La oficina económica que piden los empresarios ya funciona en comunidades como Galicia y este es su efecto dinamizador: "Facilidad total"

El departamento que los empresarios reclaman, bajo la coordinación directa del Presidente, es el arma que la región vecina exhibe para reforzar su atractivo inversor

Oficina económica de Asturias

Oficina económica de Asturias / LNE

Vicente Montes

Vicente Montes

"Facilidad total" para las empresas es la expresión que, casi a modo de eslogan, utiliza el gobierno gallego para explicar las tareas que lleva a cabo su Oficina Económica, un órgano como el que reclaman los empresarios asturianos para el Principado. Incluso la arenga del presidente de Galicia, Alfonso Rueda, a sus altos cargos del Gobierno fue significativa cuando tomó posesión del cargo el economista Juan Carlos Reboredo Nogueira: "Creo que acertamos con la persona, ahora toca trabajar bien y dejarse coordinar por quien sabe lo que está haciendo".

Fue el propio presidente autonómico, Adrián Barbón, quien puso sobre la pista de la posible creación de una Oficina Económica de Presidencia del Principado en una entrevista con LA NUEVA ESPAÑA el pasado 23 de junio, en la que hacía balance de su primer año de gobierno. En esa entrevista, Barbón reconocía que sopesaba crear esta legislatura esa oficina directamente dependiente de él, al estilo de la que opera en el Gobierno central y que el gobierno gallego ha echado a rodar hace unos meses.

Atraer inversiones, el objetivo. El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, señaló en octubre del año pasado, antes de lanzar su Oficina que esta sería "el canal único de comunicación con las empresas e industrias", no solo para que promotores y empresarios reciban información y asesoramiento, sino acompañamiento y acceso a financiación. Ya entonces Rueda apuntó que la creación de ese organismo resultaba una pieza clave en "el objetivo de la Xunta de atraer inversiones empresariales a Galicia".

Un tándem de relación con las empresas. En realidad, Galicia cuenta con dos servicios bajo el nombre de Oficina Económica, aunque orientados a un objetivo común. Así, la oficialmente denominada Oficina de Coordinación Económica de Galicia, directamente vinculada con el Presidente, supervisa proyectos estratégicos, los fondos europeos y la política industrial del gobierno gallego. Además, tiene potestad para dictar instrucciones a otros departamentos y puede organizar grupos de expertos para abordar cuestiones concretas; también puede establecer protocolos de coordinación relativos a proyectos industriales para facilitar, impulsar y simplificar aquellos trámites que requieran el trabajo conjunto de las distintas consejerías. Al frente fue designado el catedrático Juan Carlos Reboredo Nogueira, con rango de secretario general. Pero también existe un servicio de ventanilla única en la relación con los empresarios y que en el primer mes de actividad recibió más de 900 consultas y que funciona como un canal de comunicación en el marco del Igape (Instituto Gallego de Promoción Económica). Se trata de un tándem similar al que operaría en Asturias entre la hipotética Oficina Económica del Presidente y la agencia Sekuens. En cualquier caso, toda la estrategia de atracción de inversión y dinamización económica está supervisada directamente por el Presidente, con un responsable con capacidad ejecutiva.

"Desburocratizar y acelerar proyectos estratégicos". Con esta reorganización, el gobierno gallego trata de generar para la inversión empresarial un "buen clima", con un "compromiso decidido por la desburocratización y la aceleración de proyectos industriales", según señaló en su día la consejera de Economía, Industria e Innovación, María Jesús Lorenzana. Precisamente la estructura económica de la Xunta de Galicia quiere ser inyección para captar nuevas inversiones. El gobierno gallego destaca que el pasado año Galicia elevó un 132% su inversión extranjera y alcanzó récord exportador. Entre sus fortalezas, en gobierno gallego destaca su ley de proyectos estratégicos, una norma que el Principado aprobará en otoño, una vez se retome el periodo de sesiones en la Junta General.

Asturias mira al modelo de Pedro Sánchez. Pero hacia donde se dirige principalmente la mirada del gobierno asturiano a la hora de inspirarse es a la Oficina Económica del Gobierno central, en manos de Manuel de la Rocha. El órgano, en realidad, fue creado por José Luis Rodríguez Zapatero y lo mantuvo Mariano Rajoy, pero bajo cada presidente ha operado con perfiles distintos, lo que constata que el dinamismo de la figura depende más del perfil elegido para capitanearla que de su constitución. De hecho, Sánchez llegó a cerrarla para posteriormente recuperarla con nuevo impulso.

La clave está en el perfil. Formalmente Zapatero constituyó la Oficina Económica del Presidente en 2004, a cuyo frente colocó a Miguel Sebastián, quien luego sería ministro de Industria. En origen se trataba más de un órgano asesor que ejecutivo y no faltaron choques entre Sebastián y el entonces ministro de Economía, Pedro Solbes. Entre 2006 y 2008 el cargo estuvo en manos del desaparecido David Taguas, y en 2008, Zapatero reformó la estructura del entorno de la Presidencia y puso al frente de la Oficina a Javier Valles, dependiente de la jefatura de Gabienete, ya con menos peso. Fue Mariano Rajoy quien volvió a tratar de dar un nuevo impulso a la figura de la Oficina Económica al designar al economista Álvaro Nadal en el año 2013, revitalizando el departamento, pero centrándolo en las labores de asesoramiento.

