Entrevista |

"El fútbol en España no me daba oportunidades y tuve que irme"

"Castrillón siempre me ha valorado mucho y mi pasión por el surf me ha llevado a tener un vínculo muy especial con Salinas"

María «Cheza», en su campus celebrado en Piedras Blancas. |  Mara Villamuza

María «Cheza», en su campus celebrado en Piedras Blancas. | Mara Villamuza

Pelayo Méndez

María Echezarreta Fernández, más conocida como "Cheza", acaba de finalizar la II edición de su campus "Más Que Futbolistas". Tras una larga carrera, pese a su corta edad, y un paso, tanto en lo deportivo como en lo académico, por Estados Unidos está decidida a devolver a Castrillón el apoyo que le dio desde sus inicios. Ahora, mucho más tranquila y compitiendo en la élite del fútbol femenino español, vive uno de los mejores momentos de su vida personal y profesional.

–¿Quién lanza la idea del campus y cómo lo llevan a cabo?

–El proyecto "Más Que Futbolistas" nace hace un par de años, porque yo me di cuenta de que quiero ser mucho más que futbolista. Disfruté muchas cosas del deporte y empecé otro proyecto que lo titulé: "Recuerda que una vez ese niño fuiste tú". En ese proyecto me dediqué a visitar a todos los colegios de las zonas más rurales de Asturias, a todo el concejo de Castrillón y algo de Avilés. Visité colegios de ocho alumnos y me di cuenta que quería poder ofrecerles algo más. De ahí nació la idea del primer campus, mi intención era hacer una edición única en 2023, pero la pasión y la buena acogida que tuvo hicieron que a petición popular de los niños que sacase otra edición, y pues bueno, aquí estamos en 2024.

–¿Cuál es el nexo que tiene con Castrillón?

–Yo vivo en Pillarno y Castrillón siempre me ha tratado muy bien. Me ha valorado un montón como deportista y mi pasión por el surf siempre me ha llevado a tener un vínculo muy especial con Salinas. Decidí traerlo a un sitio que apenas tenía recursos, en Avilés hay miles de oportunidades, pero aquí en Castrillón apenas había nada y por eso decidí hacerlo con la gente que ha apoyado el proyecto desde el primer momento.

–De pequeña practicó muchas disciplinas deportivas, ¿por qué se decidió por el fútbol?

–Era multideporte de pequeña, lo intenté todo, probé hasta ballet y natación. Pero la decisión fue muy clara, bailar no me acababa de gustar mucho y decidí que iba a jugar al fútbol. A día de hoy, sigo jugando, sigo surfeando y sigo haciendo muchos deportes, me gustan todos. Durante el campus intento que disfruten de otras cosas aparte del balón.

–¿En qué momento empieza a gustarle jugar de portera?

–Empecé jugando en el Colegio San Fernando, pero mi primera temporada jugué de defensa. Al año siguiente nos quedamos sin portero y ahí fue cuando decidí que me iba a poner yo de portera. El entrenador no quería porque, según me dice mi padre, de defensa jugaba muy bien, pero, al final, me acostumbre a andar todo el día tirándome por el suelo. Rápidamente se notó que se me daba bien, era valiente ya de aquella.

–Le costaba dormir lejos de sus padres. ¿Supero ese miedo gracias al fútbol?

–Sí, tenía miedo dormir a sola, siempre me daba miedo dormir fuera de casa. Lo superé en las primeras convocatorias de la Selección asturiana. Yo tenía 8 o 9 años, allí me encontré a varias compañeras que les pasaba lo mismo que a mí, entonces nos juntábamos para hablar de ello. Otra experiencia que me ayudó a quitarme ese miedo fue ir a al campus de Vero Boquete, yo la admiraba mucho, de hecho, fue el primer campus en el que vi que se fomentaban las ideas que yo quiero transmitir ahora.

–¿Cómo llevó jugar en el primer equipo del Femiastur con tan solo 12 años?

–Yo tenía 12 años y la mayor tenía 39, no se me va a olvidar la vida, porque además ese año era la portera titular y lo ganamos todo. Lo recuerdo como un año que me hizo madurar y me ayudó a crecer. Al final yo era la que daba órdenes desde atrás y la persona que tengo delante, que me puede sacar hasta 20 años, tiene que hacerme caso. De aquella, yo ya era muy exigente, recuerdo enfadarme muchas veces porque ellas no corrían. Tengo muchas anécdotas de esa época, lo peor es que echaba de menos a mis amigas que estaban en el alevín.

–Logran el ascenso, pero usted no puede jugar en la siguiente categoría por la edad y se va al Oviedo Moderno ¿Qué recuerda de ese cambio?

–Tenía 12 años, pero hasta los 14 no podías jugar en esa categoría. Es más, me voy al Oviedo que está en primera y al primer año que estoy allí, ya estoy entrenando con el primer equipo. Pero una vez más por edad no me pueden subir a jugar y por eso nunca llegué a debutar en primera con el Oviedo. El equipo descendió al año siguiente y ahí ya pude jugar con el primer equipo. Ganamos dos ligas y perdimos dos playoffs de Ascenso a primera, dos años seguidos.

–¿Fueron difíciles sus primeras convocatorias con la Selección española?

