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El desmantelamiento de Feve: 35 estaciones sin personal, sin inversión y una deuda millonaria

El "troceado" de la compañía en el año 2012 y su integración en Renfe y Adif es la principal causa de la debacle, según empleados y sindicatos

El servicio de media distancia de Feve llegó a tener 44 estaciones con personal de circulación en Asturias (desde Vegadeo hasta Colombres), quedan solo 9. La compañía de ancho métrico llegó a sumar casi 5 millones de viajeros en 2005,el año pasado registró 1,66 millones, el 66% menos. La empresa pública del ancho métrico llegó a tener un presupuesto propio de 124,4 millones en 2009, ahora está "diluida" entre Adif y Renfe. Feve registró beneficios de 16,3 millones de euros en 2007; sus últimas cuentas, de 2012, recogieron unas perdidas de casi 200 millones y una deuda de 629 millones.

La ausencia casi total de inversiones, el "abandono" de las vías y el resto de la infraestructura, el material rodante obsoleto, el cierre de las taquillas, la anterior crisis económica y, sobre todo, el "troceado" de Feve en dos y su integración en Renfe y Adif son, según los trabajadores y los sindicatos, las principales causas de la agonía de la compañía, que pierde una media de 400 usuarios al día, un ritmo que puede dejarla sin clientes en 11 años.

Los empleados de Feve (ahora en Adif o Renfe Ancho Métrico, RAM) aseguran que hay cuatro "fechas clave" en la historia de la empresa. La primera, en los años noventa, cuando el Gobierno central decidió apostar por la vía estrecha y se acometieron inversiones que posibilitaron un notable aumento de pasajeros en las líneas de cercanías de Feve, desde los 3 millones registrados en 1990 hasta los 4,9 millones de 2005.

El tiempo de "vacas gordas" acabó en 2005. Es la segunda "fecha clave". ¿Qué ocurrió ese año? Según los trabajadores consultados por este periódico, un "error de cálculo" de los dirigentes de la compañía: la formalización del contrato para la fabricación, suministro, instalación y puesta en funcionamiento del sistema de control de accesos a estaciones. O, como lo denominan trabajadores y usuarios, "los tornos".

Porque el proyecto ideado para "modernizar" el servicio, que se completó con la retirada de personal de circulación y las taquillas de las estaciones y la instalación de máquinas expendedoras de billetes y de cámaras de televisión, provocó una drástica caída del número de usuarios (más de un millón solo el primer año), según los empleados de Feve, porque la mayor parte eran -son- personas mayores y residentes en la zona rural, que no se sienten cómodos con los tornos y las "máquinas expendedoras", y preferían "el trato personalizado" que suponía la venta de billetes en ventanilla por parte de un empleado "de carne y hueso".

La tercera "fecha clave" fue 2008. La crisis económica desbarató los planes del Ministerio de Fomento (ahora de Transportes) y Feve empezó a registrar balances negativos: 24,4 millones ese mismo año, 141,1 al siguiente, y así hasta que en 2012 la compañía perdió 199 millones de euros. Una debacle.

La cuarta "fecha clave" fue precisamente 2012. Porque el 31 de diciembre de ese año Feve desapareció: fue troceada y se integró en Adif y en Renfe. "A partir de ese momento se acabó el presupuesto propio, se acabaron las inversiones y el dinero fue a parar a la alta velocidad", resaltan los empleados y los sindicalistas. El progresivo "desmantelamiento" que denuncian trabajadores, sindicatos y usuarios de Feve es fácilmente comprobable al analizar el cierre de estaciones, su reconversión en apeaderos y la retirada del personal de circulación registrado en los últimos decenios. La compañía llegó a contar en sus líneas de media distancia entre Santander y Ferrol con 72 estaciones con personal de circulación: 44 en Asturias, 15 en Cantabria y 13 en Galicia. Solo en Asturias se quedaron sin ese personal 35. Ya solo quedan 20 entre Santander y Ferrol, de las cuales 9 están en Asturias, otras tantas en Galicia y solo dos en Cantabria.

Hay asimismo otras cuatro estaciones sin presencia en la estación de personal de circulación, pero con los trabajadores de Adif disponibles si la empresa lo requiere, las de Soto de Dueñas, Ribadesella, Posada y Nueva. Y otras cuatro cuentan con personal de Renfe para venta de billetes y atención al viajero, las asturianas de Pola de Siero y Nava y las cántabras de Torrelavega y Puente San Miguel. De tal manera que de los 44 empleados de circulación de Adif en la media distancia de Feve 36 desarrollan su trabajo en estaciones (9 de ellos compartidos con la línea Gijón-Laviana) y los otros 8 permanecen en sus casas pero disponibles ante cualquier eventualidad.

Las últimas estaciones que quedaron sin personal de circulación de Adif, hace solo unas semanas, fueron las de Unquera y Treceño, ambas en Cantabria, lo que desató las críticas sindicales. Adif salió al paso asegurando que es una medida provisional, para acometer obras de mejora en la infraestructura, pero los cuatro trabajadores afectados ya han sido recolocados.

Además, Adif emitió hace unos meses una circular prohibiendo a sus empleados vender billetes, lo que provocó que dejaran de tener personal atendiendo al público diez estaciones: Navia, Luarca, Trubia, Infiesto, Arriondas, Ribadesella, Nueva, Posada, Llanes y Figaredo. El acuerdo del Gobierno de Pedro Sánchez con Teruel Existe hizo que Adif revocara aquella orden y posibilitó una prórroga de seis meses durante la cual el personal de circulación de Adif siguió atendiendo al público. Pero esa prórroga ya ha expirado y Adif ha rescatado la prohibición. Resultado: no hay taquillas abiertas al público.

Hay otros dos problemas añadidos. El primero, que las máquinas expendedoras de billetes no funcionan en las líneas Oviedo-Ferrol y Oviedo-Santander, según los sindicatos, porque el software está ideado para cercanías. Y el segundo, que tampoco se pueden adquirir billetes en la nueva web de Renfe: aparece un mensaje de error. Entonces, ¿qué debe hacer un usuario para adquirir un billete de Feve? Un empleado de la compañía lo explica: "No se puede comprar por anticipado. El viajero tiene que acudir a la estación, montar sin billete en el tren y esperar. Si da la casualidad de que hay revisor (no todos los convoyes lo tienen), tendrá que pagar. Y si no... viaje gratis".

La última duda es, dado que las máquinas expendedoras no funcionan, si se puede pagar al revisor con tarjeta, un método de pago tan legal como el metálico y que las empresas están obligadas a aceptar. La respuesta es: "No". ¿Qué ocurre si un pasajero no tiene dinero en metálico para abonar el billete? "Pues dependerá del revisor, que podría pedirle que se baje en la siguiente estación o hacer 'la vista gorda'", señaló el mismo trabajador de Adif.

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