Descienden las muertes por tumores y se desploman las causadas por infartos

l El INE desvela un aumento de los decesos en Asturias por trastornos mentales orgánicos y enfermedades del aparato genitourinario | Los 1.951 varones muertos por cáncer el año pasado son la cifra más baja desde 1995

Pablo Álvarez

Pablo Álvarez

El perfil de las enfermedades mortales está experimentando cambios profundos en Asturias. Los nuevos patrones más relevantes son una disminución de las defunciones por cáncer, infartos y enfermedades respiratorias. En el polo opuesto, han aumentado los decesos originados por enfermedades infecciosas (sobre todo a causa del covid-19, aunque ya ha descendido en 2023), trastornos mentales orgánicos y enfermedades del aparato genitourinario.

Estas son algunas de las conclusiones de mayor calado del informe de mortalidad de 2023 que acaba de publicar el Instituto Nacional de Estadística (INE). El año pasado fallecieron en la región 13.010 personas. Se trata de una cifra sensiblemente inferior a las registradas en los tres años precedentes, condicionados por la pandemia del coronavirus SARS-CoV-2. En 2022, el total de muertos en el Principado había sido de 13.936; en 2021 fueron 13.367; y en el dramático 2020 en Asturias se habían contabilizado 14.550 defunciones. El año 2019, previo a la pandemia, había sido un ejercicio con baja mortalidad: 12.893 muertes, un dato que, a juicio de algunos expertos, influyó en que la cifra de 2020 fuera particularmente alta, pues se da por sentado que después de un año de mortalidad muy baja viene otro de muchas muertes.

Influjo del cáncer.

Además de establecer cifras globales, el informe anual del INE constituye la guía esencial para conocer las causas de las muertes y las tendencias en este ámbito. Una primera observación indica que se consolida la caída de las defunciones originadas por tumores. El año pasado fueron 3.360, la cifra más baja desde 2003. Es el quinto año consecutivo de caída. En 2012 se alcanzó el punto más alto, con 3.740 muertos por cáncer. En varones, la tendencia es suavemente descendente desde 2011, y los 1.951 muertos del año pasado son la cifra más baja desde 1995. Entre las mujeres, la mortalidad aumenta también de forma suave, en buena parte por influencia del cáncer de pulmón, o sea, del tabaco; alcanzó su máximo en 2021 (con 1.561 víctimas) y ahora lleva dos años de bajada significativa. Las 1.409 fallecidas el año pasado constituyen la cifra más exigua desde 2011.

Infartos de miocardio.

En cuanto a los infartos agudos de miocardio, el descenso de la mortalidad es muy acusada, gracias en buena parte a los avances de la cardiología intervencionista. Si en 2002 se alcanzaba una cifra récord de 1.002 fallecidos en Asturias por esta causa, la disminución ha sido casi constante desde entonces, hasta llegar a 513 fallecidos (casi la mitad) el año pasado. La caída de la mortalidad es paralela en mujeres y hombres. También se ha contabilizado un descenso nítido en las muertes por enfermedades del sistema respiratorio en los últimos años, aunque en 2022 y 2023 se observa un repunte.

Epígrafes en aumento.

En el extremo opuesto, la mortalidad asciende en algunos epígrafes, como las enfermedades infecciosas (como efecto del covid-19, que ya en 2023 ha evolucionado a la baja), los trastornos mentales orgánicos y las enfermedades del aparato genitourinario. En estas últimas, un apunte reseñable es que las muertes de mujeres son notablemente más numerosas que las de hombres.

Datos nacionales.

En el conjunto de España, indica el INE, en el año 2023 se produjeron en España 433.163 defunciones, 31.254 menos que en el año anterior (un 6,7 por ciento menos). Por sexo, fallecieron 219.077 hombres y 214.086 mujeres. Los tumores se situaron como primera causa de muerte, con un 26,6 por ciento del total de los decesos. Las muertes por enfermedades del sistema circulatorio descendieron un 5,3 por ciento respecto a 2022, situándose como segunda causa más frecuente, con un 26,5 por ciento del total. Los fallecimientos por covid-19 disminuyeron un 75,1 por ciento respecto a 2022. Y las caídas accidentales se situaron como primera causa externa, desplazando a los suicidios.

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