Entrevista | Antonio Maíllo Coordinador general de IU federal

"Asturias tiene sus singularidades ante una nueva financiación, como la despoblación"

"En Cataluña espero que haya Gobierno desde la suma de debilidades: los partidos progresistas pueden echar a andar la legislatura"

Antonio Maíllo, en Oviedo.

Antonio Maíllo, en Oviedo. / DAVID CABO

Antonio Maíllo (Lucena, 1966) es desde mayo el nuevo coordinador federal de IU, una elección en la que tuvo mucho que ver la organización de Asturias, cuya dirección le apoyó en el pulso interno con la ministra Sira Rego. Ha dejado las clases de Latín en un instituto sevillano para asumir la tarea nada sencilla de liderar IU ante la recomposición en la izquierda alternativa.

–¿Qué es más difícil, hacer atractivo el latín a la generación digital o construir un proyecto sólido a la izquierda del PSOE?

–Son dos retos apasionantes. Primero, he acabado el curso porque hay que tener un respeto también a la educación y no dejar en la estacada a los alumnos que, por cierto, son gente estupenda. Y la reorganización del espacio a la izquierda puede ser un debate apasionante, aunque complicado, si sabemos leer los tiempos. Hace falta analizar con mucha humildad y tener en cuenta que el avance de la extrema derecha, que se ha dado en España, también ocurre en el resto de Europa aunque con un gran diferencia.

–¿Cuál?

–En España tenemos un gobierno progresista y no podemos caer en el derrotismo. Tenemos un gobierno que, frente a los del PP con sus consejos de ministros de los viernes de recortes, aplica políticas progresistas que se ven en los consejos de ministros de los martes, como la prórroga de escudo social, la universalización de la lactancia o el debate se va a abrir del voto a los 16 años.

–¿Qué papel tuvo IU de Asturias en su victoria y en el nuevo rumbo de IU federal?

–Ha sido clave para que yo sea coordinador federal de Izquierda Unida, pero lo más importante es que Asturias es vital para el proyecto de Izquierda Unida federal y tendrá un protagonismo acorde a su importancia, a su arraigo y a su relevancia política. La presencia de Asturias en la dirección federal de IU será muy importante, se verá el 6 de julio en la primera coordinadora federal. Ovidio Zapico tendrá un lugar en la dirección política, igual que la ministra Sira Rego y nuestro portavoz en el Congreso, Enrique Santiago.

–Usted dejó la política unos años. ¿Está más polarizada?

–Sí, está más polarizada por un elemento extremadamente disruptivo como la aparición de la extrema derecha. Que la derecha clásica abrace las tesis de la extrema derecha, suponiendo que así va a engullirla, aparte de que no lo va a lograr, es un error histórico de consecuencias imprevisibles. Mi pretensión al volver a la política es bajar el tono de hiperventilación tan marcado, sobre todo, en Madrid. España es mucho más plural, más matizada, más tolerante y respetuosa en las periferias. Desde las periferias podemos construir un mejor país que desde la almendra madrileña y ahí Asturias tiene un papel preponderante.

–¿Le cogió por sorpresa el acuerdo PSOE-PP para la renovación del Poder Judicial?

–Nos sorprendió el desatasco de un día para otro, sabíamos que había conversaciones. La sorpresa formaba parte de ese acuerdo, al PP le interesaba para evitar un incendio en sus sectores más ultras y al PSOE para blindarlo y que nadie lo reventara como pasó en otras ocasiones. A mí me cogió totalmente por sorpresa.

–¿Faltó sinceridad con un socio de gobierno como ustedes?

–En el ámbito del Gobierno había información sobre los movimientos que hacían pero no ha habido ninguna negociación por nuestra parte. PSOE y PP han blindado la ley orgánica del Poder Judicial, a la que no nos sentimos vinculados y es susceptible de que presentemos enmiendas. Esto no ha sido un acuerdo de Estado, sino un acuerdo bipartidista que tampoco es la primera vez que se hace, no hay que dramatizar al respecto.

–¿Este acuerdo afectará al desarrollo de la legislatura?

–Pienso que no, tampoco es la primera vez que se hace, no hay que dramatizar al respecto. Hay quien dice que sí, pero conviene acabar con el debate de la política que se hace en Madrid permanentemente de susto o muerte. El cuerpo electoral de nuestro país ha decidido que España es plural, que nadie debe tener mayoría absoluta y que incluso el Gobierno esté forzado a negociar, como habrá que hacer ahora con el Presupuesto. En los tiempos plomizos de la mayoría absoluta no había ningún debate político en este país, para mí, la pluralidad actual es una virtud.

