Los guardianes de la danza prima en Avilés

Los encargados de mantener viva la tradición animan a participar en sus cuatro sesiones anuales: San Juan, San Pedro, El Carmen y Santa Ana

Por la izquierda, Pili González, Rubén Tamargo, Lolina Menéndez, José Viñuela, Mari Cruz Pérez, Juan Ardao y Ode García, en plena danza en la plaza Pedro Menéndez.

Por la izquierda, Pili González, Rubén Tamargo, Lolina Menéndez, José Viñuela, Mari Cruz Pérez, Juan Ardao y Ode García, en plena danza en la plaza Pedro Menéndez. / Ricardo Solís

I. García

Son un grupo de veinte personas y están en todas. Se agarran por el meñique, se colocan en círculo y cantan coplas. Son los guardianes de la danza prima en Avilés, un colectivo que carece de nombre y que su único interés es mantener viva una antigua tradición. «Las danzas primas de Avilés las organiza el pueblo», afirma José Viñuela, uno de los fijos a la danza de San Juan, la de San Pedro, la del Carmen y la de Santana, que son los bailes tradicionales.

Por la izquierda, Pili González, Rubén Tamargo, Lolina Menéndez, José Viñuela, Mari Cruz Pérez, Juan Ardao y Ode García, en plena danza en la plaza Pedro Menéndez. | R. S.

Un detalle de la danza de San Pedro de 1980. / I. G.

Juan Ardao lleva «cincuenta años o más» implicado en las danzas primas de Avilés. Tiene 69 y es el encargado de iniciar las coplillas, lanzar al aire el primer verso para saber qué estrofa es la siguiente y poder seguir el hilo mientras el círculo sigue avanzando siempre al mismo compás. Lolina Menéndez, más conocida por «Lolina la del Trole», Mari Cruz Pérez, Ode García y Pili González coinciden además en que «falta relevo», en que los jóvenes no se implican en esta celebración. Rubén Tamargo baja la media de edad considerablemente y afirma que para sumarse a este baile popular es necesario «respetar» y adaptarse a las reglas no escritas para el mantenimiento de esta forma tan característica de baile. «Entrar a la danza con humildad», apostilla. «Es casi tribal, algo totémico en la que, en su momento, no se distinguían ni las clases sociales», indica Ardao.

Para no perderse, Viñuela explica que los días de danza prima son, en este orden, San Juan, San Pedro, El Carmen y Santa Ana. «Los santos se bailan la noche antes y las vírgenes en el día, todas a medianoche», detalla. Así, por ejemplo, la próxima será la medianoche del 28 ya que San Pedro es el 29. Esa danza partirá del Parche y llegará hasta Rivero. La siguiente será por la virgen del Carmen que se celebra el día 16 de julio y la última, la de Santa Ana, que será diez días después. La danza del Carmen será en El Parche y la última, en la plaza de La Merced de Sabugo.

«Falta promoción por parte del Ayuntamiento», coinciden los «guardianes» de la danza prima, que llevan décadas al frente de esta tradición. Se saben las coplas que interpretan en cada sesión, que dura una hora y media aproximadamente, y en la que siempre participa alguien que no suele formar parte del núcleo duro. «Dicen que somos de Avilés de siempre y ye mentira, hay gente que no es de aquí, arijanos, de Oviedo, gente de todo tipo», señala Ardao. «Solo tenemos cariño por las tradiciones», apostilla el resto.

Además de bailar, de danzar, a todos les gusta cantar y entonar «La rueda de la fortuna» y algunos versos cargados de retranca como esa que dice «Es el barrio de Sabugo, un barrio muy puñetero, todo huele a besugo y a suela de zapatero» o aquella que reza: «Si quieres coger tomillo, Maruxina vete al monte, si quieres dormir tranquilo, la calle de Llano Ponte».

Cuando salen a relucir las coplas, todos hablan de Eduardo Yupo, un avilesino que hace ya no pocos sanjuanes y sanpedros se dedicó a recopilar el cancionero popular para la danza. Cuando se acaba el baile tradicional, este grupo que no descansa empieza a entonar habaneras. «La tradición en Avilés es eso, las habaneras y la danza prima», destacan en círculo, aún sin cogerse del índice pero con ganas de su particular celebración que en este caso será la de San Pedro.

Uno de los requisitos es «no ensayar» y animarse a participar de «un baile sencillo» que solo tiene por objetivo mantenerse en el tiempo. Nadie sabe precisar el origen de esta «danza tribal» pero sí que se lleva «cientos de años» haciéndose. Como prueba, una fotografía de una visita de Alfonso de Borbón a Avilés en 1926 que Mari Cruz Pérez enseña y donde puede apreciarse a un nutrido grupo de avilesinos agarrados del meñique, en círculo y en El Parche porque en aquel momento tocaba bailar la danza prima de San Pedro, la segunda de las cuatro tradicionales que tiene Avilés «y no la organizan grupos folclóricos, sino el pueblo».

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