El Gobierno libera un peaje en Alicante tras enfriar el fin del Huerna

El Gobierno central liberalizará hasta el 15 de octubre la autopista de peaje AP-7 que circunvala la ciudad de Alicante con la intención de descongestionar el tráfico a la autovía A7 y trasvasar una media de 25.000 vehículos diarios durante este periodo, según confirmó ayer Óscar Puente, ministro de Transportes, que hace meses ya había adelantado su intención de apostar por esta alternativa.

El Gobierno liberará, al menos momentáneamente –es una prueba piloto que estará al menos hasta octubre– este peaje que pertenece directamente al Estado pocos días después de que enfriase la posible supresión del peaje del Huerna de la AP-66, que conecta Asturias con Castilla y León y es un asunto central de las infraestructuras en la región.

El Parlamento asturiano reclamó recientemente la supresión de este peaje, tras conocerse un dictamen de la Unión Europea (UE) que considera que la prórroga se realizó de forma ilegal. José Antonio Santano, secretario de Estado de Transportes y número dos de Óscar Puente, aseguró la semana pasada en Oviedo que "hay un contrato en vigor (hasta 2050) y que debemos asumir la realidad", en referencia a la ampliación que realizó el gobierno de José María Aznar (PP) y que ahora cuestiona Bruselas.

La situación del Huerna es mucho más compleja que la de la AP-7, puesto que la primera de ellas es privada –la gestiona Aucalsa– y, por tanto, liberarla supondría un gasto millonario para las arcas del Estado.

Hasta ahora, el Gobierno central no parece estar por la labor de abrir el melón y está a la espera del dictamen definitivo de la Unión Europea.

El ministro explicó que la autovía A7 cuenta con tramos con más de 95.000 vehículos diarios, mientras que la autopista de peaje AP-7 cuenta con unos 5.000 vehículos, por lo que hay "una autovía gratuita colapsada y una autopista de peaje con un volumen de viajeros muy bajos y que produce ingresos muy pequeños".

En este contexto, apuntó que se planteaban dos alternativas: una obra de mejora en la A7 para construir el tercer carril, que "no bajaría de 350 millones de euros de inversión y llevaría unos cuantos años, no menos de una década"; o liberalizar el peaje y provocar un trasvase de vehículos a la AP-7, autopista en la que actualmente "solamente un siete por ciento del total del tráfico son vehículos pesados".

Puente señaló que el tramo de pago de la AP-7 en Alicante produce ingresos "de entre dos y tres millones de euros al año" y ha sostenido que "lo que es seguro" con la liberalización temporal es que "se evitarán accidentes, habrá mejor circulación, mayor seguridad, menores tiempo de desplazamiento y también se reducirá la contaminación". El peaje de la AP-7 en Alicante, una autopista de 33,2 kilómetros, tenía hasta ahora un coste de 2,7 euros por trayecto completo hasta su liberación.

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