"Nuestro producto estrella es la caléndula". Sara Martínez, de 9 años y alumna del colegio público de Valdepares, puso ayer todo su empeño en vender el mayor número posible de productos de la cooperativa que creó este curso escolar junto a otros seis estudiantes del centro. Ella es uno de los 5.839 alumnos asturianos que se benefician de un proyecto puesto en marcha por la Ciudad Tecnológica Valnalón que trata de mostrar a los niños qué es una empresa y los beneficios de emprender. Algo así como inculcar "que hay más mundo que el puesto de trabajo al que estamos acostumbrados", destaca el profesor de Valdepares Jorge Méndez.

El programa para el fomento de la cultura emprendedora está en marcha desde hace años y con el paso de las ediciones "es cada vez más importante", añade Méndez. España tiene en la actualidad millones de parados, con la crisis económica los puestos de trabajo por cuenta ajena son cada vez menos y los sueldos tampoco van a más. "Por eso es tan importante que los alumnos sepan cómo funciona una empresa, cómo se crea y qué beneficios trae la imaginación", sostiene Natalia Fernández, de la Ciudad Tecnológica Valnalón.

La cooperativa creada en el colegio público de Valdepares trata de vender productos naturales. Los protagonistas son siete escolares que empezaron su aventura empresarial con un modesto capital social: cada uno colaboró con siete euros. "Hacemos cremas, velas y también bisutería", explicaba ayer Sara Martínez a cada uno de los potenciales compradores. Con ese material participan en mercados con el fin de vender el que para ellos es "el mejor producto". Los beneficios irán destinados a recuperar a inversión inicial, aunque un 15 por ciento del total se donará a una organización no gubernamental.

Como ellos, otros alumnos de colegios del Occidente pusieron ayer su empresa "a prueba" en Luarca. Instalaron sus expositores en la plaza del Ayuntamiento. Allí estaba, por ejemplo, el colegio de educación especial Edes, de Tapia de Casariego. La cooperativa tapiega, llamada "Alegría", trata de poner en el mercado plantas que los alumnos se han encargado de cuidar. Participan 15 empresarios con cinco euros cada uno. La monitora Azucena Díaz asegura que esta actividad tiene para el centro varios objetivos. "Se trabajan el acuerdo y sus beneficios, y el repartir tareas dentro de un grupo. Además, con esto de vender y de llevar las cuentas se inculcan conceptos matemáticos", destaca.

Lucía Bedia y Marina García, del colegio Santo Domingo de Navia, también participaron muy activamente en el mercado para hacer valer su empresa. En su caso, trataron de vender objetos hechos a mano, como llaves y broches. Ambas recorrieron el centro de Luarca con grandes pancartas para atraer clientes. "Es importante llamar la atención para que la gente compre el producto", concluyó Lucía Bedia.

Cerca del expositor del colegio Santo Domingo de Navia, cuatro alumnas del centro concertado José García Fernández, de Luarca, hacían la competencia con bisutería a base de material reciclado. Junto a otros alumnos del centro, las niñas recogieron cápsulas de café para hacer el producto que pondrían a la venta meses después. Aprendieron conceptos como responsabilidad y solidaridad. Con lo que recauden comprarán materiales a una cooperativa de otra provincia.

Las empresas de los escolares se desplazarán en las próximas semanas a otros lugares de Asturias con el fin de probar si la idea, el trabajo y el esfuerzo logran la nota deseada en los mercados.