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Dos policías asturianos evitan dos veces que una mujer se suicide en el Manzanares

El destino unió a los dos agentes con su rescatada en dos ocasiones en el río madrileño: "La segunda vez nos reconoció y se echó a llorar"

Los bomberos, durante el rescate de la mujer que se precipitó al río Manzanares.

Si alguien no cree en las casualidades ni en las coincidencias, quizás cambie de opinión tras conocer la historia de los policías Daniel Carrasco y Belén Sánchez-Manjavacas. Con una diferencia de seis meses coincidieron de patrulla en Madrid y rescataron, por dos veces, a una mujer de morir ahogada en el río Manzanares, donde intentó tirarse varias veces. Él es asturiano, de Lugones, y ella está casada con un asturiano y se siente "asturiana, como si fuera mi tierra". Ambos están ahora de baja con lesiones en la espalda porque, tras el segundo rescate, cuando ya se retiraban, les embistió un camión de la limpieza del Ayuntamiento de Madrid.

"Son tantas las casualidades, que los compañeros hacen chistes", se ríe Daniel en conversación telefónica con LA NUEVA ESPAÑA. "Para que luego se diga que no existen", añade.

Esta pareja de agentes trabaja siempre en el turno de noche, que es de 10 noches al mes, en un distrito en el que residen más de 200.000 personas y que ocupa una extensión de unos 15 kilómetros de una punta a la otra. Por las características del trabajo y de los turnos, es difícil que dos agentes coincidan muchas veces.

Daniel y Belén coincidieron hace seis meses en el turno de noche y patrullando de uniforme. Por la emisora recibieron el aviso de que había una mujer intentando tirarse al río Manzanares. Era la patrulla que más cerca se encontraba del lugar, así que se dirigió rápidamente para evitar el suicidio.

"Estaban sus hijas, que eran las que habían llamado; estuvimos como una hora hablando con ella y conectamos, hubo mucha empatía", relatan los agentes.

Tras aquella intervención pasaron seis meses sin que Daniel y Belén volvieran a coincidir. Hasta el pasado viernes 19, cuando les tocó salir a patrullar, pero en esta ocasión vestidos de calle y en un coche camuflado. Eran sobre las once y cuarto de la noche cuando la emisora envió el aviso: una mujer había parado su coche en la mitad del Puente de Segovia y se había bajado, parecía que con intención de tirarse al río Manzanares.

"Otra vez éramos nosotros los que estábamos más cerca, así que llegamos al lugar rápidamente. Cuando vimos el coche pensamos: no puede ser, no puede ser ella otra vez. Vimos a todo el mundo asomado al puente mirando al agua y nos pareció ver a alguien abajo", relata la patrulla de asturianos.

Iniciaron entonces la operación rescate. "Hay como un paseo lateral por el que bajamos todo lo rápido que pudimos, y llegamos a un muro de unos dos metros de caída que saltamos para luego pasar por una pasarela muy estrecha y encontrarnos con otro muro más alto, de unos cuatro metros, que, al saltarlo, ya daba al agua. Nos descolgamos por él y nos tiramos a ciegas. Veíamos el agua, pero no sabíamos lo que cubría. Al ponernos de pie, el agua nos llegaba más o menos por la rodilla, fuimos avanzando hasta donde veíamos a la mujer y cada vez cubría más, hasta casi la cintura. Recorrimos unos 15 metros hasta llegar a ella. Estaba boca abajo, así que la giramos lentamente para que pudiera respirar y, con mucho cuidado, porque no sabíamos si tenía lesiones", relatan Daniel y Belén. "Cuando la vimos comprobamos que efectivamente era la misma mujer. Ella también nos reconoció, y se echó a llorar. '¿Otra vez tú?', le dijimos. Nos contó que solo se quería asomar y que se había caído, y que tenía mucho frío", agregan.

Mientras tanto, ya habían llegado los servicios de emergencia. Los sanitarios pidieron información sobre el estado de la mujer, que Belén fue indicando porque "antes de entrar en la Policía era auxiliar de enfermería en ambulancias y tengo primeros auxilios". Entonces, con todos los datos necesarios, los bomberos bajaron hasta el lugar con el material de rescate, para inmovilizarla e izarla en una camilla.

Era ya medianoche y el Puente de Segovia estaba atestado de ciudadanos que siguieron paso a paso toda la operación. "Nosotros no nos habíamos dado cuenta, porque estábamos enfrascados en el rescate, pero cuando subimos fue impresionante. Todo el mundo aplaudiendo y una ovación enorme...", recuerdan. También allí, en el puente, estaban de nuevo las hijas de la mujer. "Al vernos, no se podía creer que fuéramos nosotros otra vez, y no sabían cómo darnos las gracias", aseguran.

Pero la noche no acabó ahí. A ambos les ordenaron retirarse. El tráfico estaba cortado y pudieron salir del puente en el vehículo camuflado en el que habían iniciado su turno. "Circulamos unos 500 metros, íbamos empapados y tuvimos que parar en un semáforo. Se abrió y salimos a la vez que el camión de la basura, que en una maniobra nos llevó por delante", cuentan.

Los servicios de emergencia, que aún estaban en el Puente de Segovia, tuvieron que acudir rápidamente al lugar del accidente para atender a los dos agentes. Así que también ellos acabaron en el hospital, aunque solo sufrieron diversas contracturas, golpes y un latigazo cervical que les tiene a ambos de baja laboral.

"La verdad es que menuda noche", aseguran Daniel y Belén al altavoz del teléfono. No se consideran héroes, ni mucho menos. Afirman que "sólo hicieron su trabajo". Pero no quieren volver a oír que las casualidades no existen.

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