Lo que opinan los científicos y pescadores asturianos sobre las bolinas de plástico: una alarma "fuera de lugar" y una "polémica política"

Calma entre los profesionales, que critican "el bombo" que se está dando a los pellets: "¿Y las botellas que vemos siempre, no contaminan?"

Los ayuntamientos piden quien les guíe en la marea plástica

Amor Domínguez

Mónica G. Salas

Mónica G. Salas

Luis Laria, biólogo y director del Cepesma (Coordinadora para el estudio y protección de las especies marinas), compara la crisis de las bolinas de plástico con "un enfermo de cáncer que se preocupa por una lumbalgia". ¿Es un problema? Sí. Pero, a su juicio, casi anecdótico, teniendo en cuenta la cantidad de plásticos que se vierten diariamente al mar. "Se está generando una alarma que está fuera de lugar cuando pisamos plásticos continuamente, como muchas botellas", se queja Laria. "¿Los pellets de ahora contaminan y las botellas y más botellas que vemos otros días, no?", cuestiona Abraham Mazuelas, patrón mayor de Luanco.

Científicos y pescadores están de acuerdo: se le está dando demasiado "bombo" a la llegada a la costa asturiana de plásticos del tamaño de una lenteja, tras perder en diciembre el buque "Toconao" parte de su cargamento frente al litoral de Portugal. "Es un tema político", opina Mazuelas, en referencia al enfrentamiento entre la Xunta (PP) y el Gobierno central (PSOE) a las puertas de unas elecciones en Galicia. "Esta preocupación debería haberla siempre, no solo por un suceso puntual", cree José Manuel Rico, catedrático de la Universidad de Oviedo y decano de la Facultad de Biología. Este investigador espera, no obstante, que el vertido de pellets sirva para concienciar a la población.

"Lo que está pasando ahora es como si un enfermo de cáncer se preocupa por una lumbalgia"

Luis Laria

— Director del Cetemas

"La preocupación por los plásticos en el mar debería haberla siempre, no solo por un suceso puntual"

José Manuel Rico

— Decano de Biología

"Los datos científicos dicen que una persona ingiere al mes en microplásticos el porcentaje equivalente a una tarjeta de crédito", avisan Luis Laria y Mario Lebrato, oceanógrafo asturiano y director de una estación científica en el Océano Índico. "Aún se está empezando a entender los impactos de los microplásticos en el ecosistema marino, pero es bien sabido que los seres humanos cada vez ingerimos más de nuestra propia contaminación, que cuando acaba en el mar creímos que estaba lejos de nosotros", comenta Lebrato.

Entre los pescadores no cunde por el momento la alarma. La presencia de estas bolinas blancas en la costa asturiana es hoy "mínima". "Hemos pedido a todas las cofradías que estén vigilantes, pero por ahora no estamos preocupados", asegura Adolfo García, presidente de la Federación de Cofradías de Pescadores de Asturias y patrón mayor de Puerto de Vega. Lo que les preocupa es lo que pasa a lo largo de todo el año. "Ojalá que la gente que está recogiendo los pellets ahora, hiciese lo mismo el resto de meses. En sitios poco accesibles, como acantilados, encuentras el plástico que quieras. Yo me dedico también al percebe y de algunos sitios saco más plástico que percebes. Tenemos la mar como un estercolero", lamenta. Pero "si a esto añadimos los pellets, el problema es mayor", apostilla Ramón Jesús Riesgo, patrón mayor de Cudillero.

"Hemos pedido a todos los pescadores que estén vigilantes, pero por ahora no hay preocupación"

Adolfo García

— Federación de Cofradías

"En acantilados encuentras el plástico que quieras; a veces yo saco más que percebes"

Abraham Mazuelas

— Patrón mayor de Luanco

Pese a que las bolinas están llegando a Asturias en pequeñas cantidades y solo es la punta del iceberg de una amenaza mundial, los científicos aconsejan actuar "lo antes posible". Porque, explican, al ser diminutos, su transformación en microplásticos –cuando ya no son visibles– es más rápida. "Esto sucede en pocos años", apunta José Manuel Rico. Y es en este punto cuando ya no hay vuelta atrás: los bivalvos los ingieren, los peces se los comen... Y todo acaba en nuestro estómago. "Los microplásticos tienen una persistencia enorme. Para que se degraden completamente podemos hablar de miles de año", advierte Rico.

