El primer ministro ruso, Dimitri Medvedev, advirtió ayer en una entrevista con la cadena Euronews que una intervención militar por tierra en Siria provocaría una "guerra duradera" y criticó al secretario de Estado norteamericano, John Kerry, por plantear esta posibilidad.

EE UU se muestra favorable a admitir la oferta de Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos de desplegar tropas en tierra en Siria para combatir a los yihadistas del Estado Islámico. Turquía también ha anunciado una intervención, aunque su principal objetivo parece ser la contención de los kurdos.

"(Kerry) No debió haberlo dicho (...). Claro que puede emprender operaciones terrestres y todo lo demás, si lo que busca es una guerra duradera", avisó Medvedev. En cuanto al cese de hostilidades acordado el viernes pasado entre EE UU y Rusia, Medvedev destacó que es necesario fijar un plazo concreto para su entrada en vigor, que en principio había sido fijado para finales de la semana que hoy comienza.

"El cese de operaciones bélicas dependerá de cuándo depongan las armas todas las partes implicadas. Si unos cesan y otros empiezan a desarrollar su avance militar, habrá una escalada del conflicto, así que se requiere una decisión común sobre el momento del cese de hostilidades. Es lo que deberíamos buscar", argumentó el primer ministro ruso. No obstante, son las fuerzas de su aliado, el presidente sirio, Bachar Al Asad, las que están lanzando desde hace semanas una potente ofensiva, en particular en la provincia de Alepo, que ha provocado el éxodo de decenas de miles de personas.

El Ejército sirio, decidido a acabar con la presencia del Estado Islámico en su territorio, asumió ayer el control de zonas elevadas del oeste de la provincia de Raqqa, donde se encuentra la capital del "emirato" del grupo yihadista, según informaron ayer fuentes militares sirias. Así, el Ejército y los paramilitares afines se encuentran ya a apenas 35 kilómetros del aeropuerto militar de Tabqa, situado a las afueras de Raqqa y principal objetivo militar de la ciudad. Raqqa fue capturada por el Estado Islámico en 2013 y desde entonces es el gran símbolo del dominio territorial del grupo en Siria, aunque también controla territorio en Irak y Libia.

Desde EE UU, el presidente Obama urgió a su homólogo ruso, Vladimir Putin, en una conversación telefónica a que cese los bombardeos contra las fuerzas de la oposición moderada en Siria, indicó ayer la Casa Blanca. El vicepresidente, Joe Biden, hizo lo propio con el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, a propósito de sus ataques a las milicias kurdas.