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El mejor partido de Brito

"Es un orgullo y una satisfacción ver hasta dónde han llegado", afirma el descubridor de Abelardo y Luis Enrique en el Xeitosa

Brito, en su visita con LA NUEVA ESPAÑA a la pista del colegio San Miguel, donde comenzó a entrenar a Abelardo y Luis Enrique. JUAN PLAZA

"Me gustaría poder ver algún día un enfrentamiento entre Abelardo y Luis Enrique en Primera División". José María Fernández de Brito verá cumplido este miércoles el sueño confesado a LA NUEVA ESPAÑA, en mayo de 2014, después de que el Pitu y Lucho iniciaran su andadura en los banquillos de Sporting y Barcelona, respectivamente. "Puede que sea la temporada que viene, ojalá", añadía, demostrando que su visión va más allá de su inagotable talento para cultivar futbolistas. El primer entrenador de "Bélar" y Luis, como le gusta llamar a los chiquillos que él mismo descubrió para el fútbol en las filas del Xeitosa, se ve ahora en un aprieto ante el duelo de sus dos pupilos. "Va a ser un partido con resultado agridulce. Si gana el Sporting, le van a dar palos a Luis Enrique, y si gana el Barça, a Abelardo no le saca de los apuros para conseguir la permanencia", apunta. Tiene una cosa clara: "Es un orgullo y una tremenda satisfacción contemplar hasta dónde han llegado".

El primero de los muchos títulos de Abelardo y Luis Enrique tuvo a Brito como director de orquesta. Hay muchos campeonatos de Asturias en las vitrinas de los equipos de fútbol-sala del Xeitosa, pero pocos son recordados en el club con tanta ilusión como el que tuvo a "Bélar" y Luis, aquellos críos de apenas 9 años, entre sus protagonistas. Por muchas veces que se hayan contado los comienzos de los ahora entrenadores de Sporting y Barcelona, Brito siempre rememora con paciencia cada detalle. No es para menos. Ambos son los estandartes de la prolífica cantera iniciada en el patio del colegio gijonés de San Miguel.

"Abelardo vivía por el barrio y empezó con nosotros, como uno más de los muchos que querían jugar al fútbol. Era un niño humilde, tranquilo, responsable. Un central que todo lo que le pedías, lo ejecutaba. Era como un paisanín", recuerda el técnico del Xeitosa. "Lo único que no me gustaba de él es que usara la puntera. Fue el encargado de tirar el último penalti del Mundialito que disputamos en Gijón en 1982, con motivo del Mundial de fútbol. Marcó y nos dio la victoria, y sí, lo tiró con la puntera", comenta, entre risas, sorprendido todavía por la irreverencia de aquel chavalín. "A Luis lo vi cuando jugaba en el Elisburu y decidí ficharlo. Tenía siete años. Era jugador de banda, y lo reñía para que manejara las dos piernas. Acabó convirtiéndose en ambidiestro", afirma con una satistacción imposible de ocultar. Fue testigo de la amistad que surgió entre aquellos chiquillos. También de las trastadas de Luis, con su hermano Felipe como cómplice, y un Abelardo que trataba de minimizar los daños. Reconoce que ambos tienen personalidades muy diferentes, que también se reflejan en su labor como entrenadores.

"Los dos son unos estudiosos del fútbol, pero 'Bélar' cuida más cada detalle. Luis tiene un punto más de impulsivo. Abelardo es el entrenador milagro. Si él no salva al Sporting, no lo salva nadie", asegura. Les considera gente "muy noble", y explica que la imagen arisca que muchos ven en Luis Enrique, no está relacionada con su forma de ser. "Se viste ese traje porque vive bajo mucha presión. Él sabe que hoy eres el más guapu y mañana el peor del mundo. Algo de lo que también es consciente Abelardo. Luis quiere que todo el protagonismo sea para sus jugadores, por eso no le gustan los premios", recuerda sobre la ausencia de Lucho en la entrega del premio al mejor entrenador durante la gala del Balón de Oro. "Es más difícil salvarse con este Sporting, que ser campeón de Liga con este Barcelona", afirma Brito con rotundidad. "Lo único que pido ya es que la vida les traiga lo que quiera", concluye. No estará en El Molinón, verá el partido desde casa para saborear mejor otro objetivo cumplido.

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