Las familias de discapacitados del Oriente llevan desde 2010 viendo desde fuera el nuevo Centro de Apoyo a la Integración (CAI), listo pero sin abrir en Arriondas. Por si fuera poco, también han estado desde la primavera viendo cómo el Principado ha sacado su gestión a licitación tres veces, un proceso del que cuestionan la imparcialidad.

La presidenta de la Asociación de Personas con Discapacidad Intelectual del Oriente de Asturias (Asdor), Pilar Conde, califica la licitación de «vergonzosa para el sector de la discapacidad en Asturias» y se pregunta «qué entiende la Consejería -de Bienestar Social- por la palabra discapacidad, creo que la confunden bastante con la palabra dependencia».

Mientras tanto, la treintena de usuarios del CAI continúan en un local de la plaza del Ayuntamiento parragués, un espacio insuficiente para las actividades que desarrollan y al que se mudaron mientras su primera sede se reformaba, dando como resultado el actual edificio, cerrado a cal y canto.

Conde explica que el Gobierno regional abrió un concurso para gestionar el nuevo equipamiento al que «podía optar cualquiera, desde una empresa de limpieza hasta una de dependencia». Este criterio beneficia «muy poco» al sector de la discapacidad y se agrava con otro punto, que «el precio sea lo que prime en una licitación. Es algo a lo que no estamos acostumbrados», añade.

La presidenta de «Asdor» matiza: «Hablamos de personas, no de piezas de recambio». Y denuncia que en este proceso «se variaron unas cosas del acuerdo marco, se aprovecharon términos que no estaban bien definidos para variarlos».

Las familias esperaban que esta primera licitación se resolviera en julio, pero se retrasó hasta primeros de agosto y «en total fueron tres veces». Salió dos veces y «la dieron para atrás porque faltaban cosas. Volvió a salir una tercera vez, que todavía no está resuelta», explica Conde. El centro Don Orione ha sido el gestor del CAI desde que se puso en marcha hace dieciocho años y entre las familias existe unanimidad para que sean ellos quienes gestionen el nuevo equipamiento. Así se lo hicieron saber a la Consejería, que sin embargo insistió en licitar la gestión. Conde cree que «después de 18 años de ser los únicos trabajando con los chicos, que se les diga 'no servís', te planteas cómo se evalúa una licitación. Si ellos no son suficientes para cumplir todo, ¿quién lo es?», se pregunta la representante de los familiares.

En la asociación están preocupados, pues Don Orione quedó en tercer puesto en las licitaciones que la Consejería anuló y no entienden el motivo.

«Tenemos muchísimas dudas sobre el tipo de concurso que se ha hecho», apunta Pilar Conde antes de afirmar, rotunda, que «al colectivo de discapacidad nos está haciendo mucho daño, qué pretenden no lo entiendo». La presidenta de «Asdor» cree que la razón por la que Don Orione no resulta el idóneo para los criterios del Gobierno regional es económica. A su juicio, por muy cara que fuera su oferta, no estaría dentro de la normalidad, pues sus responsables «están trabajando todos los días y saben lo que cuesta».

Hace 18 años que Bienestar Social pidió a Don Orione ayuda para abrir un centro en Arriondas. Con el tiempo vieron que el edificio era demasiado frío y lograron que se reformase para adecuarlo a sus necesidades. Los usuarios se trasladaron a otro local durante unos trabajos que acabaron en diciembre de 2010, pero aún no han podido volver al que les pertenece.