La familia ve lesiones en un preso fallecido en la cárcel de Asturias y pide una segunda autopsia

L. G. C., tarraconense de 53 años, fue hallado muerto en su celda de la prisión el pasado día 20, y el forense lo achacó a causas naturales

La cárcel de Asturias.

La cárcel de Asturias. / LNE

Luis Ángel Vega

Luis Ángel Vega

Un recluso tarraconense de 53 años que se encontraba en prisión preventiva en la cárcel de Asturias, fue encontrado muerto en su celda en la mañana del pasado jueves, 20 de junio. Se trata de L. G. C., padre de tres hijos, que murió, oficialmente, por causas naturales, según estableció el forense que examinó el cadáver. Están pendientes los resultados de las muestras remitidas al Instituto Nacional de Ciencias Forenses.

Sin embargo, los familiares del recluso, después de ver el cadáver en el tanatorio, tienen la sospecha de que L. G. C. pudo morir de manera violenta en el interior de la prisión. Y es que presenta lo que, según creen, se correspondería con lesiones, repartidas por diversas partes del cuerpo, incluidas las muñecas.

Por ese motivo han encargado la realización de una segunda autopsia a un conocido forense, con el fin de descartar que el fallecimiento tuviese que ver con una agresión. El propio forense descartó la realización de esa autopsia. "Nos parece que tiene lesiones", indicó un familiar del recluso fallecido, que llevaba más de un año en prisión.

Los familiares descubrieron las lesiones en el mismo tanatorio, cuando les dejaron ver el cuerpo, y ello a pesar de las indicaciones para que se mantuviese a sus parientes lejos del cadáver, siempre según indican ellos.

Temor a una agresión

El temor a una agresión violenta viene justificado por el historial de la cárcel de Asturias, en la que han fallecido varios presos en los últimos años tras brutales ataques.

Ha habido en efecto, bastantes hechos violentos en la prisión asturiana. En la tarde del 11 de noviembre del 2011, el marroquí Josmar B. K. mató a golpes al recluso Justo P., del que se quería vengar por un incidente ocurrido fuera de la cárcel. Fue una paliza interminable, que horrorizó incluso a los otros presos del módulo ocho, uno de los más peligrosos. Fue condenado a una dura pena por asesinato.

En 2022, un recluso llamado Faustino Salazar Barrul, bilbaíno de 44 años, aceptó en la sección tercera de la Audiencia una condena de diez años por matar a golpes en el módulo seis de la cárcel al gijonés José Antonio Casasola Astorga, "El Rompe", de 54, el 30 de julio de 2020. El propio fallo estableció que "el centro penitenciario no estaba en condiciones de asegurar la integridad de los reclusos".

El 10 de junio de 2019, un preso aprovechó que otro recluso, con el que había discutido la víspera regresaba de desayunar para clavarle, por la espalda, un objeto punzante de fabricación casera en el lado izquierdo del cuello. Las heridas causadas con el "pincho", elaborado afilando la varilla de un cepillo de dientes al que insertó una hoja de una cuchilla, estuvieron a punto de matar a la víctima.

Apuntes

  • Fallecimiento. L. G. C., un recluso tarraconense de 53 años, padre de tres hijos, en prisión preventiva, fue hallado muerto en la mañana de este jueves, 20 de junio, en su celda de la cárcel de Asturias, en la que llevaba ingresado más de un año.
  • Forense. La forense determinó que el fallecimiento se debió a causas naturales.
  • Tanatorio. La familia del fallecido apreció lo que considera que podría ser compatible con lesiones violentas, por lo que ha encargado la realización de una segunda autopsia que descarte que el recluso sufrió un ataque violento.