Entrevista | Mario Fernández Fraga Coordinador del Laboratorio de Epigenética del Cáncer y Nanomedicina del CINN

"Uno de los mayores retos son las políticas para el envejecimiento saludable"

"Es la primera vez que se detecta que una parte de los cambios que ocurren en el cerebro pueden revertirse en respuesta a estímulos ambientales"

Mario Fernández Fraga

Mario Fernández Fraga / IRMA COLLIN

P. Á.

Mario Fernández Fraga (Pola de Lena, 1971), coordinador del Laboratorio de Epigenética del Cáncer y Nanomedicina del Centro de Investigación en Nanomateriales y Nanotecnología (CINN, centro mixto del CSIC, el Gobierno del Principado de Asturias y la Universidad de Oviedo , es el colíder del estudio sobre el envejecimiento publicado ayer en "Nature Communications". En la entrevista que sigue relata a LA NUEVA algunas claves del proyecto y de sus resultados.

–¿Cuál es la principal novedad de esta investigación?

–El trabajo tiene tres novedades sustanciales. Es la primera vez que se describen los cambios moleculares multiómicos que se producen en el cerebro (hipocampo) durante el envejecimiento. También es la primera vez que se observa que estos cambios moleculares se pueden modular por factores externos como la estimulación física y cognitiva. Y, por último, es la primera vez que se detecta que una parte de los cambios moleculares que ocurren en el cerebro durante el envejecimiento pueden revertir en respuesta a ciertas estimulaciones ambientales.

–¿Es novedoso el procedimiento empleado?

–Utilizamos técnicas moleculares de última generación que están al alcance de pocos laboratorios y que generan cantidades masivas de datos que luego analizamos durante años (este proyecto se puso en marcha hace siete). El análisis de datos masivos es un pilar fundamental de nuestro laboratorio, que ya iniciamos con la incorporación de Agustín Fernández como investigador "Miguel Servet" hace casi 15 años. En el análisis computacional de los datos de este trabajo, Raúl Fernández Pérez, que hizo su tesis doctoral en nuestro laboratorio y es el primer autor del trabajo, utilizó estrategias matemáticas ingeniosas que nos permitieron ver cosas que no hubiésemos visto utilizando técnicas convencionales de análisis de cantidades masivas de datos.

–¿En qué medida estos hallazgos en ratones pueden extrapolarse a humanos?

–Eso es difícil de decir. Y también difícil de demostrar. El hecho de que en humanos los estímulos físicos y cognitivos favorezcan un envejecimiento saludable sugiere que los hallazgos podrían ser extrapolables a humanos. Pero eso debe ser corroborado en el futuro.

–¿En qué línea de investigación de su grupo se enmarca este trabajo y qué significa para ustedes?

–Nuestro grupo investiga mecanismos epigenéticos (modificaciones químicas que ocurren en el entorno del ADN que juegan un papel fundamental en la regulación de la expresión génica) implicados en procesos de diferenciación celular y desarrollo. Y estamos también muy interesados en las alteraciones que sufren estos procesos durante el envejecimiento y en enfermedades asociadas a la edad, como el cáncer. Por tanto, este proyecto encaja a la perfección en las líneas de investigación que tenemos en el laboratorio, que tratan de entender cómo envejecemos molecularmente y el impacto del proceso en nuestro estado de salud. Además de estos estudios, en el laboratorio llevamos a cabo proyectos de carácter mucho más traslacional que tratan de identificar biomarcadores moleculares y nuevas dianas terapéuticas que mejoren el tratamiento que reciben pacientes con cáncer y que, por tanto, puedan ser utilizados en la práctica clínica rutinaria.

–Es una investigación colaborativa...

–Eso es. Trabajamos codo con codo con investigadores asistenciales del HUCA y de otros hospitales de España y de Europa, lo que nos permite abordar las preguntas científicas adecuadas y tener acceso a muestras biológicas valiosas. En este sentido, siempre defendí la idea de que la investigación biomédica debe cimentarse en la colaboración estrecha entre investigadores con perfiles básicos, traslacionales y clínicos.

–¿Qué significa rejuvenecer el cerebro y qué puertas abre a futuras investigaciones?

–Los resultados de este trabajo sugieren que una parte de las alteraciones y cambios multimoleculares que ocurren en el cerebro durante el envejecimiento pueden revertir en respuesta a estímulos externos, como el enriquecimiento ambiental. Y eso podría decir que los beneficios de mantenerse activo física y cognitivamente cuando nos vamos haciendo mayores podrían estar mediados, al menos en parte, por estos procesos moleculares. Pero eso es algo que con el estudio actual todavía no se puede confirmar y que, por tanto, deberá ser objeto de nuevos estudios en el futuro. Básicamente, nuestro trabajo describe una observación que parece interesante, pero, más que contestar preguntas, lo que hace es plantear nuevas preguntas.

–¿Seguirá su grupo esta línea de investigación?

–Por supuesto. Como comentaba antes, detectar una reversión de los cambios multiómicos que ocurren en el cerebro durante el envejecimiento nos parece muy interesante. Sin embargo, todavía hay muchas cosas que no sabemos. Por ejemplo, no sabemos si otro tipo de estímulos genera respuestas similares. Y, por poner otro ejemplo, tampoco sabemos si el rejuvenecimiento molecular ocurre en otras partes del cuerpo. Nuestro grupo de investigación ya está trabajando para tratar de contestar estas y muchas otras preguntas que han surgido con relación a nuestros hallazgos principales. Es un tema que nos apasiona y que es importante para las sociedades occidentales, ya que uno de sus mayores retos para el futuro es desarrollar políticas que aborden el envejecimiento saludable de la población.

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