Sexto Pleno para elegir al quinto alcalde en poco más de dos años, sin contar a aquellos que han ejercido en funciones. Será mañana, a las 10.30 horas en Cudillero. Son cifras poco habituales en un concejo en el que el PSOE ha ganado siempre por goleada en las elecciones municipales y gobernado con amplísimas mayorías absolutas. Y en este mandato, aunque la oposición ha avanzado algo respecto a años atrás, los resultados son inapelables: de los 13 concejales con los que cuenta la Corporación municipal, 8 son socialistas, frente a 5 que se reparten el PP, con 3, y Foro, con 2.

Pero el escenario de Cudillero en los últimos 10 meses más bien parece producto de unos resultados electorales ajustados en los que los partidos hayan tratado, por medio de alianzas y mociones de censura continuas, de asaltar el poder. Nada más lejos de la realidad.

Todo empieza y acaba en el PSOE, un partido que desde que en mayo de 2012 quedase sin el que fuera su cabeza de lista durante la friolera de 21 años, Francisco González Méndez, "Quico" (dejó la Alcaldía para irse de diputado a la Junta, cargo del que ha tenido que dimitir al estar implicado en causas judiciales), entró en una deriva que al día de hoy nadie sabe cómo acabará.

Hasta llegar al Pleno de mañana muchos han sido los episodios que se han sucedido en los últimos meses en la política local pixueta para asombro de la gran mayoría. Pero tampoco está claro lo que pueda suceder ahora, menos en Cudillero, donde las piruetas políticas del PSOE han supuesto un verdadero esfuerzo de comprensión para los vecinos -acostumbrados históricamente a tranquilos y anodinos mandatos en los que Quico gobernó sin problemas y con el beneplácito popular- e incluso para los juristas, obligados a echar mano a los manuales para tratar de explicar la complicada situación del Consistorio.

El Pleno de mañana está convocado con un único punto en el orden del día: dar cumplimiento a la sentencia del Tribunal Superior de Justicia (TSJA) que el pasado septiembre anuló el nombramiento de Luis Fernández Garay como alcalde y elegir sustituto. Lo primero está claro que ha de ejecutarse (aunque los socialistas se han tomado su tiempo para cumplir la sentencia, lo que les ha servido un apercibimiento del TSJA); lo segundo plantea dudas.

Porque a estas alturas a nadie se le escapa que el PSOE está dispuesto a luchar para conservar el poder en Cudillero cueste lo que cueste, y que no está por la labor de que haya sido inútil todo lo que han hecho en los últimos 10 meses con el fin de evitar que nadie ajeno al partido pueda entrar libremente en el despacho de la Alcaldía, aunque sea un sólo día.

Agotados todos los intentos de colocar por la vía ordinaria un regidor socialista -los tribunales han anulado hasta en tres ocasiones los nombramientos de los últimos meses-, el PSOE pixueto y la Federación Socialista Asturiana (FSA) han decidido aferrarse a una de sus últimas opciones: la constitución de una gestora municipal. Una fórmula que, según los juristas, es posiblemente la única vía para dar estabilidad al concejo y que conlleva una larga y complicada tramitación que se agilizaría en el caso de que en la Corporación quedasen menos de la mitad de los concejales elegidos en las urnas en 2011.

Y así ha sido. Pues pocos días después de que, en septiembre, el TSJA anulara el nombramiento de Luis Fernández Garay -la primera vez lo anuló el Constitucional, en pleno verano- como alcalde, la FSA defendió la constitución de una gestora y, al poco, el PSOE de Cudillero obró en consecuencia: forzó la dimisión de tres concejales, entre ellos, el citado Garay, cuyo brusco cambio de parecer en tan poco tiempo no ha sido ajeno a la fiscalía de Asturias. Esta semana pasada el fiscal tachó de posible fraude de ley su dimisión y la de los otros dos compañeros. Entre los motivos, la difícil explicación de que una persona, de la noche a la mañana, hubiese pasado de aferrarse al sillón de la Alcaldía a no querer ni ser concejal.

