Disfrutar del paisaje, pasar una jornada agradable y compartir experiencias con otros moteros. Eso es lo que hicieron ayer ciento cuarenta personas llegadas desde varios puntos de Asturias y Cantabria con motivo de la IX Subida al Fitu en Vespa y Lambretta organizada por el Club Amigos Vespa Parres. "Es una concentración familiar. Quien viene repite", señaló el presidente del club, Luciano Peruyero.

Manuel Ángel Suárez y su esposa María José García acudieron al encuentro motero con Valentín García y su mujer, Magdalena Herrero. Ambos matrimonios llegaron desde Bañugues. "Es la tercera vez que vengo. La subida que hicimos ayer (por el viernes) hasta Covadonga, fue una pasada", señaló Manuel Ángel Suárez. Valentín García tomaba parte en la concentración por primera vez. "La moto te da una sensación de libertad tremenda", manifestó.

Desde San Vicente de la Barquera (Cantabria) llegaron Gregorio Roiz, Alejo González y Raúl Moreda. "Tengo Vespa desde hace tres años. Fui de espectador a una concentración y acabé con moto. Se respira compañerismo", dijo Roiz.

Moisés Fernández Corrales, del Club Vespa Ribadesella, acudió con una Lambretta de tres velocidades de 1957 que restauró hace unos años. "Las motos son mi pasión", señaló mientras ayudaba a otros compañeros a poner a punto sus máquinas. De Oviedo llegaron para subir al Fitu en moto los hermanos Marcos y Jorge Álvarez. "Nos hablaron muy bien de esta concentración y aquí estamos. Es una día para estar con los amigos, pasarlo bien y salir de la rutina", señalaron.

La IX Edición de la Subida al Fitu en Vespa y Lambretta rindió un homenaje póstumo a Honorio González.