Antonio Maíllo, en Oviedo.

Antonio Maíllo, en Oviedo. / DAVID CABO

–¿Dependerá más el futuro de la legislatura de que haya Presupuesto para 2025?

–Puede haber también otros factores, como Cataluña. La apuesta que debe hacerse es que haya Presupuesto. No niego que se haya quedado algún pelo en la gatera con el acuerdo PSOE-PP para el Consejo General del Poder Judicial, pero habrá que ver el resto de movimientos.

–¿Entonces ve crucial la formación de gobierno en Cataluña?

–En Cataluña, la situación de del Parlamento me da la esperanza de que haya gobierno desde una suma de debilidades. No hay quien quiera o a quien le convenga una repetición de elecciones porque no tienen garantizado un mejor resultado electoral.

–¿Usted no entendería una repetición electoral?

–No lo entiendo en términos de ciudadano de izquierda. Hay tres fuerzas progresistas como Esquerra, Comunes y PSC que pueden construir algo, no digo un Gobierno, pero sí echar a andar una legislatura con acuerdos presupuestarios y condiciones de mejora que hacen falta en Cataluña porque el "procés" ha supuesto un desgaste en términos económicos, sociales y de atención a los servicios. La política tiene que gestionar la realidad y no son buenos políticos los que dicen a los electores que votan mal y deben de volver a votar. Algo sagrado en política es respetar la voluntad popular.

–¿Es factible reformar la financiación autonómica con los recelos que genera la reivindicación de ERC de un nuevo cupo?

–Es necesario articular un modelo de financiación porque el actual está caducado. La posición de IU es clara, el sistema financia servicios, no territorios, hay que garantizar suficiencia financiera y es exigible la responsabilidad fiscal, la condicionalidad. Si el Estado financia unos servicios para que se mantenga su calidad, no puede venir el Gobierno autonómico y bajar impuestos gracias a que ha recibido más financiación, eso es hacer trampa. Hace falta vincular la financiación a la condicionalidad porque Andalucía ha dejado de ingresar 1.400 millones mientras pide más recursos al Estado.

–¿Es viable atender las singularidades que ya reivindican todas las autonomías?

–Andalucía ha dejado de ingresar 1.400 millones mientras pide mayor financiación. En 2018, en Andalucía, alcanzamos un acuerdo Moreno Bonilla. María Jesús Montero, que era consejera de Hacienda, Podemos e IU. Cuando hablamos de singularidades, pedimos que se tengan en cuenta elementos como la dispersión o la despoblación, que son preferentes para Asturias al abordar una nueva financiación. Si se quiere hay vías para llegar a un acuerdo, pero me temo que el lenguaje que emplea ahora una persona tan aparentemente calmada como Moreno Bonilla no anuncia nada bueno.

–¿Es un fracaso para IU quedarse sin presencia, por primera vez, en el Europarlamento?

–Ha sido una decepción. No nos sentimos bien tratados al ir en el puesto 4, pero decidimos ir en esa lista para no fragmentar más ese espacio de la izquierda ante las elecciones europeas.

–¿Qué le parece el paso a un lado de Yolanda Díaz?

–Bien. Es un acto que le honra, ella no se siente cómoda con el proceso gestado y los resultados no han sido los deseados. Es un gesto facilitador de la nueva etapa que se produce, donde aquí no hay nadie que esté sobre nadie. Todo espacio que se cree tiene que ser desde la fraternidad, la comodidad y el protagonismo de las partes.

–Habla de fraternidad, pero la izquierda alternativa ha asistido estos años a intentos de laminación de partidos, como el que sufrió IU, y a múltiples desafecciones personales.

–Esta década ha demostrado que las nuevas formas políticas no han mejorado las clásicas y ha permitido comprobar que los liderazgos sin una organización por debajo son como las estrellas, fulgurantes pero efímeros.

–¿Toca resetear?

–En este nuevo ciclo necesitamos un proyecto sólido, un proyecto previsible, un proyecto que dé seguridad y certidumbre a la gente, que ya está demasiado inquieta por su futuro en la vida, como para que encima le acumulemos problemas con el debate político.

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