–Creo que no eres consciente, lo recuerdo con muchos nervios porque no sabías lo que te ibas a encontrar. Tengo grandes recuerdos, al final es la élite y todas las que nos conocimos cuando teníamos 14 años en la Selección española, estamos ahora en primera y nos vemos cada vez que nos enfrentamos. Da gusto, son los mejores recuerdos.

–¿Qué recuerda de aquel campeonato de Europa sub-19 en Suiza que acabó ganando?

–Es uno de los mejores recuerdos que tengo en el fútbol por el grupo que creamos. El Mundial sub-20 se celebraba a la vez y muchas jugadoras habían sido ascendidas. Nadie daba un duro por nosotras, se nos consideraba como los restos, por así decir. Todos esos condicionantes hicieron de aquel torneo algo increíble. Lo pasamos súper bien y creo que, esa falta de presión porque nadie creía en nosotras, nos llevó a ganar la final. La verdad yo estaba disfrutando, no recuerdo estar muy nerviosa, simplemente estaba jugando.

–¿Cómo llevó estudiar en Estados Unidos?

–Muy bien, porque era mi sueño desde pequeña. Tengo un montón de reportajes de niña y yo lo decía ya de aquella. Yo quería ir a Estados Unidos con una beca a jugar al fútbol, esto lo tenía claro con ocho años, porque sabía que el fútbol aquí no me daba oportunidades. Además, cuando me llegaron oportunidades, después del europeo, en ninguna me podía ayudar con los estudios. No me arrepiento de nada. De todas formas, ahora he vuelto y tengo 22 años, sigo siendo la pequeña del equipo.

–¿Qué diferencias ve en la gestión del fútbol femenino entre Estados Unidos y España?

–En estos últimos años, España ha evolucionado mucho y una cosa que tiene España, que no tiene Estados Unidos, es la pasión con la que se vive el fútbol. En Estados Unidos al final todo depende del dinero y, precisamente eso, es lo que está matando al fútbol base. Para mí es muy importante que en España se empiece a creer más en los estudios, eso es un elemento que marca la diferencia. Lo mejor de Estados Unidos es que entienden cualquier deporte, como un espectáculo y para eso en España aún nos queda. No obstante, también hay que decir que los españoles somos diferentes y en los resultados deportivos, ahora mismo, somos los mejores.

–La pandemia le cogió en España y acabó fichando por el Atlético de Madrid ¿Qué recuerda del tiempo de confinamiento y cómo se concretó el fichaje?

–Afortunadamente la pandemia me pilló en casa. Había venido unos días de vacaciones y justo cerraron todo. Me había venido con una pequeña mochila en la que tenía el ordenador y un poco de ropa, el resto de ropa me quedó toda allí. Ese tiempo en casa fue un aire que necesitaban, en ese momento, llevaba tres años fuera ya y tuve la oportunidad de disfrutar un año en casa con mis padres. Por suerte, tengo una finca donde podía entrenar, tengo mi portería y tengo jardín de sobra para correr. Ese verano disfruté como una enana y, después, el Atlético me dio una oportunidad mientras estudiaba online la carrera. Estuve en dinámica de primer equipo.

–¿Qué valoración hace de sus años en Estados Unidos?

–Aprendí a ser persona y a valorar lo que tengo en casa. Allí me pasé meses absolutamente sola sin ningún tipo de ayuda buscándome la vida. Estoy agradecida de lo que tengo aquí y por eso he decidido en invertir mi tiempo en lo que de verdad merece la pena, los niños.

–¿Hasta qué punto le gusta crear contenido para redes? ¿Es una afición o se ha planteado dedicarse parcialmente a ello?

–A mí me gusta compartir lo que nadie ve, me gusta que la gente vea que hay cosas más allá del campo de fútbol, aunque sea profesional. Me encanta la creación de contenido, pero entre unas cosas y otras, no tengo tiempo. Invierto un poco de tiempo cuando puedo, sobre todo para que los niños vean que hay normalidad detrás de la vida de un deportista profesional.

–¿Por qué eligió Tenerife para esta temporada?

–Vengo de una lesión grave y quería algo sencillo. Necesitaba tranquilidad para recuperarme bien teniendo a mi familia cerca. Tenerife me llamó por todo lo que le rodea, especialmente, la cercanía con el mar para practicar surf.

–Su debut en Tenerife fue sublime, atajó un penalti nada más salir, ¿cómo vivió ese momento?

Fue muy peculiar, porque me convocaron por la lesión de otra compañera y entré en convocatoria sin rodaje. Vi el penalti y no sabía que hacer. Llegó un punto en el que se me olvidó todo por completo, se me había olvidado hasta el penalti. Afortunadamente acerté el lado del lanzamiento y tuve suerte de poder detenerlo.

–Su primera titularidad en Primera división fue ante el FC Barcelona, ¿qué significó para usted afrontar un partido contra las mejores jugadoras del mundo?

Para mí fue marcar la línea del nivel que yo quería alcanzar en el mundo profesional. Sufrí porque, al fin y al cabo, son las mejores, pero me quedé con el listón que quería dejar.

–¿Cuáles son sus objetivos para la temporada que viene?

Miro esta temporada con otros ojos. Quiero pelear con mis compañeras para tener todas las titularidades posibles e intentar volver a la dinámica de la Selección española. ¿Por qué no luchar por el Zamora?

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