F. L. JIMÉNEZ

La gran familia avilesina del fútbol está de luto por la muerte de uno de sus miembros más destacados, José Ramón González Rodríguez, más conocido dentro y fuera de los estadios como «Taranco», el apodo que con el correr del tiempo daría nombre a la bodega que aún hoy funciona en Corvera y que gestionan los hijos del difunto. Taranco tenía 80 años en el momento de su muerte; deja viuda y dos huérfanos; el funeral de cuerpo presenta está previsto para estar tarde (16.00 horas) en la iglesia parroquial de Villalegre. Hasta el momento del funeral, la capilla ardiente estará instalada en la sala 5 del tanatorio del Montán, a donde ayer ya se acercaron muchos conocidos y personas vinculadas con el mundillo del fútbol para dar el pésame a la familia. Uno de los que se dejó ver por el tanatorio fue Marcelo Campanal, el internacional avilesino, casi coetáneo de Taranco y que en la década de los años cincuenta del pasado siglo coincidió con él en Primera División, uno jugando en el Sevilla y el otro en el Real Madrid.

El club de Chamartín fue donde Taranco alcanzó el cenit como futbolista. Militó en el equipo merengue entre los años 1953 y 1955, llegando a coincidir con jugadores de la talla de Gento, Molowny y Di Stéfano. El partido de debut del avilesino con la camiseta blanca fue un Real Madrid-Logroñés de carácter amistoso. Taranco jugó muchos más partidos de esa naturaleza en su posición natural: extremo izquierdo. Y marcó algún que otro gol, si bien nunca alcanzó la titularidad plena, entre otros motivos porque la competencia era de aúpa en aquel Real Madrid legendario.

Marcelo Campanal, enterado ayer de la luctuosa noticia, tuvo palabras de elogio para José Manuel González, al que ponderó como un futbolista «con muchas cualidades y gran corazón». Nunca llegaron a coincidir en un duelo Real Madrid-Sevilla, pero Campanal, en su etapa como jugador profesional, procuraba estar al tanto de las andanzas futbolísticas del otro avilesino de la Primera División.

Además del Real Madrid, Taranco jugó en el Real Avilés, de hecho fue un producto de su cantera. Había nacido el 27 de abril de 1932 en Villalegre y durante un tiempo compatibilizó el fútbol con su trabajo en Castro Maderas. La carrera de este prometedor futbolista quedó truncada en Vigo, donde un jugador del Celta le fracturó una pierna jugando con el Avilés -el Madrid le había dado permiso para disputar con el club local la liguilla de ascenso a Primera División-. Taranco volvió a vestirse de futbolista, pero su carrera declinó paulatinamente y el 1 de junio de 1958 se retiró de blanquiazul jugando contra el Sestao; tenía 26 años y un prometedor futuro como empresario por delante.