Si algo se pregunta hoy toda España es cómo era el principal acusado del crimen de Javier Ardines. Después de que la Guardia Civil informara esta mañana de la detención de cuatro personas (una de ellas en Suiza), las miradas se han desplazado hacia el vecino de Amorebieta que habría encargado del crimen a los otros arrestados. Se trata de un ciudadano vasco que está casado con la prima de la mujer de Ardines y que veraneaba en Llanes.

Los vecinos de Amorebieta no se imaginaban que vivían al lado del asesino de uno de los asesinos más buscados de España pero lo que tienen claro es que el ahora detenido era una mala persona. “Era muy violento y agresivo”, aseguró un vecino definiendo al arrestado como una persona con mucha “chulería”.

El crimen de Javier Ardines fue, desde un primer momento, uno de los más complicados a los que tuvo que hacer frente la Guardia Civil de la Comandancia de Gijón. Tanto que se ha necesitado medio año para resolverlo. Pero ese paréntesis temporal no quiere decir que los agentes de la Benemérita no tuvieran pistas sobre lo sucedido. LA NUEVA ESPAÑA adelantó en el mes de noviembre (cuatro meses después del crimen) que la Benemérita ya estaba trabajando por aquel entonces en la hipótesis que acabó siendo la certera: a Ardines lo habían matado por encargo varias personas que residían fuera de Asturias. El crimen era sentimental y no tenia nada que ver ni con el funcionariado del ayuntamiento ni con las decisiones políticas tomadas por el concejal de Izquierda Unida.