Sede hay siempre: Víctor y Rebeca son los primeros elaboradores de kombucha en Asturias

El ingeniero industrial y la doctora en Psicología son los primeros elaboradores de kombucha en Asturias

Víctor Marchena y Rebeca Cerezo, con su hija Eres, con algunas de sus botellas de kombucha Sede.

Víctor Marchena y Rebeca Cerezo, con su hija Eres, con algunas de sus botellas de kombucha Sede. / Ana Paz Paredes

Víctor Marchena y Rebeca Cerezo se iniciaron en la elaboración profesional de kombucha de forma totalmente casual. Simplemente nació porque la empezaron a fabricar para consumo propio. Víctor, natural de Langreo, es ingeniero industrial y de tal ejerce mientras que Rebeca, ovetense, es doctora en Psicología y se dedica a la docencia y a la investigación. Son padres de Eres, de año y medio.

Empezaron a trabajar los fermentos por inquietud personal y por afición. «Lo nuestro no fue un afán de montar una empresa, buscábamos crear nosotros mismos esta bebida que nos gusta mucho y yo no bebo alcohol . Víctor tiene una visión más empresarial que yo y, cuando fue una realidad, tuvo muy claro que teníamos que sacarlo adelante», explica Rebeca. Y apostilla él: «Probamos a hacerla y nos salió bien. Volvimos a probar por nuestro afán de investigar, le fuimos añadiendo sabores y la dimos a probar. Lo cierto es que gustó mucho. Entonces vivíamos en un pueblo de Llanes pero carecíamos de la infraestructura necesaria para vivir y elaborar al mismo tiempo y nos pusimos a buscar una finca más grande con vistas a tener la casa y también el lugar donde elaborar. Así encontramos nuestro hogar aquí en Bueño, donde estamos encantados», afirma.

Entre las primeras pruebas y la salida al mercado en 2022 de las primeras botellas de su kombucha «Sede», está su contacto con Valnalón, donde presentaron su proyecto y les apoyaron en todo. «Contamos con el semillero de Valnalón e hicimos el proyecto con ellos en 2022. El resultado fue montar ‘Kombucha Sede’. Somos los primeros en hacerla aquí en Asturias», dicen.

Explican ambos que la kombucha es una bebida fermentada que se elabora a partir de una infusión de té con azúcar a la cual se inocula una colonia de bacterias y levaduras que hacen que generen una fermentación específica.

El resultado es una bebida no alcohólica y con muy bajo contenido en azúcar. Es una bebida probiótica, viva. Nosotros hacemos una fermentación lenta, no alteramos en absoluto el proceso de fermentación natural. Nosotros jugamos con el tiempo y con la paciencia. Cuando una kombucha industrial puede fermentar en una semana nosotros, mínimo en verano, tardamos un mes en lograr la primera fermentación y en invierno nos vamos a dos meses y medio largos. La segunda fermentación tiene lugar en la botella donde, por un lado se atrapa el carbónico natural que genera la propia fermentación y añadimos zumos de frutas, semillas o infusiones de flores. Todo totalmente natural».

Su producción, por todo ello, es muy pequeña si se tiene en cuenta que se vende de inmediato aunque, como afirma Víctor, «Sede siempre hay. Lo que pasa es que fluctúa el stock. No es que saquemos una remesa, la vendamos y esperemos a la siguiente. Siempre hay porque vamos a ritmos diferentes. Por otro lado tenemos unos clientes muy fieles que, una vez que hacen sitio a nuestra kombucha, nunca les falta cuando la piden. También la vendemos a particulares a través de nuestra página web», explican.

Están encantados en Bueño y se sienten muy apoyados por vecinos y Ayuntamiento. «Nosotros buscábamos un pueblo donde establecernos tanto para vivir como también para sacar adelante el proyecto, y lo encontramos en Bueño, un pueblo auténtico, de verdad. Estamos muy contentos aquí, con el Ayuntamiento siempre apoyando y haciendo la vida más fácil, y eso es algo importantísimo. No es cuestión de apoyo monetario sino de dar facilidades para vivir y salir adelante, y en Ribera de Arriba lo hacen. Se interesan por tu proyecto, ponen los medios que tienen a tu disposición, en fin, que no podemos estar más contentos», dicen.

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