Los cambios del arzobispo Sanz Montes en la Iglesia asturiana: un gran proyecto en Oviedo, runrún con la gestión pastoral y cascada de relevos en puestos clave

Mariño sustituye a Fernández Sangrador como número dos del Arzobispado

El canónigo Sergio Martínez Mendaro será el titular del real Sitio y José Antonio Bande cubrirá su vacante como rector del Seminario Metropolitano de Oviedo 

Cambios en la Iglesia Asturiana

Cambios en la Iglesia Asturiana

Relevo en la cúpula de la Iglesia asturiana. El arzobispo Jesús Sanz Montes ha decidido nombrar al abad de Covadonga, Adolfo Mariño, como nuevo vicario general de la diócesis en sustitución de Jorge Juan Fernández Sangrador, que llevaba trece años en ese cargo al que ahora ha encomendado un puesto de nueva creación: la vicaría episcopal de Cultura y de Relaciones Institucionales. Es el cambio más destacado en una extensa lista de nombramientos, con caras nuevas para el santuario de Covadonga y el Seminario de Oviedo, que se harán efectivos en el mes de septiembre.

El relevo en la vicaría general, el teórico número dos de la diócesis, era una hipótesis que se manejaba en distintos círculos de la Iglesia asturiana desde hace un tiempo, por diversas razones.

Jorge Juan Fernández Sangrador (Cangas de Onís, 1958), teólogo por la Universidad Pontificia de Salamanca, canónigo de la Catedral y profesor del Seminario Metropolitano de Oviedo, acredita una sólida y amplia formación intelectual. Tras su nombramiento, en 2011, como vicario general, varias veces sonó como posible obispo auxiliar de la diócesis asturiana, pero los cambios en cascada que siguieron a la renuncia de Benedicto XVI alteraron las listas de aspirantes a la mitra. Especializado en Historia, Geografía y Arqueología Bíblicas, así como en griego y hebreo, asumirá ahora la vicaría episcopal de Cultura y de Relaciones Institucionales, un puesto en el que tendrá como misión principal el impulso de la "factoría" y centro de arte religioso que la Iglesia pretende erigir en el conocido como martillo de Santa Ana, junto al Palacio Arzobispal, en pleno casco antiguo de Oviedo. Al trabajo y dedicación que exigirá este proyecto se sumó en los últimos meses un cierto malestar en parte del clero asturiano con la gestión pastoral en la vicaría general, que llegó hasta el Arzobispo. El nombramiento del abad de Covadonga, Adolfo Mariño (Avilés, 1953), como nuevo vicario general ha sido recibido con satisfacción. "Tendremos un pastor", afirmaban desde el clero asturiano tras conocer la designación del nuevo "número dos" de la diócesis.

Mariño, que atesora una dilatada carrera como sacerdote y párroco en Grandas de Salime, Oviedo y Gijón, posee un amplio y pormenorizado conocimiento de lo que es la realidad, el día a día del ejercicio sacerdotal en la actualidad en Asturias, con un clero con una media de edad cada vez más alta y muchas parroquias que atender. Adolfo Mariño compaginará la vicaría general con la labor de párroco de San Tirso el Real, en Oviedo, en lo que supondrá su retorno a un terreno que no le resulta nada ajeno, más bien al contrario. De hecho, fue el encargado de la puesta en marcha de la parroquia de San Melchor de Quirós en Vallobín-La Florida (Oviedo) tras haber sido antes coadjutor en San Pedro de los Arcos.

El arzobispo Sanz Montes cubre la vacante de Mariño en Covadonga con Sergio Martínez Mendaro, que desde 2016 era rector del Seminario Metropolitano, además de canónigo prefecto de Música de la Catedral de Oviedo y director de la Schola Cantorum. Ordenado hace veinticuatro años, ha ejercido el sacerdocio en Sotrondio y Siero. Para el rectorado del Seminario, que dejará vacante en septiembre Martínez Mendaro, ha sido nombrado el valdesano José Antonio Bande, quien en la actualidad es párroco en Lugo de Llanera, tras haber tenido antes otros destinos pastorales, por ejemplo en Oviedo.

La lista de nuevos nombramientos de Sanz Montes también incluye la designación de Ana Álvarez como delegada de Pastoral Penitenciaria, un área en la que ya venía trabajando y colaborando como voluntaria desde hace siete años, y confirma la designación de José Luis López como administrador de Cáritas Diocesana de Asturias. Licenciado en Ciencias Económicas por la Universidad de Bilbao, está jubilado después de una vida profesional desempeñada en dos empresas asturianas, Alsa y Grupo Masaveu.

La renovación en la curia asturiana se completa con una treintena más de designaciones en los arciprestazgos de Oviedo, Avilés, Siero, Caudal, Llanes, Covadonga, Villaoril y El Acebo. José Manuel García de Jesús será el nuevo párroco de San Francisco Javier de la Tenderina tras los problemas de salud de Alberto Reigada, mientras que Jaime Sanz Santacruz, numerario del Opus Dei, será el párroco de la Unidad Pastoral de la Sagrada Familia de Ventanielles-Natividad de Nuestra Señora, donde hasta ahora esa actividad pastoral corría a cargo de José Miguel Urios, también sacerdote de la prelatura. Además, Santiago Rancaño será el capellán del Hospital Monte Naranco, el mismo desempeño para el que ha sido designado Alfredo de Diego en el Centro Penitenciario de Asturias, donde contará con José María Laredo como diácono adscrito.

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