Con todo, hasta ahora los intentos del PSOE por pasar directamente a la constitución de la gestora sin dar cumplimiento a la sentencia del TSJA han sido inútiles. Los socialistas de Cudillero han tratado de evitar este paso y entienden que ya han cumplido el fallo judicial en el momento en que Luis Fernández Garay ya no está en la Alcaldía, ni siquiera en el Ayuntamiento. Pero el alto tribunal ha dejado claro que sus sentencias están para cumplirse.

El resultado es que al Pleno de mañana los socialistas, pese a contar con 8 concejales, irán sólo con 2 según ha ordenado el TSJA, que señaló que no pueden asistir los nuevos ediles. Estos, llamados a sentarse en los seis sillones vacíos del partido del puño y de la rosa: el de Victoria López, que dimitió en verano en desacuerdo con la deriva de su partido; los de Nuria Álvarez y Vanesa Menéndez, que abandonaron la Corporación al renunciar al sillón de la Alcaldía en beneficio de Garay, al que precedían en la lista; y los tres de Verónica Vior, Fernando Castro y el citado Garay, que se fueron para propiciar la constitución de una gestora.

A los sustitutos de los tres primeros (todos elegidos en votación por la militancia del PSOE, al haberse agotado la lista electoral de suplentes ya desde el pasado febrero) la Junta Electoral les ha concedido las credenciales y han llegado a tomar posesión (de hecho, han sido convocados a la sesión de mañana), pero su validez está por ver, ya que su acceso al Ayuntamiento, al igual que la de los tres últimos, ha sido objeto de recursos planteados en los tribunales por Foro y PP.

Aparte, los socialistas no podrán presentar mañana candidato, al estar invalidados por los tribunales los dos concejales que le quedan en la Corporación: el portavoz, Ignacio Fernández, por no haber ido en las listas (de hecho, su nombramiento como alcalde fue anulado por el Constitucional), y la alcaldesa en funciones, Olga Fernández, por haber renunciado a este derecho el pasado febrero, para dejar paso al propio Fernández.

Así las cosas, en atención a la lógica, algo que no ha servido en los últimos meses en Cudillero, del Pleno de mañana debería salir alcaldesa la portavoz del PP, Carmen Pérez García de la Mata. Le servirían los tres votos de su grupo, frente a los dos de Foro, que también presentará candidato, a su portavoz, Juan Carragal.

Aunque nadie tiene claro si Pérez de la Mata podrá sentarse mañana en el despacho de la Alcaldía de Cudillero, pues hay recovecos legales a los que podrían echar mano los socialistas para impedirlo. Todo parece indicar que será la secretaria municipal -que ha sido cuestionada por la oposición por su parcialidad y ha recibido un toque de atención del TSJA- la que decida qué pasará mañana. Entre otras cosas, si los tres concejales socialistas nuevos que han sido convocados al Pleno podrán participar en el mismo, y si procede elegir alcalde con una Corporación mermada (8 de 13 concejales) y con el partido que ganó las elecciones por mayoría absoluta reducido a dos ediles de 8 que le corresponden.

A los informes de la secretaria se han aferrado y se aferran los socialistas. La FSA, por boca de Jesús Gutiérrez, lo recordó días atrás: lo que diga la funcionaria es de "obligatorio" cumplimiento para el grupo municipal. En la directiva del PSOE de Cudillero repiten lo mismo. En las últimas semanas no se han cansado de advertir de la injusticia que supondría saltarse el resultado de las urnas (el PP tendría una alcaldesa con el apoyo de sólo 3 de los 13 concejales de la Corporación, algo a todas luces inviable), y de acusar a la oposición de tratar de conseguir en los tribunales lo que no consiguen con votos.

Y aunque De la Mata llegase a la Alcaldía, por poco tiempo sería, pues entonces deberá poner en marcha el mecanismo para constituir una gestora dado que los integrantes de la Corporación pixueta nada tienen que ver con los que salieron de las urnas en mayo de 2011.

A nadie se le escapa el interés del PSOE por ir directamente a una gestora sin dar cumplimiento a la sentencia del TSJA. Con esto aspiran a mantener el control del Ayuntamiento y evitar que un alcalde ajeno a sus siglas tome posesión y, por tanto, tenga cierto poder en el órgano que debería regir el Ayuntamiento hasta las elecciones. Pero para éstas queda aún al menos año y medio. Y hasta entonces, muchas cosas pueden pasar en Cudillero.