Lo que no te puedes perder de la exposición sobre Goya de este verano en Avilés

La comisaria de la exposición del Niemeyer elige una mano de obras para entender la influencia del de Fuendetodos

María Toral delante de "La comida", de Equipo Crónica.

María Toral delante de "La comida", de Equipo Crónica. / Mara Villamuza

Saúl Fernández

Saúl Fernández

En la cúpula del Niemeyer está "La comida", del Equipo Crónica. Un mucho de Goya pasado por "pop-art" a la española. Ese cuadro es junto al que María Toral, que es la comisaria de la muestra "Goya-Ni más ni menos", se deja retratar. "Me quedo con Equipo Crónica, me quedo con Gutiérrez Solana que es uno de mis artistas favoritos", destacó la experta a preguntas de LA NUEVA ESPAÑA.

El Equipo Crónica lo formaron en los años sesenta Manolo Valdés, Rafael Solbes y Juan Antonio Toledo. Previeron, explicó Toral, la modernidad y lo hicieron, destacó, echando mano de la tradición: de Velázquez y de Goya. Hasta finales de septiembre, la sala de exposiciones del Niemeyer estará abierta para los ciento y pico goyas que recorren sus paredes curvas y también para sus epígonos. Toral recorre junto a LA NUEVA ESPAÑA sus primeros cinco destacados y lo hace iniciando el trayecto en esta comida antigua del maestro de Fuendetodos que los de Crónica hicieron brillar poniendo un sifón.

Fernando Botero.

La muestra del Niemeyer recoge, al menos, dos boteros. Uno es el retrato de una torera a todo color y el otro es el dibujo de un mendigo al que un guante sin cuerpo entrega unas monedas. "Botero decía que en los temas duros también hay un placer estético extraordinario", señaló la comisaria de la muestra de este verano en el centro cultural de la ría. "Este mendigo de Botero casa muy bien con el ‘Desastre de la Guerra’ que tituló sabiamente Goya ‘Si son de otro linaje’", añadió la experta. "El maestro aragonés muestra que en las guerras se separan aún más las clases sociales", continuó observando el grabado en el que salen señores impecables junto a pobres que parecen muertos. Botero reinterpreta la pieza dando todo el protagonismo al vagabundo y deshumanizando al rico del que sólo asoma un guante de lujo.

Gutiérrez Solana.

"Es uno de los grandes artistas que reivindica la importancia de la obra de Goya dentro de la historia y la importancia del papel del artista como testigo de su tiempo, como notario de lo que ocurre en su época", explicó la comisaria de la muestra del verano en el Niemeyer que recoge, entre otras, el boceto de "Las chicas de la Claudia", un retrato conjunto de mujeres prostitutas preparándose "para su trabajo". "Este asunto lo trató Goya en su momento: las mujeres vigiladas por una Claudia cualquiera, que nos lleva a las celestinas de los grabados de Goya donde denuncia esta situación de las mujeres".

Robert Capa.

La exposición también cuenta con fotografías, concretamente, del fotoperiodista más destacado de la primera mitad del siglo XX. "Una de las características de los ‘Desastres de la guerra’ es que los protagonistas no son los vencedores, si no que lo son los vencidos. En este sentido se dice que Goya fue el primer fotoperiodista de la historia. No existía la fotografía, pero existe el testimonio gráfico que dejó en sus series de grabados. Robert Capa sabemos que estuvo en la Guerra Civil, en el frente del Ebro, como le pasó a Goya, que estuvo en el sitio de Zaragoza. Capa fotografió un hombre muerto asesinado, colgado de un árbol, desnudo una imagen que se une a los grabados 37 y 39 de Goya: ‘Gran hazaña con muertos’ y ‘Esto es peor’. Es un paralismo brutal".

Paula Rego.

"Una de las características de Goya, del autor adelantado a su tiempo, es el amor que siente hacia los animales. Podríamos hablar de la tauromaquia, pero no es el momento, aquella serie fracasó por su brutalidad: toros muertos, perros muertos, toreros muertos... pero aquí tenemos uno de los proverbios, el que titula él ‘La lealtad’. Vemos a un hombre sometido a los insultos de los que tienen alrededor: hoy diríamos que está siendo víctima de ‘bullying’. Cuando ves los proverbios no entiendes lo que está pasando: en este tenemos al hombre deforme que defiende un pequeño perrito. Esto refleja muy bien el carácter de Goya frente a los animales: su implicación. Esto es lo que refleja también Paula Rego, una artista portuguesa maravillosa", concluyó Toral.

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