Entrevista | Sari Rautio Embajadora de Finlandia en España

"En Ucrania está en juego todo el sistema democrático y liberal"

"Finlandia tiene una infraestructura de la felicidad: la gente paga impuestos contenta porque recibe compensación"

Sari Rautio, embajadora de Finlandia.

Sari Rautio, embajadora de Finlandia. / M. C.

Marta Cercadillo

Mientras medio mundo tenía puesta la atención en Washington, donde se celebraba la 75º. cumbre de la OTAN, en Asturias la embajadora de Finlandia en España, Sari Rautio (Kajaani, 1973) se centraba en las bellezas de esta región. La diplomática finesa visitaba lo que para ella es un auténtico "paraíso sobre la tierra" con el fin de tender puentes para posibles "colaboraciones". Unas colaboraciones internacionales, en este caso, que, por otro lado, asegura que son fundamentales para hacer frente al actual clima de tensión en Europa a causa de las "malignas actuaciones" o de los "cambios constantes en lo referente a la migración.

–En abril se aprobó la reforma de la política migratoria de la UE. Sin embargo, pocos días después, 15 estados miembros, entre ellos Finlandia pero no España, por ejemplo, pidieron a la Comisión Europea ir más allá con "nuevas soluciones" como la creación de centros de internamiento fuera de la UE mientras se tramitan solicitudes de asilo. ¿En qué punto está ahora mismo la cuestión de la migración en Europa?

–Este pacto migratorio es un logro en sí. Hemos podido llegar a un acuerdo en cuestiones claves. Pero, al mismo tiempo, hay que reconocer que el fenómeno de la migración en Europa cambia y tiene dinamismos que no siempre se pueden prever. Por ejemplo, para Finlandia una cuestión importante, que no veíamos en el momento de la negociación, es la instrumentalización de la migración por parte de Rusia. Ahora mismo tienen un proyecto sistemático de instrumentalizar a los migrantes e intentar enviarlos a la frontera para testear nuestros procedimientos. Lo están realizando con gente que no está necesariamente en necesidad de protección, sino que son personas que han podido vivir en Rusia. La identidad de estas personas es difícil de comprobar en el momento y por eso estamos muy preocupados por esta tendencia rusa. Lo que queremos es que la Unión Europea cuente con herramientas comunes para responder a estas influencias malignas.

–¿Qué valoración hace de los resultados de las elecciones francesas?

–Aunque siguen la misma tendencia que las elecciones europeas y de distintos países, como en Finlandia, en las que la extrema derecha o derecha populista se fortalece, también han demostrado el movimiento constante con el que están cambiando los sistemas de partidos.

–En Finlandia tienen más experiencia en la formación de coaliciones que en España. ¿Cómo ve ese asunto en nuestro país? ¿El nuestro es un sistema todavía inmaduro?

–En nuestra democracia siempre hemos tenido que combinar varios partidos en el mismo gobierno. Para nosotros esto es algo natural. Desde nuestro punto de vista este gobierno de coalición de España es algo normal. No vemos una excepción, pero somos muy conscientes de que se trata de una cuestión bastante novedosa después de una historia de bipartidismo.

–¿Cómo se ve la guerra en Ucrania desde su país?

–Desde el principio lo hemos visto con mucha preocupación. Hemos condenado los actos de Rusia, que no tiene ninguna justificación para sus actuaciones. Esta es una guerra totalmente injustificada e ilegal en el marco del Derecho Internacional. Por otro lado, Ucrania tiene el derecho de autodefensa que está aplicando, y nuestro deber como finlandeses, como europeos y como países democráticos y liberales, es apoyar a Ucrania en esta defensa justa. Después de dos años de guerra se han perdido demasiadas vidas. El bombardeo ruso de esta semana a un hospital pediátrico en Kiev demuestra una brutalidad y un cinismo por parte de Rusia totalmente inaceptable y preocupante. El camino fuera de esta guerra es el apoyo a Ucrania en su lucha, tanto en organismos internacionales como en materia de defensa. Pero también el reproche sistemático a lo que hace Rusia, así como la búsqueda de maneras que lleven a Rusia a tomar responsabilidad de esos actos.

O sea que la solución diplomática es complicada…

–Es complicada y es necesaria, pero con los términos de Ucrania, no con los términos de Rusia. Lo que Rusia pretende es hablar de paz como si la paz, con sus condiciones, fuera una paz justa y duradera. No lo es. Si queremos paz, tenemos que respetar el Derecho Internacional, la soberanía de Ucrania, su integridad territorial y apoyarles en su lucha.

–Moscú mantiene la ofensiva en Ucrania y cuenta, además, con ayuda militar directa de Irán y Corea del Norte, y el respaldo industrial y la cobertura diplomática de China. ¿Está la seguridad de Europa amenazada?

