Presenta su nueva obra pictórica en la Noche Blanca de Luanco | Ángel Guache Artista

"Soy un creador compulsivo: escribo, y no paro hasta escribir un libro; pinto, y pinto noche y día"

"Las retrospectivas me sirven para recordar cosas: hace poco un amigo compró una obra mía en una subasta y yo no la recordaba ni remotamente"

Ángel Guache.

Ángel Guache. / Juan Plaza

Elena Fernández-Pello

Elena Fernández-Pello

Ángel Guache (Luanco, 1950) es un artista polifacético, pintor, escritor, compositor de canciones; su creatividad es difícil de constreñir a una sola forma expresiva. Hace algunos años decidió dejar de pintar, aunque su obra siguió exponiéndose, como en la gran retrospectiva que le dedicó el Fundación Museo Evaristo Valle en 2022. Ahora retorna con obra nueva: la serie "Partituras", con cuadros concebidos como pentagramas producto de su última incursión en las artes plásticas. Se presentan en "Poemas geométricos", el proyecto expositivo comisariado por el profesor y crítico de arte Santiago Martínez, que mañana a partir de las 18.00 horas y dentro de la programación de la Noche Blanca de Luanco, puede visitarse en la sala del mirador de Pilatos.

–¿Cuánto tiempo llevaba sin presentar obra nueva?

–La última exposición con obra nueva fue en el 2003 o 2004. En 2001 hice una en el Reina Sofía, también se titulaba "Poemas geométricos", muy pictoricista, en el sentido de que daba mucha importancia a la pincelada, a la textura, a las veladuras blancas, que casi tapaban la pintura, como un aura blanca. Llegó un crítico francés y dijo: "Esto es hipnótico". Esa exposición la llevé luego a algunas galerías, también a Asturias, y dejé de pintar. La ultima exposición de obra nueva que hice era de eslóganes, en Gijón, en Espacio Líquido, se llamaba "Se venden frases" y las frases iban en polivinilo, en la pared, o en lonetas, y había una proyección. Se hizo un libro catálogo a medias entre la galería y la Editorial Eneida. A partir de ahí lo dejé y me dedique a la literatura. La mayoría de lo que escribo son poesías y letras de canciones. Acabo de sacar un libro, y estuve en la feria del libro en Madrid, firmando, se titula "Cantos de carraca y traca", y tiene la peculiaridad de que lleva códigos QR con las canciones.

–¿Cuándo sintió el impulso de retomar la pintura?

–El año pasado me dio la locura de volver a hacer cosas, la mayor parte son una serie de cuadros como partituras vanguardistas, como variaciones, de líneas y color. No quería exponerlo, no tenía claro qué hacer con esa obra. Es todo lo contrario a lo anterior: colores planos, sin pincelada, casi industrial, sobre aluminio, antes trabajaba sobre lienzo... Le doy importancia a la parte conceptual. No quería enseñárselo a nadie, pero me empezaron a llamar Santiago Martínez, Brezo Rubín y Mariola Bogas y me convencieron. Santiago Martínez seleccionó tres obras, y se van a proyectar vídeos con más obra. No me podía negar.

–¿Por qué no quería mostrarlo?

–No tenía muy claro dónde hacerlo por primera vez. Esta prevista una antológica, que enseñará cómo llegué al blanco. Haciendo veladuras blancas y más veladuras blancas llegué al blanco y dejé de pintar. Me ofrecieron una exposición, pero no hay fechas concretas. No tenía claro qué hacer y la obra se quedo ahí encerrada, desde el año pasado.

–¿Una exposición en el Museo de Bellas Artes de Asturias?

–De eso no quiero hablar, porque está el proyecto, pero aún no hay fecha. El Museo tiene mucha obra mía.

–Su última antológica fue la del Evaristo Valle.

–Los Basagoiti son fabulosos, los adoro, al padre y al hijo. Era la segunda retrospectiva que me hacían, por el 40 aniversario de la Fundación, me dijeron: "Sí o sí, la vamos a hacer, vamos a empezar el año con tu exposición".

–¿Aprovecha para hacer balance con las retrospectivas?

–Me sirven para recordar cosas de las que ni me acordaba, sí. Hace poco un amigo compro una obra en una subasta y yo no me acordaba ni remotamente de ella.

–¿Es un creador impulsivo?

–Exactamente, y cuando me da por una canción puedo oírla mil veces. Con las "Partituras" estuve día y noche, tengo muchísima obra.

–¿Y sigue en ello?

–Ahora no estoy pintando. El año pasado hubo una temporada en la que me volví loco con esta obra, luego dejé de pintar y hasta ahora, no volví a pintar. Soy un creador compulsivo: me da por escribir, y escribo hasta que termino un libro; pinto, y pinto noche y día. Para la música dependo de otras personas. Tengo tres socios: Marcelo Pull, con el que hice diez discos, que es un personaje genial –yo le llevo una canción y en 10 minutos la grabamos–; un compositor de Ibiza, Gabriel Loma, con el que tengo dos discos, de "Baladas eléctricas y poemas gritados" y el segundo más místico, como susurrado, y el pianista Adán Latonda, con el que tengo un disco de canciones de garito, desde blues hasta habaneras, hay hasta un himno social. Tengo un disco nuevo, pero tengo que esperar a que Marcelo esté disponible.

–¿Se siente más cómodo creativamente ahora con la música y la literatura?

–Me siento cómodo en todo. Cuando dejé de pintar no volví a pensar en la pintura. Cuando tengo ganas lo hago y cuando no, no, así que no, no lo echo de menos.

–¿Su proyecto más inmediato?

–Presentar "Cantos de carraca y traca". Las últimas presentaciones las hicimos en plan acústico: canto una canción con Marcelo a la guitarra, recito uno o dos poemas, canto, recito…

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