciudadana, Rafael Felgueroso, alabó el avance que representa en el concepto de "smart beach" antes de mostrar su esperanza en volver a comprobar próximamente en Gijón las bondades del sistema, que ronda los 14.000 euros y está conectado a una central de alarmas para dar aviso de la incidencia a los servicios de emergencia.