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Los socorristas, "desprotegidos" ante el covid, denuncian la falta de formación

Las nuevas normas de seguridad prohíben realizar maniobras boca a boca y exigen poner una mascarilla a los rescatados antes de atenderlos

Integrantes del servicio de salvamento, ayer, esperando para recoger sus equipos. JULIÁN RUS

"Estamos desprotegidos". Esa es la queja unánime de los trabajadores del servicio de Salvamento que este verano vigilarán las tres playas urbanas de Gijón. Tal y como adelantó LA NUEVA ESPAÑA, hoy se abre oficialmente la temporada de baños -dos días antes de lo previsto inicialmente- con la incorporación de 16 socorristas (más seis lancheros y cuatro auxiliares, a los que se sumarán el resto, hasta 39 efectivos, el próximo lunes) que comenzarán a trabajar "sin ningún tipo de formación para evitar contagios por coronavirus". Ayer, en la toma de posesión de sus cargos, y antes de repartirles la ropa y accesorios para desarrollar su labor, acudieron a una charla "muy genérica" en la que, aseguran, "no nos dieron ninguna doctrina clara; solo apelaron a nuestro sentido común", según explica el socorrista Rubén Álvarez. Esa charla se completó con un protocolo por escrito que les fue entregado. A ello se suma un curso de formación "que nos dijeron que nos iban a dar en los próximos días, pero que, sinceramente, no creo que vayamos a recibir", remarca Álvarez. Por todo ello, algunos de los socorristas aseguran tener "miedo" ante la falta de formación sobre cómo tratar con los usuarios de los arenales en plena pandemia del covid-19.

En el protocolo escrito que les facilitó el Servicio de Salvamento se incluye, por ejemplo, que "bajo ningún concepto se realizarán maniobras boca a boca", remarcando que "en las víctimas de parada cardiaca solo se realizarán compresiones torácicas". El documento explicita que "siempre se evitarán maniobras que generen aerosoles" y que "para evitar el riesgo de infección, no abra las vías respiratorias y no coloque la cara junto a la nariz o boca" como habitualmente se hacía según los protocolos de reanimación cardiopulmonar para testar el estado de respiración de la víctima.

Además, el documento explica que, en caso de víctimas graves, lo primero que se ha de hacer es colocar una mascarilla quirúrgica a la víctima. Una medida que los socorristas más experimentados ven inviable, puesto que "si la víctima está en el agua y nerviosa, colocar una mascarilla podría ser contraproducente, porque podría ahogarse", explica el socorrista César Óscar Morán. Igualmente, remarcan que "nadar con la boca tapada es muy difícil, y al primer golpe de mar la mascarilla se caerá".

Más medidas que se incluyen en el protocolo: "Siempre que sea posible, la asistencia sanitaria se realizará en el puesto de salvamento y únicamente por una persona". También se intentará "minimizar el contacto con la víctima". Las normas recogen igualmente que "se fomentará el autocuidado de la persona que precisa una asistencia sanitaria".

También figura en el reglamento que, ante un aviso de emergencia, en un primer momento únicamente podrá acudir un socorrista, "siempre que no sea una situación de rescate o de emergencia grave". Del mismo modo, "los socorristas llevarán siempre consigo, junto con el resto de elementos de salvamento, su kit covid-19", remarca el texto.

En lo relativo al uso de lanchas de salvamento, se refiere que "en la medida de lo posible, en el caso de víctimas activas o nadadores cansados, las indicaciones se realizarán desde lo alto de la embarcación". Igualmente, se pide intentar mantener turnos fijos de patrón y socorrista dentro de la embarcación. Y se enfatiza: "en caso de contacto, los intervinientes, una vez finalizada la actuación, pasarán a desinfectar los equipos y ellos mismos" dándose una ducha.

El protocolo incluye muchas otras medidas genéricas, como instar a un frecuente lavado de manos y a una desinfección después de cada uso de todos los materiales utilizados, con especial atención a los silbatos. También mantener la distancia entre personas de dos metros, también entre los equipos de salvamento. A ello se suman otras como evitar el saludo con contacto físico o incluso "cuando se establezca conversación, colocarse en forma lateral a la dirección del viento, para evitar el contacto de aerosoles". Igualmente, se creará un perímetro de seguridad de dos metros alrededor de las torres de vigilancia y el puesto de Salvamento en los que no se podrán colocar enseres -toallas o mochilas- de los bañistas. También se recoge que "cada miembro del equipo es responsable de minimizar el riesgo de contagio y propagación del virus, garantizando que se ejecutarán las medidas programadas".

El texto también recoge que, en caso de que no se estén respetando en el arenal las distancias mínimas interpersonales, los socorristas deberán dar aviso a su coordinador local y este, a su vez, a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.

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