Así se investigan desde este verano los accidentes en las carreteras asturianas: nueva tecnología y más formación

La Guardia Civil en la región cuenta desde el pasado día 1 con un equipo periférico de reconstrucción de accidentes de tráfico que permitirá agilizar las investigaciones y los procesos judiciales

Investigación para prevenir tragedias: así trabaja el nuevo equipo de la Guardia Civil en Asturias

Lucía Salazar

Marta Cercadillo

Cuando el cabo primero Alberto Hernández Cuesta y los guardias civiles José María Fernández Caravia y Manuel Rodríguez Pérez ingresaron en la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, hace aproximadamente tres décadas, en España fallecían anualmente en accidentes de tráfico unas 5.000 personas. En la actualidad las carreteras se cobran al año unas 2.000 vidas. La mortalidad vial se ha reducido un 80% desde entonces. Sin embargo, aunque se ha pasado de 5.743 muertos en 1991 a 1.145 en 2023, siguen siendo demasiados. Siempre serán demasiados. Para mitigar estas trágicas cifras es fundamental estudiar y conocer, con la mayor precisión posible, la causa de los accidentes, y de esto es precisamente de lo que se encarga desde el pasado 1 de julio en Asturias el recién formado equipo periférico de reconstrucción de accidentes de tráfico (EPRAT) de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil (ATGC).

Integrado por el cabo primero Hernández y los agentes José Fernández Caravia y Rodríguez Pérez, esta unidad especializada con base en la Comandancia de Oviedo, el EPRAT asturiano, hace el equipo número 16 en toda España y es el tercero en operar en la cornisa cantábrica, después de los de La Coruña y Pontevedra.

"La tendencia es que todas las provincias de España o casi todas tengan un Equipo Periférico de Reconstrucción de Accidentes de Tráfico", explica Alberto Hernández. Así, asegura, gana toda la sociedad. "Cuanto más conocimiento se tenga de por qué y cómo se produce un accidente, más herramientas se tienen para evitarlo, que al final es lo que se persigue", apunta el guardia civil natural de Avilés. "Es trabajo de ordenador y de oficina, pero muy necesario. Es un complemento. Con el atestado se puede decir que la velocidad era inadecuada, pero ahora, con esta formación y con este equipo, podemos decir exactamente cuál era la velocidad. Se ofrecen hechos que no dejan lugar a dudas", matiza, por su parte, el guardia civil José María Fernández.

Tecnología y formación para evitar tragedias en las carreteras asturianas

Alberto Hernández explicando las innovaciones. / Juan Plaza

Porque así, con datos, con información detallada y probada, se salvan vidas, se agilizan los procesos de investigación y se alcanzan, también, resoluciones judiciales y civiles mucho más precisas.

"A través de medios técnicos, de aplicaciones informáticas como el software de simulación Virtual Crash y de cálculos físicos y matemáticos, lo que vamos a hacer en el EPRAT es completar las diligencias de la Unidad de Investigación", apunta el cabo primero Alberto Hernández. El EPRAT intervendrá en aquellos "accidentes de especial gravedad con fallecidos o que tengan cierta complejidad". Y es que hasta la fecha esto era algo de lo que se encargaban únicamente los especialistas de Madrid o de Mérida, con todo lo que ello suponía.

"Anteriormente, para todos los accidentes complejos tenían que desplazarse al lugar de los hechos el DIRAT (Departamento de Investigación y Reconstrucción de Accidentes de Tráfico) de Mérida o el ERAT (Equipo de Reconstrucción de Accidentes de Tráfico) de Madrid, pero ahora, en el 90% de los casos en los que se necesite hacer una reconstrucción de un siniestro, no se va a necesitar ningún desplazamiento. Se va a poder hacer aquí, en Asturias perfectamente", explica Alberto Hernández, quien destaca, justamente, esa "rapidez e instantaneidad en los medios" como uno de los puntos fuertes de la implementación de este equipo.

El otro, afirma el guardia civil Manuel Rodrigo, es la experiencia y los conocimientos que tanto él como sus dos compañeros, van a ir adquiriendo y añadiendo a los que ya tienen, y que no son pocos precisamente.

A los 35 años de servicios en el Instituto Armado del zamorano Manuel Rodríguez, de los cuales 30 han sido en Atestados; a las tres décadas de trabajo en la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil del gijonés José María Fernández, y a los 38 años (27 de ellos en Tráfico) de Alberto Hernández en el cuerpo, hay que sumarles la larga lista de requerimientos que han superado para ser miembros de la EPRAT asturiana. Entre ellos, por ejemplo, una formación universitaria de 4 meses de duración.

Tecnología y formación para evitar tragedias en las carreteras asturianas

Alberto Hernández explicando las innovaciones. / Juan Plaza

"El requisito fundamental, evidentemente, es pertenecer a la Unidad de Investigación de Siniestros, antes conocida como Unidad de Atestados. Después hay que superar un proceso de selección también y realizar el curso de formación que imparte la Escuela de Tráfico de Mérida, que trabaja en colaboración con la Universidad Carlos III de Madrid y con el Centro Universitario de la Guardia Civil de Aranjuez", explica el cabo primero Alberto Hernández, consciente, eso sí, al igual que sus compañeros, de que la formación debe ser constante porque es clave. Se trata de una mejoría que beneficia a la sociedad en su conjunto. Es una formación capaz de salvar vidas en el futuro.

"Aunque tengamos que emplear más horas de trabajo, la utilización de nuevas aplicaciones, al final, facilitan la extracción de conclusiones de un accidentes. Y eso es lo importante", cuenta Hernández. "Esto es un no parar. Hay que formarse y estar todo el día al corriente de todas las novedades que surgen", termina el guardia civil José María Fernández.

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