–Es evidente que están testando la seguridad de Europa porque Ucrania también es Europa. Por tanto, como Rusia está llevando a cabo esta guerra con el apoyo de estos tres países, están amenazando a Europa en este sentido. Pero, además, Rusia, China, Irán y Corea del Norte están amenazando a democracias como sistema de gobierno porque para ellos sería ventajoso decidir cuáles son las reglas de juego internacionales. Por eso, lo que está en juego es muchísimo más que la seguridad física de nuestros países. Está en juego todo el sistema democrático y liberal. Pero quiero enfatizar que no somos sólo observadores de la situación. Durante décadas hemos trabajado en la Unión Europea y en la OTAN para fortalecer la seguridad europea y de los europeos. Creo que hemos llegado muy lejos en los últimos veinte años, entendiendo y estando alerta al cambiante entorno de seguridad. Hoy en día no basta con tener solo armas convencionales. Tenemos que ser capaces también en el ámbito de ciberseguridad y contra las amenazas híbridas. Además, es fundamental que las infraestructuras se construyan con tecnología europea o de países amigos para que el control quede en nuestras manos. Por ejemplo, tener redes de comunicación basadas 100% en tecnología china no nos brinda seguridad. El concepto de seguridad es muy amplio y creo que hemos sido bastante exitosos en la Unión Europea en mantenernos alertas de todos los desarrollos internacionales tomando decisiones tanto políticas como empresariales que nos fortalecen.

–En el pasado Trump se ha mostrado crítico hacia la OTAN y ha llegado a amenazar con no defender a los países que no cumplan el objetivo de gasto en defensa del 2% del PIB ¿Qué supondría para la Alianza su victoria en las elecciones?

–Es verdad que ha realizado muchos comentarios que hacían pensar que tenía simpatías hacia Rusia y que quería, quizá, negociar con Rusia sin tener tanto en cuenta a Europa y a Ucrania. Es verdad que también fue bastante crítico con algunos miembros de la OTAN y es verdad que tenemos que estar preparados para un cambio de política de Estados Unidos si Trump se convierte en el próximo presidente. Pero, también, al mismo tiempo, es importante ver los hechos de su último mandato como presidente porque durante esos cuatro años se fortaleció la presencia de Estados Unidos en Europa. No hay sólo que escuchar estos comentarios durante la campaña, sino que también hay que ver qué ha pasado y cómo podríamos convencer al posible futuro presidente de la necesidad de la continuación de nuestra colaboración con Estados Unidos.

–¿Cómo son las relaciones entre Finlandia y España? -

–Son excelentes. Si analizamos todas las políticas de la Unión Europea, las posiciones de Finlandia y España están alineadas al 90%, más allá de las particularidades geográficas o económicas que nos hacen diferir de vez en cuando, pero para las que siempre buscamos soluciones conjuntas. A nivel bilateral también tenemos muy buenas relaciones con intercambios ministeriales, de funcionarios o de empresas.

–En cambio climático, Finlandia tiene las políticas más ambiciosas de toda la Unión Europea. El objetivo para 2035 es lograr la es la neutralidad de carbono. ¿Cómo se consigue?

–Se puede conseguir teniéndolo en cuenta en todos los ámbitos de la vida e implementando políticas en todos los sectores posibles: tráfico, producción de energía, procesos industriales, digitalización… También tiene mucho que ver la concienciación de la ciudadanía, pero creo que la clave son las empresas privadas. En Finlandia varios sectores industriales han producido sus propias hojas de ruta de descarbonización. Las mismas empresas son las que están reclamando al gobierno políticas y regulación que les garantice a largo plazo un marco ambicioso porque han entendido que la descarbonización es muy rentable, y que, con sus soluciones pueden ser las empresas punteras en Europa y, por qué no, en el ámbito internacional.

–¿Es su primera vez en Asturias?

–He venido como turista y tengo que decir que me encanta Asturias. Así que seguro que voy a venir muchísimas veces. Esto es un paraíso sobre la tierra.

–¿Se ha reunido con Adrián Barbón?

–Tuve una cita con el presidente del Principado y varias con el sector empresarial. Estamos buscando un entendimiento de los objetivos de Asturias, de sus retos y también posibles colaboraciones en el futuro.

–¿Empresariales?

–También, de todo tipo. Por ejemplo, Finlandia es el país número uno en digitalización en Europa y buscamos maneras de colaborar, con muchísimo gusto, ya sea entre actores empresariales del sector privado o del público. Y lo mismo, por ejemplo, con la economía circular. Es posible que tengamos sinergias y podamos encontrar puntos de colaboración.

–Finlandia se ha vuelto a coronar, por sexto año consecutivo, como el país más feliz del mundo, según la ONU. ¿Cuál es el secreto?

–En Finlandia tenemos una infraestructura de la felicidad. Nuestro país es una sociedad de bienestar en la que la gente está contenta de pagar impuestos porque reciben compensación. Por ejemplo, educación de buen nivel y gratuita. Además, los finlandeses confían unos en otros y en unas instituciones con muy poca corrupción.

–¿Qué cree que deberíamos aprender los españoles de Finlandia?

–Algo que se podría ver es el sistema educativo y el hecho de que exista un sentimiento de que pagamos impuestos y no recibimos lo que quisiéramos en educación en cuanto a precio y calidad, al igual que, quizá, también se podría revisar esa confianza entre ciudadanos y en las autoridades.

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