La Corredoria brota con el buen tiempo (y estos huertos tienen la culpa)

La llegada del sol y el calor aviva la actividad en los huertos urbanos del barrio: "Es una forma de disfrutar y de no estar en el chigre"

Benito Salgado en su huerto de La Corredoria.

Benito Salgado en su huerto de La Corredoria. / Félix Vallina

El sol y el calor son buenos aliados para los usuarios de los huertos urbanos de La Corredoria. Aunque la actividad es constante a lo largo de todo el año, los concesionarios de las 74 parcelas del recinto aprovechan el buen tiempo para recoger lo cosechado hasta ahora y para sembrar nuevos productos en una de las mejores épocas del año para trabajar la tierra y para echar el día en un ambiente sano y ecológico. "Cada vez que vengo camino unos cinco kilómetros desde mi casa entre la ida y la vuelta. Además de eso me paso dos o tres horas trabajando, así que, además de servirme para comer todo el año también es bueno para mi salud", explica Benito Salgado, que tiene 76 años y acude a la huerta al menos dos o tres veces por semana. "Cuando hace buen tiempo venimos más. Es mucho mejor esto que andar por los chigres, donde va a parar", añade el hombre.

La Corredoria brota con el buen tiempo

Mario Parrondo, a la izquierda, con Ángel Martínez, ambos directivos de la Asociación de Amigos de los Huertos de La Corredoria. / Félix Vallina

Benito, al igual que la mayoría de los usuarios, suele madrugar para poder estar temprano trabajando en su huerto de La Corredoria. "Hay que procurar regar temprano para que el sol no queme los productos. Lo normal es venir a primera hora de la mañana o a última de la tarde, pero eso ya depende del tiempo y las obligaciones que tenga cada uno", explica Mario Parrondo, que es el presidente de la Asociación de Usuarios de los Huertos de La Corredoria. "Pagamos unos veinte euros al año para los pequeños gastos que van surgiendo, el agua y el resto de las cosas las cubre el Ayuntamiento. Lo bueno de esto es que no estás sólo en tu huerta, te relacionas con todo el mundo y aprendemos unos de otros. No sólo recoges lechugas, patatas o cebollas, también haces amigos", señala. Las herramientas para trabajar la tierra son de cada usuario y se guardan en las 74 taquillas que hay en el recinto, una para cada uno de ellos.

La Corredoria brota con el buen tiempo

Vista general de los huertos de La Corredoria. / Félix Vallina

Ángel Martínez es otro de los habituales en los huertos urbanos de La Corredoria. Cosecha de todo y hace sólo unos días recogió una coliflor de tres kilos de peso. "Era enorme, todo un récord, la verdad", dice orgulloso. "Cada vez que vengo me paso aquí por lo menos dos o tres horas. Para mí es una forma de pasar el tiempo y de cultivar una de mis aficiones", añade el hombre, que está jubilado. "Muchos de nosotros somos pensionistas porque tenemos más tiempo que aquellos que están trabajando, pero también hay gente joven que tiene las huertas que da gusto verlas", afirma.

La Corredoria brota con el buen tiempo

Maite Orozco, la alcaldesa del barrio, en su parcela. / Félix Vallina

Otra de las usuarias de los huertos es Maite Orozco, la presidenta de la asociación de vecinos San Juan y alcaldesa de barrio de La Corredoria. Según explica, cuenta con la ayuda de su hijo y acaba de recoger zanahorias, coliflores, repollos, acelgas o lechugas, pero ya han removido la tierra para volver a sembrar. "Ahora tenemos pimientos verdes y rojos, tomates, fabes, ajos, berenjenas, fréjoles guisantes, calabacín, sandía y melón", señala. Y todo eso en un terreno de cincuenta metros cuadrados. "Los huertos urbanos son un éxito. No hay más gente trabajando la tierra porque no hay más sitio en el recinto. Estamos encantados", subraya Orozco.