El lento viaje al pasado sobre raíles en el tren turístico "Rampa de Pajares"

Operado por Alsa, circula este fin de semana en tres viajes con salidas desde Gijón, Oviedo y Pola de Lena

Marta Cercadillo

"Es viajar en el tiempo y por la historia mientras sientes que vas en una película". Con estas palabras resume la gijonesa Sonia Merino el sentir de aquellos que, al igual que ella y su pareja, Jesús Monjes, se subieron ayer a bordo del tren turístico "Rampa de Pajares" con rumbo al pasado.

Aunque las pantallas de las estaciones de Gijón, primero, Oviedo, después, y Pola Lena, más tarde, indicaban que el destino final de este ferrocarril era Busdongo, bien habrían podido señalar como paradas (en el tiempo) las décadas de 1920, 1950 o 1970, por ejemplo. Así era viajar a bordo de uno de los siete vagones de época, el más antiguo de 1926, que forman un conjunto de 200 metros operado por Alsa en colaboración con la Asociación Zaragozana de Amigos del Ferrocarril.

"Es volver a los recuerdos de la niñez", aseguran Rosa Fernández y Carlos Andino. Para este matrimonio gijonés el viaje en el tiempo fue inmediato. Nada más arrellanarse en los asientos tapizados de coches de pasajeros fabricados en los años 40 del siglo pasado, y comprobar que "todo sigue igual después de seis décadas", volvieron a ser adolescentes. Y no fueron los únicos.

Siete vagones de época, el más antiguo de 1926, conforman el convoy

El giojonés pero afincado en Madrid José Reyero también ha vuelto a ser un niño. "Soy de Gijón pero estudiaba en Madrid y a los 10 años ya viajaba solo. Eran 12 horas y me tenían que dar un salvoconducto", recuerda casi con melancolía. Porque eso es el pasado. Ya no necesita ningún salvoconducto, pero no por la edad, bromea, sino por la buena compañía. Reyero viaja ahora, 68 años después, acompañado de toda su familia. "Hemos venido desde Madrid solo para esto", explica su hija, Silvia Reyero, emocionada de que los pequeños Valeria, Mateo y Martina puedan vivir parte de la historia de su abuelo. "El vagón de Correos nos encanta. Se puede ver cómo era todo antes", dice Silvia. Porque la inmersión en este coche es completa. Además de ser un "museo postal sobre ruedas", aún es posible enviar cartas desde el Furgón Postal, explican los voluntarios del tren, César Herrerra y Rubén Morón. Y funciona a las mil maravillas, al igual que siguen siedo "útiles" las moquetas y el mobiliario y el equipamento del vagón de autoridades, cosecha de 1956, que llegó a acoger consejos de ministros durante la dictadura.

De hecho, para muchos viajeros son los detalles de este tipo los que marcan la diferencia. "Es imposible quedarse solo con un momento o con un coche. Es una experiencia muy bonita e histórica", apunta Javier García junto a sus hijos Pelayo y Ramón. "La Rampa está hecha desde 1880 y por lo tanto es parte de la historia. Pero, además, nosotros venimos de familia ferroviaria y queríamos vivir el ferrocarril, no el moderno, pero sí el histórico, que es parte de nosotros", agrega García. Por eso, en lugar de empezar el viaje desde su lugar de residencia, Pola de Lena, los García decidieron no desaprovechar ni un solo minuto. "Hemos querido hacer todo el recorrido y por eso hemos salido de Gijón", cuenta el padre.

Y es que, no se sabe por qué, dicen Alejandro Rebollar de Lugones, Alejandro Campillo de Oviedo y Estebán López de Lugones, pero los trenes tienen algo que engancha. Puede ser incomprensible, admiten estos tres amigos, pero una vez que te atrapa ya no hay vuelta atrás. "Nosotros somos ferrofrikis. Nos encanta todo lo que tenga que ver con los trenes. También la fotografía, y por eso esta tarde después de este viaje de la mañana (por ayer), vamos a ir persiguiendo el tren para fotografiarlo desde Gijón a Serín o hasta donde podamos", cuentan, confesando, sin embargo, que ni con esas sería suficiente. "Repetiremos seguro", afirman. Un propósito en el que coinciden con la familia ferroviaria González Ruibal, originaria de Oviedo. Porque si una vez no basta para disfrutar al cien por cien, dos tampoco. "Es nuestra segunda vez y si hay una tercera repetiremos también".

Algo que que podría ser posible. Aunque no hay nada confirmado aún, desde Alsa aseguran que le gustaría mantener esta ruta clásica como paquete turístico.

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