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"El Ferreteru" no teme los planes de Rajoy

Enrique Laria trabaja desde los 14 años y a sus 86 sigue con el negocio en Cangas de Onís, sin pensar en la jubilación: "La economía y el bienestar vienen del trabajo"

Enrique Laria, en su ferretería de Cangas de Onís. Carbajal

Mientras la mayoría de los ciudadanos están preocupados por los pasos del Gobierno del Mariano Rajoy para dilatar la edad de jubilación de los trabajadores, uno se topa con personas tan sumamente volcadas con su profesión y sin pensar para nada en el retiro como es el caso de Enrique Laria Castaño, quien regenta desde el año 1960 un negocio de ferretería en la calle Constantino González, en la ciudad de Cangas de Onís.

Enrique "el Ferreteru", como le conoce todo el mundo, cuenta con 86 años de edad y tiene cuerda para rato al frente de su conocido establecimiento comercial. Ya cuando tenía apenas 14 años se inició en el gremio de la mano de Antonio García Amor, propietario de la Ferretería "El Paraíso", en Arriondas, prestando servicios de aprendiz. "No cobraba nada e iba también a clases particulares de administrativo, para aprender contabilidad, con un profesor que se llamaba Ramiro. Era maestro, pero no ejercía", recuerda Laria.

Cuatro años pasó Enrique Laria en "El Paraíso", cogiéndole el pulso al sector a aprendiendo los pormenores de la actividad, hasta que su patrón, Antonio García, que era natural de Triongu (Cangas de Onís), acabó por recomendarle al dueño de la ferretería "Sarmiento", ésta en la Carretera Cañu, en la ciudad canguesa, donde acabaron por contratarle como encargado del citado comercio. Había cumplido los 18 años y allí se mantuvo hasta los 26. "Además del sueldo, tenía un estímulo del 2 por ciento de lo que se vendía", explica. El servicio militar obligatorio le cortó su proyección, pues hubo de incorporarse a filas con destino en el Ministerio del Ejército, en Madrid. Después de ese periplo, Enrique Laria apostó por montar su propio negocio ferretero, allá por el año 1960, en el mismo sitio que actualmente ocupa.

Trabajador innato -en sus primeros años le ayudaban tres empleados-, su máxima ha sido siempre la atención al cliente. Como cualquier empresario ha vivido periodos francamente buenos, en épocas de bonanza, y otros menos boyantes.

"Nunca sabes cuándo vas a vender lo que compras. La ferretería es una inversión. Si tienes clientes y no los atiendes, entonces no puedes vivir. El horario siempre disponible para el cliente", así desvela las claves del éxito Laria Castaño, un profesional dedicado en cuerpo y alma a su negocio. Por norma, pese a que los lunes suelen ser jornada de descanso en el comercio cangués al abrir los domingos, únicamente tres señaladas fechas del calendario son sagradas para descansar: el 25 de diciembre, el día de Año Nuevo y la festividad de San Antonio, el 13 de junio.

Una de las muchas anécdotas relacionadas directamente con Enrique "el Ferreteru" es aquella que apunta a una persona que busca con esmero tuercas o tornillos especiales, difíciles de conseguir a bote pronto en una pequeña ferretería. "Lo que no tenga Laria, no lo tiene nadie en el Oriente". Así de contundentes se mostraron algunos de sus clientes a sabiendas del gran surtido y variedad del negocio regido por ese veterano autónomo parragués -nacido en el núcleo rural de Granda-, aunque asentado desde hace más de medio siglo en Cangas de Onís.

En el año 1969 contrajo matrimonio con la canguesa Alicia Muñiz Fernández, en el Santuario de Covadonga, y fruto del mismo fueron dos hijos que les dieron cinco nietos, el menor de tan sólo cinco años de edad. La única afición que se le conoce es la cuatreada, ya que hizo sus pinitos como bolista en las antaño castros de El Puente Romano, El Borinquen, La Morra ó Turismo, entre otros. "Jugué algo a los bolos, pero tampoco disponía de tiempo para ello", señaló.

Asimismo, hubo momentos a lo largo de su vida en la que la política tocó a su puerta, sonando en más de una ocasión como posible cabeza de cartel a la Alcaldía de Cangas. "La política, nada de nada. Cierto es que me ofrecieron ir en algunas listas. Teniendo un negocio privado debes ser muy prudente. Soy de perfil conservador, pero valoro el comportamiento que tiene la persona, siendo responsable", matiza Laria.

"No me pasa por la cabeza jubilarme. Los médicos, cuando te jubilas, te piden moverte y para eso qué mejor que trabajar y encima produces", asevera Enrique, a la vez que anima a los jóvenes a buscarse un porvenir, aquí o en el extranjero. "Si no encuentran trabajo en España, deben buscarlo en otros países. La economía y el bienestar vienen del trabajo", sentencia el octogenario ferretero, quien continúa fiel a la vieja bicicleta. "Toda la vida anduve en bicicleta, desde que bajaba de Granda a Arriondas a trabajar. La encuentro muy sana para la salud". Palabra de Laria.

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