Vega de Seoane, sobre el clima político nacional: "Este duelo a garrotazos ya dura demasiado"

"Barbón es razonable, pero no se atreve a privatizar la sanidad; se mantiene la ineficiencia por ideología", afirma el empresario asturiano

Javier Vega de Seoane, flanqueado por Carlos Paniceres y Alfredo Canteli, antes de la conferencia.

Javier Vega de Seoane, flanqueado por Carlos Paniceres y Alfredo Canteli, antes de la conferencia. / Mario Canteli

Luis Ángel Vega

Luis Ángel Vega

El currículum del empresario asturiano (aunque nacido en San Sebastián) Javier Vega de Seoane Azpilicueta resume medio siglo de historia económica española. Presidente de Gestlink y DKV Seguros, así como del Consejo Asesor de Fujitsu, es también presidente de honor del Círculo de Empresarios. Vega de Seoane ofreció este miércoles una conferencia en la Cámara de Comercio de Oviedo en la que defendió una vuelta de la colaboración entre el sector público y el privado, "abandonada por ideología". Al acto acudió el alcalde de Oviedo, Alfredo Canteli; diputados regionales como Celia Fernández y Ángel Morales; el presidente de Compromiso Asturias XXI, Eduardo Sánchez Morrondo, o el presidente de la patronal hostelera OTEA, José Luis Álvarez Almeida.

Asturias, dijo, es una región pequeña, que facilita los entendimientos, pero de nuevo la ideología se cruza. "Barbón es una persona razonable, cercana, pero no se atreve a privatizar la sanidad. Deberíamos ser más valientes, también los empresarios", aseguró.

"Estamos bien, pero vamos mal. La autocomplacencia es un pecado terrible", dijo acordándose de una conversación con un gurú económico que se negaba ver aspectos negativos en la marcha de España. "Podríamos ir mucho mejor. Estamos en un mercado global y tenemos que crecer, porque es la única forma de que podamos mantener el estado de bienestar, que abrazamos hasta los liberales, porque garantiza la igualdad de oportunidades y aflora el talento potencial de la sociedad", indicó. El problema, añadió, es que este sistema "elimina estímulos y genera ciudadanos indolentes". El gasto social, dijo en otro momento, "es una mochila muy pesada". Y pasó a defender la gestión privada, que "termina siendo más eficiente que la pública". El problema es que "hay personas que consideran que no se debe ganar dinero a costa de la salud de la gente".

Por mucho que los empresarios realicen bien su trabajo, que pongan sus "capacidades al servicio de la sociedad", "con inestabilidad regulatoria es imposible poner en marcha proyectos de colaboración público-privada", comentó también el conferenciante. Y es que el tiempo que precisa una inversión es más largo que el tiempo político.

Desde la crisis de 2007, "hay una vuelta a la responsabilidad del empresario, y el que no la cultive al final no tendrá licencia para operar". "No podemos dejar el capitalismo en modo automático porque a veces descarrila", advirtió. Añadió que la "competencia es fundamental para que los ciudadanos reciban mejores servicios". Por ello hay que pedir al sector público que compita. La experiencia del Hospital de Denia y de Muface demuestra, a su juicio, que se pueden ofrecer esos servicios sanitarios a mucho menos coste que el sector público.

"Se puede ahorrar dinero al Estado. ¿Por qué vamos a mantener una sanidad cara sólo por ideología? No podemos mantener la ineficiencia", postuló. Y reivindicó el ambiente de consenso de la Transición: "Este duelo a garrotazos ya dura demasiado, hay que buscar un proyecto común y remar en la misma dirección", opinó. España debe dejar de "empeñarse en mantener por ideología un sistema fiscal que expulsa al inversor".