Paula Roque reabre el "Cliché" con una propuesta que mezcla coctelería y arte

La brasileña que llegó a Avilés para dinamizar la Torre del Niemeyer resurge en Sabugo, "un barrio que me impresionó desde el primer día que lo pisé"

PAULA ROQUE.

PAULA ROQUE. / Mara Villamuza

Illán García

Illán García

La vida y las historias de un local hostelero nada tienen que ver con su tamaño. Es más, hay negocios que en pocos metros cuadrados han escrito páginas gloriosas del sector. Alberto Carreño fue el encargado de dar vida al Cliché, un pequeño local situado en el entronque de las calles Carreño Miranda y La Estación, en el barrio marinero de Sabugo, allá en los años ochenta. Le imprimió un carácter singular, un lugar capaz de generar grandes ideas, quizá bohemio en ocasiones y vinculado también a aquellos primeros años antroxeros. Mari Luz Hevia, primero, y su hijo Marcos Rodríguez después, cogieron el testigo en 1995 y aportaron más identidad si cabe a un espacio y a una terraza hasta que decidieron dejarlo ahora hace ocho años, en 2016. Una corta experiencia y un cambio de nombre, "La vermutería", dieron vida a un local por un corto período y sus responsables abandonaron pronto el barco. La coctelera Paula Roque llega ahora con aires renovados, quiere que ese pequeño local vuelva a emerger de las cenizas –lleva años cerrado– y para ello plantea una nueva propuesta hostelera. "Será una casa abierta a distintas expresiones de arte, un espacio democrático y amable para el artista, una forma de ver la hostelería, porque servir también es un arte", afirma Roque, que ve "limitado" denominar al local vinoteca o coctelería. Quizá por ello ha rebautizado al local "Roque Art" y para inaugurarlo qué mejor que una exposición del artista local José Prieto. También quiere "crear sinergias" con la Factoría Cultural, un espacio en el que fluyen las ideas, como le ocurre a esta inquiera hostelera de raíz brasileña y enamorada de Avilés desde hace casi dos décadas.

La idea de negocio está madurada, defiende Roque. Será un espacio para exposiciones, actuaciones, performances, quizá actuaciones musicales en acústico y "todo ello encaja en un ambiente turístico sano con personas con hambre de conocer".

Paula Roque fue hace ya una década coctelera del Centro Niemeyer, más exactamente, responsable de la "Casa de cócteles", una experiencia más que añadir a su currículum que finalizó poco después de reconocer que era adicta al trabajo. "Fui madre y lo paré todo, me dediqué a mis hijos, que son mi mejor cóctel", señala con total seguridad, con la misma con la que ahora vuelve al mundo de la hostelería "con un proyecto que lleva cociendo mucho tiempo" y con el que desea recuperar la vida en un negocio emblemático de Sabugo y de Avilés, que no por ser pequeño le resta posibilidades. Eso entiende Paula Roque, que prevé contar en próximas fechas con un gran coleccionista de Arte de Asturias para sumar a su espacio expositivo.

Llega a un barrio que le impresionó la primera vez que pisó Avilés, allá en 2006. Desde entonces ha querido ser parte activa de Sabugo. "Los hosteleros de la zona me han recibido bien, trabajaremos para mantener esta zona viva", concluye.

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