Lo malo de la marea de pellets, según el catedrático de la Universidad de Oviedo, es que son muy pequeños y cogerlos uno a uno, como se está haciendo ahora, tiene un impacto bajo. "Habría que hacer una limpieza más efectiva contando más recursos", dice Rico. Por más efectiva, el biólogo entiende "tamizar la arena seca y recoger manchas en el agua si las hubiera". Además, el experto pide "saber verdaderamente qué cantidad se perdió y cuánto se recoge en las playas" para concluir cuánto queda todavía perdido en el mar.

"Al mes, una persona ingiere en microplásticos lo equivalente a una tarjeta de crédito"

Mario Lebrato

— Oceanógrafo

"No hay que tomarse a broma la polución de nuestros mares, mañana será otro vertido"

Fructuoso Pontigo

— Coordinadora Ecologista

Luis Laria estuvo ayer en la playa de Otur, en donde recogió, junto a otros voluntarios, centenares de pellets. Aun así, indice, la presencia es "mínima" y lo que hay estos días "es lo mismo que hubo en agosto en el arenal de La Griega sin que nadie hubiera hablado de ello". A Laria le duele "mucho más lo cotidiano". "Cada vez vemos más plásticos en el mar y no somos conscientes de ello. Ayer (por el lunes) vimos hasta un congelador", denuncia.

La Coordinadora Ecologista, con Fructuoso Pontigo a la cabeza, asegura igualmente que lleva "años" denunciando la presencia de microplásticos en las cosas asturiana, "un grave problema por la entrada de tóxicos a la cadena alimentaria a través del pescado y del marisco". "Es preciso no tomarse a broma el grave problema de la contaminación de nuestros mares y el impacto que supone para nuestra salud. En unas semanas serán otros microplásticos que provendrán de otro vertido y las aves, los peces y nosotros nos los acabaremos comiendo nuevamente", zanja Postigo.

Portugal avisó a España de la pérdida del "Toconao" el 8 de diciembre

Portugal avisó a las autoridades españolas de que el buque "Toconao" había perdido parte de su carga el 8 de diciembre, el mismo día que ocurrió el vertido de pellets, La alerta fue enviada por la Dirección General de Recursos Naturales, Seguridad y Servicios Marítimos de Portugal (DGRM) a la Dirección General de Marina Mercante (DGMM) española a través de un mecanismo automático que existe a nivel europeo. Ministerio de Economía y del Mar luso explicó que, en paralelo, los navíos deben informar en estos casos a las autoridades del país donde se haya producido el incidente y las aguas vecinas. El buque perdió parte de su carga el 8 de diciembre a 40 millas náuticas de la costa portuguesa, a la altura de Viana do Castelo, un municipio a unos 20 kilómetros de la frontera con Galicia. El navío, con bandera de Liberia, vertió al mar 26,3 toneladas de pellets de plástico, además de otros contenedores que llevaban pasta de tomate, neumáticos, barras de aluminio y rollos de papel film. Las autoridades lusas emitieron un aviso a la navegación y el capitán del puerto de Viana do Castelo envió una embarcación salvavidas para ver si veían los contenedores, sin éxito. Los pellets -pequeñas bolas de plástico blancas- empezaron a llegar días después a las costas de Galicia, donde se detectaron por primera vez en la playa de Ribeira el 13 de diciembre. El vertido se fue ido extendiendo a otras zonas de la región, llegando también a Asturias. Las autoridades portuguesas no han detectado en sus playas vestigios de este vertido. Paralelamente sigue habiendo mucha confusión sobre la carga del Toconao y la responsabilidad de la misma. Bedeko Europe, una empresa de Polonia que figura en los sacos de pellets, niega ser la propietaria, según varias informaciones. Y la naviera Maerk su parte, la naviera Maersk, que alquiló el buque, dice que está investigando lo ocurrido.

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