Desde hace unos años se habla del regreso del "jaco", el terrible "brown sugar" que se llevó por delante a decenas de jóvenes en Asturias en los años ochenta. Volvía la heroína, pero las incautaciones eran mínimas: la operación "Mortero-Pipe" de la Guardia Civil de Oviedo, una de las más sonadas de los últimos años, solo permitió la aprehensión de dos kilos de esta droga. Las incautaciones de los últimos años se mueven en torno a esa cifra, pero el golpe que han propinado los agentes al tráfico de heroína recuerda a los de mediados de los años noventa, cuando era fiscal antidroga el recordado José Luis Rebollo, fallecido en 2012. En 1996, los agentes asturianos lograron incautarse de la friolera de sesenta kilos de heroína. La operación más importante se produjo en agosto de ese año, cuando se encontraron en una casa de Ribera de Arriba un total de cuarenta kilos. Un año antes se habían descubierto en casa de un feriante en Siero otros 14 kilos de heroína, aunque este traficante había movido unos 24 kilos de droga. El feriante usaba el "tren de la bruja" para esconder la sustancia. El caso fue muy sonado: la investigación se inició a raíz del asesinato de un nigeriano en Tremañes (Gijón).

Las fuerzas de seguridad y las asociaciones vienen advirtiendo del regreso de la heroína desde hace unos años. La heroína la toman, sobre todo fumada, muchos cocainómanos para aplacar los efectos excitantes de su adicción. Pero también sigue instalada en los segmentos más marginales.