Cinco toneladas de bronce, latón y cobre y unas dimensiones de 12 metros de altura por 5 de ancho. La nueva atracción del Museo de la Minería -el rompedor-graneador de Congreve (en la imagen), destinado a desmenuzar y granular la pólvora- no dejará indiferente al visitante. La pieza se construyó en 1890 en Birmingham y ha sido cedida por el Ministerio de Defensa. "Es la única que queda en España y no conocemos ninguna máquina así en ningún otro museo de Europa", indicó Santiago González, gerente del Mumi.

El presidente del Principado, Javier Fernández, aseguró ayer en el Museo de la Minería de El Entrego que el "declive" del sector extractivo "no impide defender su pervivencia" y remarcó que "nada justifica" que se tomen medidas que favorezcan "cierres precipitados" de explotaciones. Fernández también defendió la necesidad de "un pacto de Estado sobre la energía", al tiempo que expuso que de "una adecuada estrategia energética depende la supervivencia de muchas empresas asturianas".

El máximo responsable del Ejecutivo regional visitó la instalación cultural para participar en el acto de presentación de la nueva pieza incorporada por el centro: un rompedor-graneador de Congreve fabricado en el siglo XIX y dedicado a desmenuzar y granular pólvora. Fernández esgrimió en su intervención que el "latido vivo del alma industrial que ha construido la Asturias de hoy" debe ser "la misma voluntad que edifique la Asturias del siglo XXI". Y añadió: "Ya sé que objetarán que la minería ha sido jibarizada, que picar y vender hulla y antracita no es ni puede volver a ser nuestro horizonte; es una lección aprendida -dolorosamente aprendida, además- pero no saquemos falsas conclusiones. El declive de la minería no impide defender su pervivencia, tanto en esta cuenca central como en la suroccidental. Nada justifica que se tomen medidas que favorezcan cierres precipitados".

Fernández resaltó que "ampliar y fortalecer" el "corazón industrial" de Asturias, que tiene sus cimientos en la minería y la metalurgia, es el "mejor futuro que hoy podemos imaginar para Asturias y para España", ya que la alternativa es "una nación sentada a mirar el cielo, tendida al sol a la espera de que el anticiclón turístico llene de visitantes sus parques temáticos". En ese empeño, el presidente del Principado abogó por potenciar la dotación tecnológica, la formación, la innovación, la capacidad exportadora y un factor "especialmente decisivo para Asturias: una adecuada política energética". "Es un problema heredado; una mala herencia compartida y que el problema acucia. Esto ya no admite encadenar prórroga con prórroga: es indispensable una solución pensada para el medio y largo plazo. Por eso no me canso de defender un pacto de Estado sobre la energía".

En su argumentación, Javier Fernández deslizó una alusión a movimientos como Podemos, sin referirse a la formación de forma expresa. Aseguró que la problemática energética es "un asunto serio, de esos que precisan soluciones complejas que no pueden despacharse con un eslogan en una tertulia de televisión. Quienes gobernamos o tenemos una responsabilidad institucional o política debemos hacer hincapié en este tipo de cuestiones: de una adecuada estrategia energética depende la supervivencia de muchas empresas asturianas, con todos los puestos de trabajo que suman, y eso no se resuelve con un coro de lemas de asamblea. Hay cuestiones que exigen competencia técnica, calidad política y sentido institucional, no recetarios de simpleza populista", concluyó.