El "botón rojo" se llama Manuel de la Rocha. A Pedro Sánchez le costó dar con la clave. A su llegada al Ejecutivo, en 2018, suprimió la Oficina Económica, que básicamente convirtió en una dirección general de asuntos económicos dependiente del Gabinete de la Presidencia y de la que fue responsable Manuel de la Rocha. Pero en 2020, Sánchez decidió "ascender" a De la Rocha a la categoría de secretario de Estado y establecer el modelo actual, con el objetivo de dejar directamente de la mano del Presidente toda la política de reconstrucción del país y la gestión de las ayudas europeas. Por el despacho de De la Rocha pasan habitualmente responsables de grandes empresas y termina por ser el cauce de comunicación directa para cualquier decisión económica, aunque competa a diferentes ministerios. De la capacidad de interlocución con las comunidades autónomas o con el mundo de la empresa conocen bien en el gobierno del Principado, ya que en numerosas ocasiones han recurrido a ella. Es el botón rojo que hay que pulsar cuando se quiere activar una respuesta del Ejecutivo para una gran inversión (como en la gestión de las relaciones con Arcelor) o se necesita auxilio económico.

Un modelo ejecutivo, reclaman los empresarios. Precisamente las diferentes "oficinas económicas" que han existido hacen que los empresarios, tal y como publicó LA NUEVA ESPAÑA, demanden a Barbón un modelo específico: "Debería facilitar la actividad empresarial y agilizar inversiones en coordinación con las consejerías", aseguraba Félix Baragaño, presidente de la Cámara de Comercio de Gijón. "Puede ser una buena solución si tiene el máximo nivel para tomar decisiones e impulsar proyectos", expresaba Pablo Junceda, director general del Sabadell. Carlos Paniceres, presidente de la Cámara de Oviedo reclamaba "carácter transversal y alto poder de decisión política, muy ágil y ejecutiva".

Galicia pisa el acelerador. Las decisiones organizativas del gobierno de la comunidad vecina tienen como objetivo convertirla en "un polo de atracción industrial", según reconoció el mes pasado la consejera de Economía, María Jesús Lorenzana, bajo la promesa de "máxima agilidad administrativa y medidas de apoyo al tejido productivo". La ventanilla única en la relación con las empresas, más la visión estratégica de la Oficina de Coordinación Económica del presidente Rueda, persiguen fijar una "política industrial integrada y responsable", con perfil de "alto nivel tecnologico e innovador", según reconoció la consejera gallega en el reciente congreso de la Real Academia de Cienicas Económicas y Financieras. Así, el Ejecutivo gallego ha anunciado que aprobará planes directores de impulso a los sectores industriales estratégicos de la comunidad autónoma. "Agilidad, facilidades en los procedimientos, acompañamiento, fiabilidad y sobre todo voluntad de que Galicia sea la comunidad más atractiva para empersas y nuevos inversores", prometió la consejera entonces.

El momento oportuno. En ámbitos empresariales y políticos se reconoce que Asturias puede encontrar a la vuelta del verano el momento oportuno para ajustar la orientación económica en el Ejecutivo. Primero, por la aprobación en la Junta de la ley de proyectos estratégicos, llamada a simplificar trámites y facilitar la atracción de inversiones; segundo por el rodaje que va adquiriendo la agencia Sekuens, un órgano de relación directa con el mundo empresarial y que tiene ciertas capacidades de coordinación en el Ejecutivo, pero no cuenta con el paraguas que supondría depender directamente del Presidente Barbón. La actual estructura del Ejecutivo, con competencias en empresa e industria dependientes de dos consejerías, aunque con la coordinación de la Vicepresidenta Gimena Llamedo, requiere de una interlocución más directa con el mundo empresarial, en especial para conectar con grandes inversores. Pero, además, existen decisiones en otras cuestiones vinculadas a espacios industirales, política energética o ámbitos portuarios, que deberían "orientarse a un objetivo común". La solución estará en la conclusión a la que llegue el Presidente Adrián Barbón en tanto deshoja la margarita de la creación de esa hipotética Oficina Económica. Hasta entonces existen lugares a los que mirar para tomar referencias.

Principado y empresarios echan a rodar la oficina comercial en Madrid

El presidente de Principado, Adrián Barbón, firmará hoy con la Federación Asturiana de Empresarios (Fade), las Cámaras Oficiales de Comercio, Industria y Navegación de Oviedo, Gijón y Avilés, y la Asociación Compromiso Asturias XXI el convenio para la puesta en marcha de la Oficina de Economía y Comercio de Asturias en Madrid. Asisten también el consejero de Ciencia, Empresas, Formación y Empleo, Borja Sánchez; el director general de Empresas, Pymes y Emprendedores, Ignacio Iglesias, y el director ejecutivo de Sekuens, David González. La Oficina de Economía y Comercio de Asturias, reclamada por los empresarios y anunciada por el Ejecutivo en los discursos de inicio de la legislatura, tiene como objetivo la puesta en marcha de un espacio físico que pueda desempeñarse como representación permanente de la región, facilitando la interacción con los inversores, la captación de inversiones y el desarrollo de nuevas actividades empresariales. El consejero Borja Sánchez afirmó en su día que otro de los objetivos sería reforzar el acompañamiento a potenciales inversores con la ley de Proyectos Estratégicos.

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