Alejandra López | Cofundadora e intérprete de la compañía de teatro «Las niñas de Cádiz»

"Cerrar un teatro es algo muy grave, porque fomenta la cultura y crea vínculos sociales"

"Hacemos teatro con acento y su esencia es el folclore, es nuestro sello y nuestra marca; nuestro nombre es una declaración de intenciones"

Alejandra López en una imagen de archivo

Alejandra López en una imagen de archivo / Ricardo Solís

Christian García

Pese a que en los últimos años ha estado vinculada a numerosos proyectos televisivos, si algo define a la actriz, cantante y productora Alejandra López (Zaragoza, 1978) es la interpretación teatral. Cofundadora de la compañía "Chirigóticas", en 2017 también participó en la creación de "Las niñas de Cádiz", junto a Ana Segovia, Rocío Segovia y Teresa Quintero, y con las que el próximo sábado 11, interpretará, en el Valey de Castrillón, su última obra, "Las bingueras de Eurípides.

–¿Quiénes eran las poellae gaditanae?

–Eran unas mujeres del imperio romano, unas artistas muy celebradas que viajaban por todo el territorio. No había una fiesta que se preciase en la que no estuviesen presentes. Se considera que es uno de los primeros vestigios existentes del flamenco. No tenía comparación en la época. Incluso se dice que Lola Flores es una heredera de esas mujeres. Cantaban y bailaban canciones satíricas y lascivas. Nos sentimos un poco parte de ellas y, de hecho, de ahí deriva el nombre de "Las niñas de Cádiz".

–¿Qué podemos ver de ellas en su proyecto escénico?

–Pues ese humor satírico de unas mujeres artistas que tienen un lenguaje propio. Hacemos teatro con acento que tiene su esencia en la cultura popular, en el folclore, en el carnaval de Cádiz… Pero también en el flamenco. Es nuestro sello y nuestra marca. Nuestro nombre de compañía es una declaración de intenciones. Tenemos tanto en común con aquella cultura grecolatina, que para nosotras es muy apasionante y divertido.

–¿Cuál es la conexión?

–Siempre hemos tenido la intuición de que el carnaval de Cádiz estaba vinculado con el concurso de comedia que se hacía en la antigua Grecia. Al leer los clásicos grecolatinos, hemos encontrado una conexión muy grande en los textos de Aristófanes. Me recuerda mucho al carnaval por las menciones a las personas de las polis, el jurado… Cuando se traducen los textos latinos se hace de forma culta, y para nosotras debía acercarse para que se vea cómo sería hoy en día. Es un hilo del que tirar que nos sirve para estructurar el drama. Somos latinas y tenemos esa cultura que está arraigada. Sólo hay que escarbar para darse cuenta.

–¿Cómo es el proceso para gaditanizar las obras clásicas?

–Cada proceso es diferente. Lisístrata lo versionamos de una manera en la que acercamos los textos de forma carnavalera, por lo que la rivalidad Esparta y Atenas, además de lo referente a la guerra, lo acercamos a la rivalidad Cádiz y Sevilla. Pretendemos ser fieles a las estructuras. Pero cada espectáculo tiene una propuesta distinta, no tenemos un patrón estándar. Es una percha sobre la que pensar ideas surrealistas.

–En 2020 recibieron el premio Max al mejor espectáculo revelación. ¿"Las Bingueras de Eurípides" es su consagración?

–No lo creo. Nosotras llenamos desde hace años allá donde vamos, pero que te den un premio te dice que es un producto bueno, culto, de calidad dramática e interpretativa. Es una celebración que una academia nos reconozca, que nos den un sitio que creemos nos merecíamos y que, si hubiese sido otro tipo de espectáculo, no habría tardado tanto en reconocerse.

–¿Cómo valora la situación de la cultura y del teatro?

–Es un poco triste. Se están desmantelando los circuitos teatrales. Tenemos suerte, porque trabajamos mucho, pero realmente es muy duro. Hay una red de teatro que ha costado muchísimo trabajo establecerlo. Un teatro abierto, en cualquier sitio, ahora que se habla tanto de la España vaciada, da vida a un municipio. Cerrar un teatro es matar a ese municipio. Es algo muy grave, porque fomenta la cultura y crea vínculos sociales. Es un centro social, donde la gente se reúne, donde comparte cultura, donde debate… Es algo más profundo que la vida cotidiana.

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